Reencuentros

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Otra mañana igual a las demás, despertar, ver mi móvil, checar WhatsApp, ver sus fotos, apagar alarma, hundir la cara en la almohada, considerar no levantarme hoy y después hacerlo. Me siento lentamente en mi cama y paso mis manos por mi cabello mientras exhalo lentamente intentando juntar energía para lo que viene después, me pongo de pie y camino hacia el baño arrastrando los pies, un poco por la pereza de levantarme y otro poco por la falta de ganas de iniciar el día. Mientras me lavo los dientes pienso que tal vez podría faltar a mates en el primer periodo y llegar directo a historia para el segundo, y lo haría, pero estoy segura de que ya tengo el límite de inasistencias y no necesito un problema más. Después de ducharme, vestirme y colgarme el collar de Joana, intento decidir qué hacer con mi cabello, en realidad que no he tenido energía ni ánimo para hacer nada más que llevarlo suelto o en un moño, las trenzas molan, sí, pero me recuerdan a ella y desde esa última vez que la vi… al final decido dejarme el cabello suelto, requiere menos esfuerzo. Salgo de mi cuarto y escucho la voz de mis padres en la cocina, así que salgo de casa evitándolos por completo y camino a casa de Amy para esperarla fuera de su portal.

“Hola, Cris.”

La saludo con nada más que un movimiento de la cabeza y una sonrisa desganada, y ella pone su mano en mi hombro, apretándolo fuerte una vez y luego toca mi cara con su mano; no sé cómo y no sé porque, pero siempre que hace eso logra hacerme sentir mejor, aunque sea solo un poco.

“¿Nos vamos?”

“Sí, vale.”

Me toma de la mano y enlaza nuestros brazos para caminar juntas al metro tal y como lo hemos hecho todos los días desde que nuestros padres nos dijeron que ya podíamos ir solas… bueno, todos los días que no me quedo sobadísima y la pobre se tiene que ir sola. En el camino me va contando de su finde, sus amigas de la asociación, de los eventos que están organizando, algo de mi hermano y el rugby, si es que esos dos son tontos porque les gusta ser tontos, mazo tontos los dos.

“Amy, si quieres pedirle algo solo hazlo, que te dice que sí fijo, si hay una persona en el mundo a la que Dani no le dice que no, es a ti.”

“Que va.”

Chasquea la lengua, pero ya no dice nada más, solo mira fijo adelante y, seguramente pensando que no me doy cuenta, intenta suprimir una sonrisa y yo giro los ojos internamente, aunque he de admitir que concentrarme en esos dos me ayuda un poco a distraerme de lo mío, aunque sea solo unos cuantos minutos al día.

Llegamos al insti a los veinte minutos y nos encontramos con las demás en el patio.

“Que no, Nora, a ver es que pizza es una cena completamente aceptable para una cita, joder.”

“A veeer, puede que sí, pero, no sé, mínimo la pizza completa o pedir la pizza ese mismo día y no la que sobró del día anterior.”

Eva y Nora están teniendo una de sus discusiones usuales en las que Eva ha hecho alguna chorrada de cita con Jorge y Nora le gira los ojos, aunque en realidad nadie se enfada porque lo que esos dos hacen en sus citas es completamente fuera del mundo de las personas normales.

“A ver, chicas, no os disgustéis, que, si a Eva y a Jorge le gusta comer sobras frías en cama pues muy su rollo, ¿no?”

Viri suelta un comentario muy suyo y todas nos reímos, ellas con más ganas que yo, y casi me siento como una persona real y no como estática, casi me convenzo de que las cosas podrían empezar a mejorar, casi creo que para ser lunes puede que no sea tan malo, casi… Hasta que alzo la mirada y la veo. Veo sus mechas moradas. Veo su ropa media talla más grande. Reconozco su mochila colgada en un solo hombro. La veo fruncir el ceño. La veo a la distancia y definitivamente me dejo de sentir como estática, ahora soy una estatua helada que va cayendo en picada hasta el fondo del mar.

“Pero…”

La primera en reaccionar es Amira, me mira a mí y luego mira al frente, luego Viri, luego Eva y Nora al mismo tiempo, en realidad no puedo ver sus expresiones porque el mundo se ha encogido y se ha resumido a una sola persona, y tampoco puedo escuchar si dicen algo porque todos los ruidos se unen en un solo eco a kilómetros de distancia de mí; la miro y me mira, y aunque el contacto visual es muy breve es suficiente para que esa sensación de opresión en el pecho me regrese.

La miro y me mira, y es poco más de dos segundos, pero también es como si fuera un año, como si fueran todos estos meses sin saber de ella. La miro y me mira, pero no vemos lo mismo, para ella sigo siendo una desconocida, fijo, pero para mí… para mi ella sigue siendo, vaya, pues… pues sigue siendo ella.

Siento como me comienza a faltar el aire de nuevo y de a poco me comienzan a zumbar los oídos, primero un pitido leve pero constante que cada vez se hace más y más fuerte hasta que es lo único que oigo, me obligo a desviar la mirada y enseguida siento la mano de Amira apretando la mía fuertemente.

“Cris…”

Su tono me deja claro que no sabe que más decir, y fijo que ninguna sabe que decir, joder, es que nadie lo sabía y yo no venía preparada para esto. Vuelvo a levantar la mirada y ella ya no está, solo están las caras preocupadas y confundidas de mis amigas y realmente yo no puedo con eso justo ahora.

“Eh… Yo, ehm, tengo mates y ya no puedo faltar más. Chao.”

Me doy la media vuelta y me voy directo al salón de clases haciendo todo lo posible por evitar otro puto ataque de ansiedad porque no, en la escuela no. Joder. Hago un esfuerzo sobrehumano para recordar los putos ejercicios de respiración y por reprimir las lágrimas que me han acumulado. Es que me cago en todo, ya se que ni sus padres ni nadie de la escuela tenían la obligación de hacerme saber, pero, joder, nada les costaba un puto mensaje y así no me quedo como imbécil a mitad del patio.

Los primeros dos periodos pasan y yo no echo cuenta de, nada ya podría yo estar en otro planeta o en un universo alterno, mi mente sigue en loop con esos dos segundos, esa breve mirada, y la puta interrogante de no saber cuáles son sus horarios. Eso. Sus horarios. Si tan solo pudiera conseguirlos sabría exactamente como evitarla.

“Eh, ¿Cristina? Que la clase ha terminado, ¿te encuentras bien?”

Parpadeo un par de veces y regreso a la realidad y a la cara de la maestra a dos centímetros de la mía, miro alrededor y veo que ya no queda nadie en el salón mas que yo y mi cara de imbécil.

“Eh, si, perdone que me he quedado pensando en la tarea, pero ya me voy.”

Cojo mi mochila y salgo del salón para irme a la dirección y pedirle a la Boho que me haga el favor de proporcionarme los horarios de Joana, explicarle que los padres de ella me han pedido mantener distancia y no puedo hacerlo si no se exactamente donde estará en todo momento, claro omitiendo la parte en la que yo también quiero saber dónde estará en todo momento por el simple hecho de que lo necesito. Ha vuelto y si no me le puedo acercar por lo menos podre saber donde se encuentra durante toda la mañana.

“Che, perdoná, ¿me podés decir donde es la clase de inglés?”

Escucho su voz venir de alguno de los salones y me paro en seco, mi corazón latiendo rápidamente y una estúpida sonrisa se me dibuja, diminuta, pero ahí está. Si es que soy imbécil, solo oír su voz me hace sonreír y se, simplemente sé, que no hay manera que estando ya en el insti yo vaya a poder cumplir no poder acercarme a ella. Alzo la mirada justo a tiempo para verla caminar en dirección al salón de inglés y me sigo hacia la dirección.

“Que tal.”

Me voy directo a la dirección sin reparar en formalidades o pensar que tal vez la directora estaría en alguna junta, ahora todo me la pela, yo necesito habar con ella, pero ya.

“Cristina, ¿Qué haces aquí? Además, que entrar de esa manera sin siquiera tocar la puerta es una falta de respeto, ya le diré al profe de esta hora que te deje una tarea extra.”

“Vale.”

Asiento con la cabeza porque en realidad me da igual eso, cruzo los brazos y justo cuando es momento de hablar me falla la voz y bajo la mirada. Joder.

“Has venido porque ha regresado Joana a clase, ¿cierto?”

Vamos a ver, pero que clase de pregunta es esa, si tan obvio era que iba a terminar aquí porque cojones no me ha avisado antes.

“Pues sí, que nada os costaba llamarme y decirme “Cristina, que Joana vuelve. Te avisamos solo por si os veis en algún momento y ella pasa de ti”, no sé, algo así.”

“Cristina…”

Conozco ese tono, es el miso que mi madre usa cuando estoy cruzando una raya imaginaria y a punto de cometer una infracción fuerte.

“Bueno da igual, solo vengo porque necesito el horario de Joana, sus padres me dejaron claro que su deseo es que mantenga distancia de ella y solo podré hacerlo si sé su horario.”

“Cristina, sabes que no podemos hacer eso. Sin la autorización de los padres no puedo darte el horario de ninguno de tus compañeros.”

Resoplo y giro los ojos.

“Vale, pero si vienen a reclamar algo ya les explicas tu por qué.”

Me doy media vuelta y salgo de la oficina sin saber exactamente que hacer ahora, así que voy a la biblio a esconderme durante el siguiente periodo, a la mierda la asistencia yo no puedo estar hoy en clase. Me pongo los cascos y, obviamente, se pone una de sus putas canciones, no se cual es y no tengo intención de escucharla, lo último que necesito es algo más que me grite su nombre a todo pulmón; cambio la playlist y pongo cualquiera de las mías, la elijo al azar, me da lo puto mismo, solo me importa que no sea nada que haya elegido ella.

Me quedo allí toda la clase, viendo Instagram y torturándome con sus fotos, ¿Qué puto mas iba a hacer?

Una vez que suena la campana, salgo de la biblioteca hacia mi casillero a dejar mi mochila, pero me interceptan Jorge y Hugo y ambos me miran con una expresión preocupada, solo de verlos sé, incluso antes de que hablen, lo que me van a decir.

“Cris, oye, pero tú has visto…”

“¿A Joana? Sí, si la he visto.”

A juzgar por la mirada que comparten entre ellos me doy cuenta de que no estaban preparados para esa respuesta, o tal vez no estaban preparados para la forma en la que les he contestado, pero la verdad es que me da igual.

“Ya…”

Jorge baja la mirada y pasa una de sus manos por su nuca mientras que Hugo mete ambas manos a los bolsillos, quedando los tres en un silencio incómodo, vamos a ver, ¿Qué coño esperaban que les respondiese? Joder, a ver si toda la peña no se va a comportar igual.

“Vale.”

Hugo finalmente rompe el silencio y me mira al hablar.

“Pues, nada, que si necesitas algo pues cuentas con nosotros.”

Asiento lentamente, apretando los labios sin decir nada, que gilipollas soy hablándoles así, si Hugo corrió tras el puto auto y Jorge fue quien encontró el colgante; Eva me contó que ella le dijo que el me lo diese, pero el insistió que me lo dieran de cumple.

“Gracias.”

Le toco el brazo a Hugo y me alejo de ellos con los ojos llenos de putas lagrimas de nuevo, si es que ya llevaba un par de días sin llorar y me pensé que ya finalmente podría parar, pero este puto lunes ha venido para moverme el suelo que apenas había dejado de ser arena movediza. Puto lunes de mierda. Doy vuelta a la izquierda hacia mi casillero y la veo a lo lejos de nuevo, la veo y se cae una lágrima, pero el mundo se detiene un momento. Decido mejor irme directo a la cafetería, definitivamente no puedo estar cerca de ella justo ahora, así que doy media vuelta. Cae otra lágrima, pero también me pongo a pensar que, bueno, tal vez no es tan de la mierda, por lo menos está.

Ya en la cafetería veo a Amira y a Viri sentadas en nuestra mesa usual y escucho a Eva diciendo mi nombre de detrás de mí, me doy media vuelta y la veo a ella y a Nora entrar, y casi inmediatamente veo a Joana. Si es que ya veo que el universo no planea darme ni un puto descanso en todo el día. Camino hacia la mesa, con Eva y Nora detrás, y básicamente me dejo caer en la silla junto a Amy. Sin decir nada, recargo mi cabeza en su hombro y comienzo a llorar, el llanto de siempre, las lágrimas cayendo, pero sin hacer ningún ruido; y así pasa el descanso, yo sin comer nada y mis amigas sin saber que coño decir.

“¿Vienes?”

Ya ha sonado la campana y todas se han puesto de pie para regresar a clases, Amy esta de pie aun junto a mí y me mira esperando mi respuesta, tenemos los siguientes dos periodos juntas, pero es que tengo cero ánimos, ¿Y si Joana está en la misma clase?

“No sé, Amy. No me apetece seguir encontrándomela por todos lados.”

“Vale, pues vamos a dar la vuelta. Anda, vamos.”

Estira su mano para que yo la tome y no tengo palabras suficientes para agradecerle el gesto, a ver que Geografía tampoco es la materia mas emocionante y luego dos periodos juntos era mazo más aburrido.

“Bueno, vale.”

“Cris, pero nada de cerves eh, que es demasiado temprano y definitivamente tengo que volver para último periodo porque tengo mates.”

Cojo su mano y giro los ojos, dejo que me jale para ponerme de pie y caminamos juntas fuera del insti. Amira me habla de todo, de todo literal, de si sus padres discutieron, que si discutieron con ella, que si su amiga de la asociación quería que saliera con su hermano.

“¿Qué tienes tu y los hermanos de tus amigas, eh?”

Bueno, eso me ganó una colleja bastante fuerte y una explicación apresurada y mal hecha de porque ella necesitaba, sí necesitaba, que Dani accediera a dar las clases de rugby y yo decido.

“Tía, solo díselo, ya te digo que no va a notar la diferencia entre su equipo y los niños. Al final tendrán la misma edad mental todos. Anda, mandale wasap de una vez.”

Y, para mi sorpresa, lo hace, saca su móvil y le manda mensaje a mi hermano, yo me fijo en la pantalla y veo una serie de stickers de animales disfrazados de otros animales y exhalo, esos dos me van a desesperar y voy a terminar haciéndoles encerrona seguro; a los dos minutos, Dani le contesta que sí, con demasiados signos de admiración para una conversación casual y yo miro a Amy con cara de “te lo dije”. Después de eso, vamos a por unos helados cerca del insti, la estoy pasando genial y casi olvido que tenemos que volver, casi, hasta que saco mi móvil para hacernos una foto y veo la hora.

“Jo… ya es hora de volver.”

“Cris, que todo va a salir bien, solo es una clase mas y nos piramos, ¿vale?”

Sí, solo una clase, y para mi puta suerte es literatura, solo me falta que estemos juntas en la puta clase; y en esa en específico. Asiento sin entusiasmo alguno y volvemos al insti, la ansiedad regresándome a cada paso que doy al grado de que, literalmente, me tiemblan las manos. Me siento en la banca de la esquina y reboto mi pierna sin poder controlarla, viendo la puerta obsesivamente esperando que, por favor, suene la campana sin que nadie mas haya entrado al salón, y parece que el universo me dejará terminar el día en paz pues Pedro entra, cierra la puerta y comienza con el tema.

“Hola chicos, esta semana hablaremos de la literatura clásica iberoamericana, comenzando en el año…”

Se escucha que se abre la puerta y me agarro a la banca con tanta fuerza que los nudillos se me ponen blancos. Claro, es que puto universo queriéndose burlarse de mí, entra Joana en cámara lenta y Pedro le indica que se siente junto a mí. Puta vida, joder, si es que no voy a poder poner atención a nada.

Bueno finalmente ha salido una cosa ha salido como la imaginé, definitivamente no he prestado atención en toda la clase, vamos, pero ni por error he escuchado una sola palabra de lo que Pedro ha dicho, ya podría haber estado hablando otro idioma y ni me habría dado cuenta. Si es que toda la hora me he sentido como cuando le conté a Amira de Joana por primera vez, nada más me roza tantito con el brazo y yo estoy segura de que me pongo roja. Después de lo que bien podrían haber sido 84 años, suena la campana y toda la peña sale del salón rapidísimo, real que en menos de un minuto solo quedamos ella y yo. La verdad es que he guardado mis cosas lentamente esperando que el salón se vacíe antes que llegue Amira, que cometí el puto error de mandarle wasap para informarle que tomaré esta clase con Joana y vendrá a por mi fijo.

Miro hacia la puerta y luego al frente, mordiéndome el interior de la mejilla juntando el valor necesario para decirle algo, lo que sea, cualquier cosa.


“Hola.”


Ella toma a iniciativa, normal como siempre, y yo me giro para verla, pero sigo sin poder articular ni una puta palabra, sus ojos cafés me miran sin tener puta idea de quien soy y yo me debato entre quedarme o salir corriendo.


“Me llamo Joana.”


Asiento por unos segundos durante los cuales la ansiedad que se ha estado acumulando se ve opacada por una marejada de tristeza, siento que vienen las lágrimas de nuevo y desvío la mirada, apretando los labios en un intento desesperado por controlarme lo suficiente para poder hablar.


“Ya.”

tomo aire al descubrir que sí puedo hablar y sonrío incluso antes de girar para mirarla.

“Yo soy Cris.”

Nos quedamos en silencio unos segundos, yo intentando pensar en algo más que decir para no dejar que el momento pase y ella probablemente preguntándose cual es mi puto problema… y lo inevitable pasa.

“Cris, ¿nos vamos?”

Nora. En realidad, no esperaba oírla a ella, pero supongo que Amira le habrá comentado y, recordando lo que ella vivió pues no me extraña… pero joder, finalmente me había atrevido a decir algo y esto, bua... Mantengo mi mirada al frente, como si al desviarla se hiciera real que me tengo que ir e intento pensar en que decir para que se vaya y me deje a solas con Joana.

“Cris, vámonos.”

Exhalo lentamente por la boca, haciéndome lentamente a la idea que me he tardado demasiado y ahora no podré decir nada más que una despedida.

“Si, ya. Ya voy. Ciao… Joana.”

“Adiós.”

Le dirijo una breve sonrisa sin realmente mirarla a los ojos y salgo del salón con Nora junto a mi y Amira por detrás, avanzamos unos pasos antes que Nora me tome suavemente por el brazo para que me detenga, lo hago, pero no la miro a los ojos en ningún momento, estoy triste y enfadada y aprieto los dientes con fuerza.

“¿Qué haces Cris? Acuérdate de lo que nos dijeron, no debemos de-”
Pongo los ojos en blanco al oír lo que comienza a decir y cruzo los brazos, cerrando las manos en dos puños.

“Ya. Sí, ya sé. Es solo que…”

“Que… ¿qué? ¿Eh? ¿Cris?”

Amira me interrumpe y, honestamente, me cabrea que lo haga y el tono que usa, como si no puto supiera.

“¡Que no es tan sencillo, Amira! No puedo solo fingir y hacer como que no pasa nada, ¿vale? No puedo.”

Levanto la mirada para verla a los ojos y puedo ver en su mirada que no lo ha dicho para hacerme enfadar, pero que está ella misma intentando contener sus propias emociones y eso hace que relaje las manos.

“Sabemos que no es fácil, pero-”

“No, Nora, no saben nada.”

Que ganas de decirle que no es lo mismo, que no es lo puto mismo, que sí que esta jodido lo que le paso a ella y que agradezco su apoyo pero que no es lo puto mismo.

“Cris, no es fácil para nadie, ¿vale? Pero tenemos que intentarlo, por el bien de todos.”

“Amy, es que…”

Y ahí está, se me quiebra la voz y no puedo contenerlo más. Dejo caer los brazos y las miro alternando mi mirada entre mis dos amigas, sintiendo como las lágrimas comienzan a caer y realmente después del puto día que he tenido no tengo energía para intentar contenerlas.

“… es que no puedo evitarlo.”

Las miro a cada una de nuevo y luego agacho la mirada, no pasa ni medio segundo y siento dos pares de brazos alrededor de mi y yo me abrazo de Nora, quien esta mas cerca de mí; el abrazo dura unos cuantos segundos nada más antes que Amy se separa y me habla suavemente tomándome de la mano.

“Vamos. Ven, Cris, salgamos de aquí.”

Asiento sin poder hablar, tengo un nudo en la garganta que flipo y una opresión en el pecho como no sentía hace por lo menos una semana, Nora enlaza nuestros brazos, Amy no suelta mi mano ni un solo instante y me da un poco de alivio saber que podré estar sumergiéndome en un profundo océano, pero siempre tendré sus manos para ayudarme a salir.

Justo antes de dar a vuelta a la esquina para salir a otro corredor distinto, miro a mi izquierda en dirección al salón de literatura y la veo de pie allí, justo en la puerta mirando en mi dirección con una expresión que no puedo distinguir, confundida quizás, sí, probablemente sea eso, aunque en realidad no importa, no puto importa, lo único que importa es que esta allí y que, aunque no pueda respirar por ello, mañana la volveré a ver. Le dirijo una sonrisa que esta pintada de tristeza y cansancio, pero también con algo más, y con eso me despido de ella… hasta mañana por lo menos.

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AN: Heyyyyyyyyy!! Ya estamos de vuelta, perdonen la tardanza es que la vida no me daba :( pero aquí esta el nuevo!! Les recuerdo que ya entramos a la linea temporal de Atrapando Humo y los capítulos son casi simultáneos así que pueden alternar entre ambos fics 😎

Como siempre, gracias por leer, por su paciencia, por sus estrellas y sus comentarios.

Gracias y perdón.

PD: Sí, habrá un side de Damira porque en mi mente Cris siempre los ha apoyado.

Bajo El AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora