21. Sarah

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Luego de hablar y ver el cielo un gran rato, fuimos a comer pastas.

Después de cenar, salimos afuera, él contemplaba el lago, yo lo contemplaba a él.

Se lo veía entusiasmado por meterse al lago, yo amaba ver el mar o el lago...pero solo eso. Tenía algo de miedo al mar, sabía nadar pero solo en piscinas, en espacios abiertos como un mar o un lago no puedo porque siento que me hundo y además nunca intenté nadar.

Me distraí un rato y en cuanto giré mi vista hacia él, vi como se quitaba su camisa y se deshacía de sus pantalones quedando solamente en boxers. Mierda...su cuerpo era jodidamente perfecto, era un cuerpo trabajado, tenia unos musculosos brazos, un abdomen marcado, y unos oblicuos bien definidos...no puedo dejar de mirarlo.

Se tiró al agua dejándome con ganas de seguir contemplando su bello cuerpo...

Este hombre me provocaba con la mirada, no dejaba de rogarme que entrara al agua incluso después de explicarle mi situación con respecto al agua, él me decía que me quitaria el miedo...en este momento solo quería que me quitara la ropa...¿Paul Weichbrodt ves lo que provocas en mi?...Paul no haces más que avivar las llamas que hay en mí...repetía en mi mente.

Su cuerpo semidesnudo me tentaba demasiado, y ahora mismo me sentía acalorada...no seguí dudando y me deshice de mi vestido en un abrir y cerrar de ojos quedando en ropa interior.

Ojos memorablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora