Capítulo 4: Mejor de a tres.

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Lunes y empezaría con mi rutina para mantener mi cabeza en otra parte que no sea pensar en la pérdida de mi abuela.

El Instituto nos da una semana de luto cuando pasan estas cosas, pero no la tome y eso llamo la atención de mis padres.

- Emily ¿Segura que te sientes bien para ir? -Habló mi madre en el desayuno-.

Ella si se tomo la semana en su trabajo, puesto que quería estar para nosotros y apoyarnos. Claro que ella también está dolida, mi abuela la quería como una hija más. Pero se hace la fuerte por nosotros.

Mi madre la señora Nataly Martínez es una de las personas más fuerte, amorosa, buena y miles de virtudes más. Me he sacado la lotería con la madre que me tocó. No sé que haría sin ella. Tengo la libertad de hablar de lo que sea con ésta mujer. La amo con todo mi ser. Trabaja en una empresa privada que da servicio de alimentos para algunas escuelas de este sector. Entró como una empleada más y en un año se ganó el puesto de gerente. La admiro demasiado.

Tiene 37 años, de cabello castaño que le llega hasta arriba de los hombros , ojos color café preciosos, y su cuerpo bien formado, no es flaca, ni pasada de kilos. Es perfecta y hermosa para mis ojos.

- Si mamá. Es la tercera vez que lo preguntas. Voy porque me siento bien. -Entorné los ojos-.

- Me llama la atención de tu parte, no quiero que vayas a sentirte mal, y estar llorando en el baño del instituto, Emi.

- Ese es el punto mamá, estar encerrada en mi habitación llorando, no traerá de vuelta a mi abuela. Y ella siempre me ha dicho que no le gustaría que nos pasemos llorando cuando esto ocurriera. Voy para ocupar mi mente en las clases, no pensar en que no está ella aquí. Y salir adelante por mi, por ella y por ustedes. -Sentí el nudo en mi garganta asomarse-.

- Emily tiene razón, cariño. -Habló mi padre que se habia mantenido callado todo este tiempo-.

- Eso debemos hacer, salir adelante no podemos consumirnos por el dolor. Nosotros debemos seguir porque nos toca seguir viviendo y tenemos 3 hijos maravillosos por quienes seguir luchando.-Lo escucho con mis ojos ya cristalizados-. -El continúa-.

- Estoy orgulloso de ti mi pequeña, es muy maduro pensar de esa manera.

Mi padre el señor Francisco Harpeter, es un hombre alto, con un aspecto atractivo, ojos claros (ojitos de color cielo le digo yo). Tiene el cabello negro, liso. Un semblante serio lo caracteriza. Lo respetan mucho por su carácter autoritario. Aunque nosotros, su familia sabemos lo blando, sonriente y amoroso que es.

Trabaja en una empresa de grandes maquinarias, es el vicepresidente de ahí. Sigue trabajando duro para llegar a ser el presidente del lugar. Y lleva 39 años de edad.

- Gracias papá. -Logré decir-.

- Está bien, tienen razón no lo he visto de esa manera. Pero creo que sólo quería estar en constante tiempo a tu lado por si necesitas ánimo, hija. -Mamá sonríe-.

- No te preocupes mamá, si me siento mal no dudaré en llamarte, okey?- Asintió-.

- ¿Y Benjamin? ¿No piensa ir a estudiar ese flojo? -Ya habia visto a mi hermano asomarse por la puerta-.

- Oh! Ahí estás niño flojo. -Me miro con una pequeña sonrisa y habló-.

- Buenos días familia. Y a tú pregunta querida hermana, no, no iré a la escuela yo si me tomaré la semana. Me quedaré a jugar play, eso me distrae.

¿Ven? Que les digo, es un niño flojo.

- Haciendo honor a tu flojera broh. ¡Te felicito! -Sonreímos ambos-.

Atrapados En Dramas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora