Capitulo 5

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Regresó a su casa y se relajó un rato en la bañera, al salir con el pijama ya puesto, notó que su abuela se encontraba sentada en su cama

-Siéntate, pequeña, te cepillaré el cabello- la chica estaba un poco sorprendida pero no iba a dejar pasar la oportunidad de recibir mimos, le encantaban, pasaron unos minutos- ¿Sabes, Aimi? Tu padre y yo estamos muy felices de tenerte en la casa

-Yo también los extrañé, abuela, aunque nos vimos pocas veces, siempre imaginé cómo sería tenerlos en mi vida- eso sonó un poco más a reproche de lo que le gustaría

-Yo, yo imaginaba cómo sería tener un nieto, a alguien a quien cepillarle el cabello, a quien cargar, aunque ya no te aguantaría- rio sutilmente, como solo las personas como ella sabían hacerlo.

-Y ahora tienes dos- recalcó la chica

El ambiente se volvió un poco nostálgico e incómodo

-Tamaki vive bien, le dejamos la segunda casa, y a su propio personal- dice de manera lenta, tratando de que su nieta entendiera

-Eso me dijo- comenta con una sonrisa- si no les importa abuela, me mudaré este fin de semana con él- jugaba con sus manos, estaba emocionada

-Marie, quédate aquí- la voz de la abuela se escuchaba frágil, haciendo que el corazón de la chica se estrujara, desde que tiene memoria, nunca le había llamado por su nombre francés

-Abuela- giró y tomó sus manos- te amo, y amo a papá, pero Tamaki es mi hermano, mi primer amigo, es el amor más grande en mi vida- Shizue giró levemente la cabeza- y quiero volver a estar con él cuanto antes

-Lo puedes ver durante la escuela, incluso te puedo permitir quedarte con él algunas veces al mes- su voz se mantenía neutral, pero sus ojos decían otra cosa, apretó un poco más las manos de su nieta

-Abuela, no me hagas esto más difícil- los ojos de la muchacha contenían unas pequeñas lágrimas- por favor- susurró

La mayor soltó las manos de la contraria y se levantó de la cama, se dirigió a la puerta y antes de salir dijo:

-Sólo piénsalo, ¿Quieres? - no volteó a verla- Buenas noches, querida- y cerró

La otra simplemente se tiró en la cama y suspiró, le encantaba estar con ellos, pero Tamaki, Tamaki era su motivo y él ya había estado suficiente tiempo solo, no lo abandonaría nunca más.

La semana pasó volando, en el receso comía con Tamaki y sus amigos-compañeros de clase. Ahora cada que Tamaki le preguntaba si iría a Host, ella negaba y decía que tenía que volver a casa lo más pronto posible.

Su hermano no sabía, pero la chica lo hacía para pasar tiempo con su abuela y ocasionalmente, cuando el trabajo se lo permitía, con su padre. No podía cumplir con su petición, pero al menos les dejaría buenos recuerdos.

Todo el sábado convivió con ellos y por la noche les anunció su decisión, aunque ya lo sabían, esperaban que hubiese cambiado de opinión, pero no fue así.

Domingo por la mañana, sus maletas ya estaban preparadas, pero pasó por alto un pequeño detalle, olvidó avisarle a su hermano

-Aló, princesa?- escuchó del otro lado del móvil

-René, bueno, yo planeaba mudarme este fin de semana contigo, hoy para ser precisa, pero, ummm... olvidé preguntar si podía ir...

-OF COURSE, MY LADY!- tuvo que separar ligeramente el teléfono para no lastimar sus oídos- ¿A qué hora?

-Tengo mis maletas listas- sonrió por su torpeza- le diré al chófer que me lleve ahora, si te parece

-Iré a recogerte yo mismo, espera, no tardo- colgó

Avisó a los dos mayores que Tamaki vendría, después de un rato, que a la chica le pareció extremadamente corto, tocaron el timbre y éste pasó.

Fue directamente a abrazar a su hermana y después saludó a los demás con afecto, como siempre ha sido, y ellos le respondieron de manera distante y cortante, como siempre ha sido también, eso a la chica no hizo más que aclararle que estaba haciendo lo correcto y subió sus maletas, ellos se dieron cuenta que la muchacha se había molestado, y sabían por qué, así que la siguieron a la entrada

-Espero que estés en lo correcto Aimi- dice la mujer

-Tranquila abuela, lo estoy- no pensaba hacer nada más, pero su abuela extendió sus brazos, le parecía injusto después de cómo trató a su hermano, pero éste le dio un empujoncito para animarla a abrazarla- vendré de visita, lo prometo- hizo un pequeño puchero pues seguía molesta, pero de la misma manera abrazó y se despidió de su padre.

Tamaki abrió la puerta del vehículo y ayudó a su hermana a subir, éste se despidió prometiendo cuidar de ella y subió también, partieron rumbo a su hogar

-Si te sigues enojando envejecerás rápido- dijo intentando animarla

-No me agrada que te traten así- volvió a su puchero

-No me importa, soy feliz con tenerte conmigo, gané- le guiñó el ojo y es cuando la muchacha entró en razón, ahora viviría con él, sonrió y la abrazó

Llegaron a su destino, nuevamente la castaña pensaba que fue muy rápido el viaje.

-Nissan, ¿Cuánto tiempo es de la casa de papá a la nuestra?

-15 minutos en auto, o un poco menos- contestó mientras bajaba las maletas- ¿Por qué?

Ella se dio una facepalm- Los Suou son todo un caso- dijo riendo, ¿Todo el drama por quince minutos?

- ¿Eh? - su acompañante no había entendido la razón, pero decidió no preguntar más, por ahora se dedicaría a mostrarle el lugar

Una de las Maids que se encontraban esperándolos, era Amaya, aquella que la atendía en casa de su padre, la enviaron para que se volviera su mucama personal

La habitación que le mostró su hermano que sería para ella era espaciosa, no tan tan taaaaaan grande como la que estaba en la casa de su padre (esa incluso tenía dos pisos), pero era mejor, así no había espacio para fantasmas, pensó

-Si quieres la podemos pintar de rosa y agregar algunas flores, por cierto, pedí que te trajeran unos peluches- le acarició la cabeza

-Nichaaaan! Ya no soy una niña pequeña- infló sus mejillas- aunque, los peluches no son mala idea- susurró, pero él la alcanzó a escuchar y sólo rio, seguía siendo su Marie

Pasaron lo que quedaba del día acomodando sus cosas, platicando y mostrándole la casa, se fueron a dormir relativamente temprano, mañana tenían clases 

Sucédeme (Kyoya Ootori x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora