Han pasado tres días más desde mi cumpleaños, tres días que he pasado todo mi tiempo libre en el hospital en la habitación de Joana, todo el tiempo, contándole mi día, de las tareas, de mi madre, de todo.
“Y pues seguimos igual, ella no me habla y yo paso todo el rato evitándola. Mi padre no tiene idea hasta donde yo se, y Dani hace lo posible por mantener el ambiente calmado.”
Inhalo profundo y lo exhalo tristemente.
“Tus padres también me están evitando, he intentado hablar con ellos, pero tu madre me evita la mirada y tu padre simplemente camba de dirección si me ve. Intento mantenerme positiva que cuando despiertes las cosas cambiaran, pero temo que no te vayan a dejar verme.”
Me siento en la silla junto a ella, tomo su mano, limpio un par de lágrimas de mis ojos y comienzo con las tareas de la escuela. Y así pasan unos días más hasta que llega el día 10 desde el accidente y los doctores deciden que es momento de quitar el tubo y ver si Joana puede respirar por su propia cuenta; sus padres nos permiten estar presentes a las chicas y a mi.
“Debéis saber que es solo una prueba, si Joana no logra respirar por su propia cuenta en este intento no necesariamente significa algo negativo, sus impulsos cerebrales se han ido recuperando de forma estable y sus signos vitales se han normalizado.”
Sus padres asienten sin decir una palabra, pero yo necesito mas información, algo que me tranquilice un poco.
“Entonces, si ahora ella no puede… bueno, si necesitan volver a poner el tubo, ¿Qué significa?”
El doctor mira a los padres esperando su aprobación para dirigirse a mi, y cuando ellos hacen un movimiento con la cabeza me mira directamente.
“Simplemente significa que es pronto aún. Hay que recordar que el trauma que sufrió fue importante y no todos se recuperan al mismo ritmo, el único motivo por el cual decidimos hacer esto tan pronto es porque la mejoría ha sido muy positiva.”
Me toma unos momentos procesar la información antes de agradecerle y sostener con fuerza la mano de Amira. El doctor regresa su mirada a los padres de Joana y se dirige a ellos.
“¿Comenzamos?”
Ambos dicen que si al unísono y todos sostenemos la respiración mientras el doctor desconecta el oxígeno y retira el tubo. Los primeros segundos pasan en silencio absoluto, nadie dice nada, nadie respira, creo que todos tenemos temor de hacer cualquier movimiento, de repente suena una de las máquinas y todos volteamos, una enfermera va a revisarla y luego mira al doctor quien toma la muñeca de Joana para medir el pulso y luego hace una seña indicando que hay que esperar mas tiempo; se escucha como todos dejamos salir el aire que sosteníamos y respiramos lo más silencioso posible.
Después, una máquina diferente suena y unas líneas empiezan a descender, la enfermera se acerca con una máquina manual de oxígeno y cubre la cara de Joana con la mascarilla y le empieza a bombear oxígeno manualmente. Por último, después de lo que se sintieron como horas, las máquinas se estabilizan, la enfermera deja de bombear oxígeno y el doctor usa el Estetoscopio para escuchar el pecho de Joana, para después voltear a vernos con una pequeña sonrisa.
“Joana es una joven muy fuerte, por ahora ha logrado respirar por su propia cuenta, ese es el paso más difícil e importante, de aquí ya no debe tardar demasiado en despertar.”
Dejo salir una exhalación de aire por la boca y me siento mas ligera, por primera vez en 10 días me permito sonreír un poco y pensar positivo, y basándome en las expresiones de mis amigas, ellas experimentan algo similar.