Mi pequeña demonio. (Damirae)

Capítulo 8

—Vaya, vaya, pero miren a quien tenemos aquí, a la linda pajarita, ¿Me recuerdas?- sonrió macabramente, cada vez se acercaba más a ella, Rachel solo agarraba con más fuerza a Damian inconciente, deseaba tener sus poderes nuevamente y poder curarlo y alejar a ese sujeto que se reía sin parar,  pero lo único que podía hacer era arrastrarse con él.
—Parece que alguien ya no tiene sus poderes ja, ja, ja, nos divertiremos mucho pajarita- en un salto estaba frente a ella.
—Pero antes tengo que....ah!..- Dick Grayson se encontraba a unos metros del Joker.
—¡Maldita sea! nos veremos pronto ja, ja, ja- le sonrió a Rachel antes de que saltará en un avión alejándose del lugar.
—Maldito- se escuchó a Dick quien había llegado donde Rachel y Damian estaban.
—El está muy grave- dijo con dificultad, a Rachel de le derramaron algunas lágrimas, sentía culpa y muchas preocupación, en segundos había llegado Kori y la ambulancia, Raven corrió a abrazarla, estaba tan asustada, jamás pensó en sentir tanto miedo e incertidumbre, veía como Damian era llevado, quiso irse con el, pero Dick la detuvo.
—Kori te llevará a la mansión, no es seguro que vayas a otro lugar después de que el Joker te miro, ahora eres un juguete para el, el cuál querrá para si diversión.
La zafiro no dijo nada, tenía imágenes de aquel villano en su cabeza, pero lo que más le importaba era la salud de Damian.
—El estará bien, la ha pasado peores, lo llevaremos a la cueva, solo estamos simulando que lo llevaremos a un hospital para no levantar sospechas- dijo Dick, la ambulancia se fue, Kori elevó a Rachel sin ser percibidas, en minutos llegaron a la mansión Wayne.
—No es muy necesario que esté aquí, puedo quedarme en mi casa- dijo.
—Ese sujeto es muy peligroso, aquí estarás a salvo, no permitiremos que te haga daño.
—Soy una inútil, no tengo mis poderes, solo hice que Damian casi...
—Rachel, Damian hizo lo correcto y créeme no estará arrepentido, aparte, nadie sabía que el Joker llegaría allí, nos tomó a todos por sorpresa, vamos deja de pensar en eso, nos espera Alfred.
—¿Está el señor Bruce?
—No, el esta en otro pais con Diana- mencionó.
Ambas chicas fueron hacia la puerta donde fueron recibidas por Alfred quien le dio un té a Rachel para que pudiera tranquilizarse.
—¿Dónde está Damian?
—Tranquila señorita, ahora está siendo atendido en la Baticueva- se sentía tan impaciente, quería verlo. Necesitaba verlo.

Después de 2 horas, Dick salió de la puerta secreta que llevaba a la Baticueva. Rachel se levantó.
—¿Cómo está?
—Bien, solo necesita reposar, aunque dudo que lo haga y más con el Joker suelto, por lo tanto yo me encargaré, llamaré a Tim y Bárbara.
—¿Bárbara?- dijo inquieta.
—Si, ella es Batgirl- dijo Kori, Rachel noto molestia cuando mencionó eso.
—Ire contigo- dijo la tamariana.
—Pero, Rachel...
—Por favor, puedo cuidarme, aparte este es un lugar seguro...no me traten como si fuera muy débil...—ambos novios se quedaron viendo fijamente.
—Esta bien, pero cualquier cosa hablanos- Rachel asintió con la cabeza.
—Ah, y si puedes trata que Damian descanse lo más posible- Dick le guiño un ojo haciendo sonrojar a Rachel.
....
Después de que se marcharán, Rachel fue a la cocina con Alfred.
—¿Puedo verlo?
—Claro señorita.
Alfred la llevo, ella quedó impresionada por la enorme mansión,  pasaron por el umbral que los llevo a la Baticueva, y llegaron a la enfermería, vio el cuerpo de Damian tendido en la camilla con vendas a su alrededor. Alfred la dejo sola como si supiera que lo necesitaba.
Rachel se sentó alado de él. Tomó su mano, "Gracias Damian", acercó la mano a su rostro y lloró suavemente.
—Rac... Rachel- escuchó, se limpio las lágrimas tan rápido, lentamente el abría sus ojos.
Ella lo miró emocionada que sus ojos delataban su felicidad, ya no le importaba, quería que el lo supiera, lo mucho que él le importaba. Pero sintió como la camilla se movía fuertemente pues Damian intentaba levantarse y quitárse las vendas, pero Rachel tenía una mano suya agarrada, la jaló hacia ella atrayendo la atención de él.
—Tienes que descansar, Dick y los demás se encargarán.
—No, Joker es...mío, agh, ese maldito se va a arrepentir- con la mano suelta intento quitarse los cables, pero ella con la otra mano la agarró, ambas manos suaves tenían tomados a Damian con fuerza.
—No te irás- dijo, Damian aún estaba iracundo por el Joker, en un movimiento se safo del agarre de ella sentandola en la camilla, el se levantó para salir, pero las palabras de ellas la detuvieron en seco.
—Si vas allá en esas condiciones, me voy de aquí- dijo, por un momento pensó en qué no le importaría a él, pero no sabía que pasaba, el había puesto la vida por ella, así que fue lo único que se le ocurrió en ese momento. El pelinegro se quedó parado por varios segundos. No iba a permitir que se fuera, mucho menos ahora con su peor enemigo allá fuera, sabía que si se iba ella lo haría, no iba a arriesgarla, cuando vio su rostro antes del accidente, tuvo unas ganas enormes de protegerla, de cuidarla, de dar la vida por ella y no había dudas, ella le había robado más que su mente.
Su corazón.
Ni siquiera podía creer lo que estaba haciendo, se sentó en el sillón de la enfermería, Rachel se acercó y se posicionó quedando a su altura.
—Gracias- le dijo.
—No es nada, tengo que curarme para ir por él ¿No?- dijo un poco enojado.
—No me refería a eso, lo digo por.... salvarme..- susurro, Damian notó un leve sonrojo que le encantaba. El levantó su mentón y la miró fijamente, ya no podía ocultarselo, y sabía que ella por dentro lo sabía. Le costaba tanto expresarse en algo nuevo para el, que cuando vio ella se había acercado tanto rosando sus labios suavemente. El abrió más sus ojos sorprendido, no hacia falta preguntar algo, sus miradas decían todo, abrió levemente sus labios para que aquellos rosados labios bailarán con los suyos.
Sus manos viajaron hasta su cintura pequeña y la alzaron mientras el bajaba a la esquina del sillón, las manos de ella se posaron en su pecho, el beso fue suave, lento, sus manos delicadas apretaron su pecho.
El tenerla tan cerca era peligroso para él, pero en ese momento no pensaba en su cuerpo pegado al suyo, en sus curvas virginales, en que su pecho restregaba el suyo, el sentía su calidez, su cariño, su alma, eso que el jamás había sentido. Su beso termino por falta de respiración, Rachel se acomodó entre sus piernas y acomodó su cabeza en regaz siendo precavida con sus heridas, el le pasaba las manos en su espalda y su cabello.
—Damian.....
—Te quiero Rachel.
—Yo también te quiero- sonrió.