Capítulo 2

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-Bien, puede retirarse- Damian le había hecho varias pruebas que exitosamente Rachel había logrado pasar. El señor Wayne no mostró ningún gesto, sin embargo, por dentro se sintió atraído por la gran inteligencia de la demonesa y el carácter que había mostrado hasta ahora.

-Bien, se puede retirar, yo le hablare si requiero algo- expuso. Rachel se levantó, podía sentir la mirada de Damian sobre ella, pero no le hizo mucho caso y salió de ahí para sentarse en su área de trabajo, que era bastante amplia.

Se sentó, su jefe al instante le había mandado trabajo, reportes que tenía que arreglar y hacer unas llamadas, desde entonces no lo había visto salir de su oficina, ni siquiera para comer. El día se le había pasado muy rápido, acabo todos los pendientes y solo le quedaba entregarlos al señor Wayne.

-Señor Wayne, ya están listos estos archivos.

-Gracias Rachel, déjalos ahí- señalo su mesa mientras él estaba en su computadora. Ella los dejo, "¿acaso no se cansa de trabajar?"

-Me retiro señor Wayne, buenas noches- el no contesto, pero asintió con la cabeza cuando sintió como su asistente iba a desaparecer de su vista, hecho un vistazo para verla, ni siquiera supo porque la acción, pero fue inevitable para sus impulsos.

"Niña bruja"- pensó.

Al día siguiente la señorita Roth ya tenía varios documentos esperándola, no reclamo, sabía que sería un trabajo muy pesado. Empezó a trabajar arduamente cuando unos pasos bastantes ruidosos la llegaron a molestar en su concentración laboral y pronto la silueta de esa mujer se encontraba delante de ella.

- ¿Tú eres nueva? - la voz de la chica hizo que volteara.

-Sí- contesto, la mujer era alta, pelirroja, traía un vestido pegado acentuando su figura.

-Necesito ver a Damian Wayne, ¿está? - dijo sin amabilidad en su voz.

-Sí, pero...- la pelirroja no la había dejado terminar cuando se dirigió a la oficina.

-Espero no puede entrar así, tengo que informarle- mencionó, guardando el control.

- ¿Acaso no sabes quién soy niña? - Raven ya estaba harta de esa frase.

-Es mi trabajo señorita, así que primero déjeme avisarle- dijo seria.

-Rachel, está bien-en la puerta ya se encontraba Damian mirando a las dos chicas que no se habían percato de su presencia.

-Lo siento, es que la señorita no entendía- mencionó y se preparó para un regaño, pero para su sorpresa él le dedico una media sonrisa, sintió arder su cuerpo, la combinación de esa mirada tan fría con una sonrisa era realmente tentador, la mujer se había metido a su oficina y ella algo enojada se sentó por la insolencia de aquella mujer y para acabarla el señor Wayne no le había dicho nada.

"De seguro ha de ser una de tantas mujeres que tiene"- se dijo así misma.

Se sintió extraña, no podía trabajar plácidamente como hace rato, no sabía por qué, volteo la mirada a la oficina de Damian, acaso estaba curiosa por saber que estaba haciendo su jefe con esa mujer, es decir a ella no le importaba, pero en ese momento no podía dejar de voltear.

Recibió una llamada, el señor Wayne tenía que ir una junta, así marco a su oficina, pero no hubo contestación, sabía que esa junta era importante y no se arriesgaría aun regaño, así que se levantó.

-Señor Wayne- dijo detrás de la puerta.

-Señor Wayne, es importante- la puerta se abrió, vio a su jefe algo desarreglado, aunque solo de la camisa, detrás de él estaba la mujer que parecía acomodarse al vestido la cual le lanzaba una mirada de furia, ella no inmuto un gesto, pero no se sentía enojada, al contrario de alguna manera había hecho pagar a aquella mujer por lo de hace un rato.

-Bárbara será mejor que te vayas, esta junta es importante le dijo dándole su bolsa, ella le dio un beso corto en los labios. –Te veo esta noche cariño-volteo a ver a Raven con una sonrisa maliciosa, para luego marcharse.

-Lo siento señor Wayne.

-Hiciste tu trabajo Rachel, vamos- la joven se puso alado de su jefe, y notó la diferencia de alturas, pero observo su porte, era asombro para sus ojos tener un hombre como el tan cerca, podía oler su perfume fino. El la miraba de reojo cuando se distraía, pero notaba su mirada también en él.

R: "¿Por qué lo miro tanto?, es un señor...bueno aunque que se ve bastante joven y es muy atrac...., demonios Rachel qué diablos piensas""

D: "¿Por qué la miro tanto  si es apenas es una chiquilla para mí?, nunca me han llamado la atención mujeres como ella, de seguro estoy alucinando solo porque no está nada mal de cara y cuer..., ¡agh!, no Damian, concéntrate"

Mi pequeña demonio. (Damirae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora