Una gira de dos

Sinfonía del Corazón

- ¿Cómo es que olvidé cargarlo? - me pregunto avergonzada mientras observaba mi celular -. *suspiro* Ahora... ¿Dónde estaba el hotel?

Miraba a mi alrededor confundida en busca de alguna señal que me diese una pista, pero luego de unos minutos acepté la realidad en la que ya estaba pensando.

- *suspiro* Estoy perdida... ¡Ya se! Llamaré a You y... *suspiro* No tengo batería... y tampoco quiero hablar con You la verdad...

Cada vez que decía su nombre mi pecho se sentía cálido y una pequeña sonrisa se comenzaba a colar en mi rostro. Era un sentimiento muy dulce y agradable, por esa misma razón no podía pensar en ella.

- Si no dejo de pensar en ella solo haré que mis sentimientos sigan creciendo y no... No quiero eso

Me digo a mí misma sin dejar de caminar por las calles, sin un rumbo cierto, simplemente buscando ahora despejar mi mente, de nuevo. Si no controlaba a mi corazón me terminaría haciendo daño pero sobre todo le haría daño a ella... y eso jamás me lo podría perdonar

- Agh... ¿Por qué el amor es tan complicado? ¿Por qué me tuve que enamorar de You?... No... Yo sé porque me enamoré de ella...

Desde el día en que la conocí me pareció una chica muy agradable. Su actitud activa y alegre se contagiaba fácilmente con quienes la rodeaban, era increíble y por un tiempo pensaba que ella no tenía ninguna falla en su forma de ser, hasta aquella noche cuando la llamé. Allí me di cuenta de mi error, la conocí en verdad. Una chica dulce y tierna, llena de inseguridades y miedos como cualquier chica de nuestra edad, no era diferente a mí. Esa fue la primera chispa que despertó mi amor por ella, pues finalmente noté lo fuerte que era You, una joven normal que a pesar de sus problemas daba todo de si misma, tratando sonreír siempre, no para ella sino para compartir su alegría con la gente que la rodeaba.

- De eso me enamoré... *risita* ¿¡Eh!? N- ¡No! Esto no está funcionando... Vamos... Vamos... piensa en otra cosa... Piensa en... Numazu... ¡Si! ¡Eso es! Eso me ayudará

La playa de Numazu era preciosa, nunca imaginé poder ver algo así todos los días cuando vivía en Tokio. De hecho ahora que lo pienso ya no soy capaz de imaginarme una vida en otro lugar que no sea ese, con su gente y su hermoso mar.

- Ese mar precioso como los ojos de You... *suspiro* - sin darme cuenta ya había empezado a delirar de nuevo con una torpe sonrisa mientras caminaba -. Espera... ¡NO! ¡Ahora ya no puedo dejar de pensar en ella! *suspiro* Esto no está saliendo bien...

De repente escuché un sonido que venía de un parque cercano. Mi oído reconoció al instante de que se trataba. Era una melodía elegantemente entonada.

- ¿Un piano? - me pregunto con curiosidad mientras me acercaba hacia la fuente de este, como hipnotizada por las notas que recorrían el ambiente -.

Al entrar me encontré con una chica sentada tocando. Tenía el cabello rojo bastante largo y podía notar por la forma en que movía sus dedos por las teclas que se hallaba muy inspirada en ese momento. La melodía que entonaba era magnífica, no solo la precisión en las notas sino en general lo hermoso que sonaba.

- Es precioso... - suspiro sin poder controlarlo -.

- ¿¡Ehhh!? - reacciona sorprendida mientras se daba vuelta hacia mi -. Ah... *suspiro* Me asustaste... Supongo eres alguna de las chicas que vive por aquí cerca... Lamento si el sonido te molestó, ahora mismo estaba termi... Oye... ¿Estás bien?

Lo noté sin necesidad de pensar mucho. Quizás por el cabello largo no lo sospeché al comienzo pero ahora que pude ver sus ojos estaba totalmente claro.