Cuando Blaise llegó a la sala vio a su pareja sentado junto a Billy quien se veía bastante nervioso. Frente a ellos estaba un hombre alto, de pelo castaño y ojos color miel que tenía la mirada fija en su hijo
- Buenas tardes – dijo Blaise entrando a la sala
- Buenas tardes – respondió el hombre mientras todos se ponían de pie – mi nombre es Remus Lupin y soy el destinado de Billy
- ¿su destinado? – dijo Blaise dándole la mano
- Disculpe el atrevimiento – dijo el castaño –. Me pareció extraño que no me buscara, por lo que decidí venir. Espero no dar una mala impresión
- Hasta donde sé, el nombre de Billy aún no había salido del todo – dijo Blaise mirando a su hijo
- La verdad es que si salió – dijo el chico –, pero con todo lo que ha pasado con papá y contigo...
- Ya veo – dijo Blaise – tome asiento señor Lupin
- Supongo que ya converso con mi esposo – pregunto Blaise y Arthur se removió nervioso en su lugar al escuchar como lo llamo el chico –. Él también acaba de recibir su marca, por lo que recién he reconocido a Billy y a sus hermanos
- Estoy al tanto del caso – dijo Remus – y también del hecho que debe vivir dos años bajo su cuidado. Yo... la verdad es que creí... que habían investigado sobre mí, y por eso le habían prohibido reclamarme
- ¿su condición? – pregunto Blaise sorprendido
- Yo... no cuento..., bueno..., yo... – dijo Remus
- El dinero no es problema – dijo Billy
- Billy – dijo Arthur
- Conseguiré la forma de tener un trabajo – dijo Billy – yo... si esperas los dos años que seré considerado menor de edad antes de formalizar...
- Claro que espero – dijo Remus
- ¡Billy! – volvió a llamar Arthur
- Lo siento. Soné insolente – dijo el castaño sonrojado
- Les propongo algo – dijo Blaise y todos lo miraron – durante esos dos años, se conocerán, se enamoraran, y se respetaran como cualquier pareja, – y recalco – menor de edad. Cuando llegue el momento, Billy contara con un buen respaldo para que empiecen su vida
- Señor Zabini – dijo Remus –, bajo ningún motivo quiero que piense que lo que me interesa es su dinero
- Bueno – dijo este tomando la mano de Arthur que no pudo evitar sonreír –, tienen dos años para demostrárnoslo
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Sentada detrás de la ventana de su habitación, Ginny veía caer la lluvia. Desde aquel viaje al callejón Diagon, su perspectiva de todo lo que su familia estaba pasando había cambiado. ¿Extrañaba a su madre? Si. Pero ¿su madre los extrañaba a ellos? Antes, le gustaba imaginar que pasaba el día encargándose de la casa, con la ilusión de que ellos volverían en cualquier momento, y todo volvería a ser exactamente que antes. Que todo solo sería un mal sueño del cual despertaría en cualquier momento. Ahora solo se preguntaba si su..., si Molly los quiso realmente, pero mientras más lo meditaba, menos creía en ese amor con cual la mujer se había llenado la boca durante tantos años. Molly nunca los había amado. Ni a su padre, ni a ellos
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Destinados
FanfictionAl no ser destinados Arthur sabía que no había ninguna garantía de fidelidad a pesar de tener siete hijos en común, pero jamás imagino el giro que su vida daría