Capítulo Nueve: Shiizakana

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Es tarde cuando se van.

Peter Bernardone es arrestado por los asesinatos de Sarah Craber y otras quince mujeres, y por el intento de asesinato de su Alfa, Clark Ingram. Los oficiales del FBI lo llevan en una ambulancia segura al Hospital Estatal de Baltimore para Locos Criminales, donde será evaluado y encarcelado en una de sus salas, o transferido a otro hospital psiquiátrico de la elección de su Alfa.

Su vida ha terminado.

Louis se acurruca en el asiento del pasajero del Bentley de Harry, enfermo de ira y adolorido. Él recuerda muy bien su propia evaluación psicológica; las pruebas estandarizadas, los comentarios condescendientes.

Harry todavía tiene su arma. Probablemente sea algo bueno; Louis no confía en sí mismo para no dispararle a la cara engreída de Clark, justo en frente de todos los oficiales. El Alfa está sentado en el escalón de atrás de una ambulancia, envuelto en una manta de lana, la sangre y las entrañas del caballo se lavaron de su cara y manos, dando una declaración; sobre cómo llegó a ver a su Omega, su Omega perturbado y enojado, y Peter lo golpeó en la cabeza con un martillo, dejándolo inconsciente y como lo cosío en el vientre de una yegua muerta.

La boca de Louis todavía sabe amarga por su parte al asegurar la convicción de Peter. No había estado ahí para presenciar a Clark liberando a los animales o matando al caballo. Todo lo que había visto, todo lo que podía decir con sinceridad, cuando se le preguntó, fue que había llegado para encontrar a Peter cosiendo la barriga, y que el otro Omega había confesado haber puesto su Alfa dentro de la yegua.

Levanta la vista cuando Harry regresa, sus ojos con anillos dorados caen al bolsillo del abrigo del otro hombre, donde se encuentra el arma, esperando ser usado.

"¿Cómo te sientes?" Harry pregunta, instalándose detrás del volante y arrancando el motor. Él mira a su compañero, notando la tensión en la mandíbula de Louis, pero su corazón se calienta por la forma en que la mano de Louis permanece cerca de su estómago, protegiendo inconscientemente al niño por nacer que duerme dentro.

Louis suspira y mira hacia otro lado. Mira fijamente los oscuros campos cubiertos de nieve, mirando hasta que sus ojos pican y se nublan. Cuando parpadea, se da cuenta de que puede ver su rostro reflejado en el frío cristal, sus iris brillantes en la penumbra.

Y, muy débilmente, detrás de él, puede ver a Harry.

»No estás solo, Louis. Estoy parado justo a tu lado«.

"Cansado" susurra, buscando a tientas detrás de él para unir sus dedos con los de su Alfa "Llévame a casa."

Harry asiente, sabiendo que Louis puede verlo, y le da un apretón rápido a su mano antes de soltarlo para poner el auto en marcha. Baja el volumen de su música, permitiéndose el ruido de fondo pero dándole a Louis suficiente silencio para procesar sus emociones.

»Llévame a casa«.

Harry sabe mejor que Louis que "casa" no es la suya en Baltimore, y así que toma la carretera interestatal para tomar los caminos rurales hacia Wolf Trap.

El trayecto dura poco más de dos horas. Louis es un resorte en espiral en el lado derecho del automóvil durante todo el viaje, y Harry siente una punzada de simpatía en sus propios hombros. Se siente aliviado cuando las llantas crujen sobre la nieve recién caída y retumban por el largo camino de entrada a la pequeña granja, sus luces brillantes son un faro acogedor en la opresiva oscuridad.

The Reckoning {Larry Stylinson (Traducción)}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora