Arthur leía en la sala un libro sobre embarazos masculinos, si bien aún no estaba esperaba ningún bebé, Blaise y él no habían cerrado la posibilidad, por lo que quería estar preparado. La chimenea se activó y por ella paso su pareja, que sonrió y prácticamente corrió a sentarse a su lado para abrazarlo
- ¿Cómo estuvo tu día, cariño?
- Lleno de reuniones – contestó Blaise mirando el libro que leía su pareja – ¿y esto?
- Sé que dijimos que lo íbamos a dejar al tiempo – dijo Arthur sonrojado – pero la posibilidad está abierta y quiero estar preparado. Además... los chicos ya... tú sabes
- Ni me lo recuerdes – dijo Blaise – ¿Por qué pasó tan rápido el año? O peor aún ¿Por qué hicieron ese estúpido ritual? – y Arthur sonrió – mis niños aun estarían aquí ahora y no sabe Merlín donde
- Los niños – dijo Arthur besándole el cuello – no están aquí, pero yo si
- ¿si? – susurró Blaise cerrando los ojos
- Y te amo – dijo Arthur
- ¡Ay por Merlín! – dijo una voz detrás de ellos – ¿siguen haciendo eso?
- ¿Y tú sigues llegando en los momentos menos oportunos? – dijo Blaise y Arthur lo empujo mientras le llamaba la atención – mejor ven y dame un abrazo – dijo poniéndose de pie y abriendo los brazos
- ¿y si mejor se lavan las manos? – dijo Charlie con recelo
- ¿Le estas negando un abrazo a tu padre? – dijo Blaise con falsa indignación
- Aunque conociéndolos creo que un baño sería mucho mejor – dijo el chico dando un paso hacia atrás
- ¿A que debemos el milagro de que estés lejos de tus dragones? – dijo Arthur
- Ni tanto. El dragón de Gringotts está delicado y viene a ver en qué puedo ayudar – dijo Charlie
- Entonces has hablado con Billy – dijo Blaise
- Aun no – dijo el chico –. Los duendes le hablaron directamente a los de la reserva, y ellos me enviaron
- Y yo ingenuamente creyendo que me extrañabas – dijo Arthur haciendo un puchero
- ¿Qué tiempo te quedaras? – pregunto Blaise
- Tal vez quince días – dijo Charlie – quizás veinte
- ¿Tan poco? – pregunto Arthur y Charlie sonrió
- Amor – dijo Blaise – nuestro hijo no está de vacaciones
- Eso no es excusa para llegar y decir que solo viene por trabajo – dijo Arthur haciendo un puchero mientras sus lágrimas caían
- ¿no vas a llorar, cierto? – dijo Charlie
- No sé qué me pasa – dijo Arthur empezando a llorar sin razón
- Arthur – dijo Blaise – cariño...
El callejón Diagon estaba tal y como lo recordaba, sus calles coloridas y llenas de magos y brujas que iban en todas direcciones buscando todo lo necesario para el nuevo año escolar de sus hijos. El día anterior había ido a ver al dragón y se había hecho una idea muy clara de lo el animal padecía. Afortunadamente no era nada complicado, pero aun así debería tenerlo en observación. Sin embargo necesitaba unas hierbas para un ungüento. Entro en la tienda y toco la campanilla para llamar al dependiente
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Destinados
FanfictionAl no ser destinados Arthur sabía que no había ninguna garantía de fidelidad a pesar de tener siete hijos en común, pero jamás imagino el giro que su vida daría