𝐜𝐞𝐫𝐨

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Sus pies descalzos dolían por tanto correr y por la superficie en la que eran apoyados. Sus brazos también dolían, pero estos por llevar el peso de dos niños encima. Sentía que en cualquier momento caería al suelo, pero no, debía seguir, debía poner a sus hermanos a salvo.


Las múltiples voces de hombres y mujeres aún se escuchaban y parecía que era cada vez más cerca.


Pero no importaba si sus pies se infectaban o si sus brazos le terminaban doliendo por días, él no se detendría hasta llegar a algún lugar donde pueda poner a los niños a salvo. Y luego de eso, sólo los dioses decidirían qué pasaría con él.


Sus lágrimas no paraban de salir, y no era el único, Minju y Seungkwan tampoco paraban de llorar, pero los tres lo hacían en silencio, sabían que si hacían demasiado ruido les sería más fácil a los osos encontrarlos. Sus hermanitos eran inteligentes.


Estaban tan asustados y también tan tristes. Habían pasado sólo dos días desde que sus padres habían muerto. Y no sólo les dolía el haberlos perdido, sino que también el cómo se les fue arrebatada la vida; murieron por culpa del incendio causado por un dragón.


Y pensar que no estarían huyendo si no fuera por ello.


Recuerda que era un día normal, como cualquier otro. Estaba ayudando a su madre con la comida mientras su papá ponía la mesa y los pequeños jugaban afuera. Su madre le había pedido que fuera a llamarlos porque la comida ya estaba lista. Sólo había salido unos minutos, Seungkwan y Minju iban a unos pasos detrás de él. Y de repente, la casa comenzó a quemarse. El fuego apoderándose de ella asustó a los cinco humanos, dos de estos se alejaron un poco a pedido de uno y este mismo fue en busca de los dos faltantes, pero era tarde, rápidamente fue tarde. La casa se empezaba a hacer pedazos. Y los gritos desesperados de sus padres resonaban en todo el bosque. Trato todo lo que pudo de abrirse paso entre los escombros, pero le era imposible. Así que con el corazón roto, tuvo que llevarse a los niños lejos de ahí.


Los dragones y varios tipos de cambia formas solían molestar con frecuencia a los humanos, a sabiendas de que estos no eran lo suficientemente fuertes como para defenderse. Pero nunca pasaba de eso, sólo los molestaban. Jamás había escuchado que los mataran sólo porque sí. Y la primera vez que pasó, fue delante suyo y a sus propios padres.


Ahora estaba huyendo del clan de osos. Había tratado de robar un poco de su comida, pero fue descubierto. Sin embargo, el líder del clan le ofreció hogar y comida para los tres, si contraían matrimonio. Había aceptado, pero era mentira. Cuando llegó la noche, tomó lo que nesecitaban de comida y se fue con sus hermanos. Pero nuevamente fue descubierto.


El bosque se le hacía más extenso con cada paso que daba. Sus ojos pesaban y amenazaban con cerrarse, después de todo, no había dormido desde el "accidente".


Un chillido proveniente de Minju le hizo darse cuenta que se estaban acercando a ellos. Entonces, con lo poco que le quedaba de energía, acelero el paso. Se negaba a dejar morir a sus hermanos, y la única razón por la que no se había entregado, era porque nada le aseguraba que después de matarlo dejarían a los menores en paz. Así que seguiría corriendo hasta encontrar algún lugar seguro donde dejarlos.


Y así fue, cuando luego de alejarse bastante de los osos, encontró un gran castillo. No tenía idea de si era otro clan o no, pero esperaba que no les hicieran nada y aceptaran dejarles pasar la noche.


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p a s s a g e

My Dear DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora