Capítulo 5

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-¿Entonces eso te paso con Bella?

El se encogió de hombros, acababa de contarme un poco acerca de la imprimación de Sam con la prima segunda de Leah, Emily. Y pensar que todo eso trajo problemas cuando Leah también se volvió parte de la manada...

-No estoy seguro, como dije es una excepción, no una regla. Es básicamente lo que paso contigo y tu vampiro, encontraron a su alma gemela.

-Y no importa que no te puedes alejar de ella...

Culmine sorprendida ante su historia, ciertamente sentía mucha pena por Leah, había perdido a su padre, a su novio y ella junto con su hermano eran licántropos. Menudo lio había hecho con mi decisión de volver.

-Dime, si solo yo y Edward no hubiéramos regresado, ¿habría pasado todo esto?

Pregunte con curiosidad, y lo vi asentir, ya me temía yo que era el problema aquí.

-Pregunta, ¿el puede leer tus pensamientos?

Negue con la cabeza y luego asentí con una mueca.

-Es parte de nuestra ¿conexión?, de hecho todas las parejas de la familia tienen esa conexión especial... Eso creo.

El ladeo la cabeza.

-Yo tampoco lo entiendo muy bien, ¿ok? Podemos comunicarnos telepáticamente pero solo cuando queremos hacerlo, o mejor dicho cuando yo quiero hacerlo...

Decidí callarme, dándole entender a mi amigo que no quería hablar de eso y continuamos haciendo los deberes, esta historia se la tendría que contar en algún otro momento.

Sera un hombre lobo, pero seguía siendo un estudiante, un enorme estudiante que se colaba por las ventanas como una enorme gusano acosador.

Pasamos el resto de la tarde haciendo tareas, pues al parecer los chicos se estaban divirtiendo cazando, Charlie había ido a conversar con los próximos compradores de la casa, pues quería irse antes de la fiesta de graduación. Pobre Charlie debía de ser muy duro para el.

Sin embargo había algo que tenia que comprar, desde hace un tiempo pensaba que necesitaba algo para defenderme en caso de emergencia, había estado haciendo ejercicio nuevamente solamente para esto.

-Necesito ir al centro, me acompañas.

Realmente no planeaba preguntarle, de todas formas lo iba a hacer, pero era mejor ahora que nunca.

-¿Porque? ¿Qué planeas?

Sonreí.

-Huir antes de que nos atrapen, andando, trajiste tu moto ¿verdad?

El asintió rápidamente mientras que bajábamos y cerraba la casa con llave, me puse mi casco y le hice una seña a la par que arrancaba mi hermosa moto plateada en dirección a Port Angeles. Necesitaba conseguir un hacha.


-Ahora si estamos muertos... ¿Por qué necesitas esa cosa? Si uno de esos fríos te encuentra no esperara a que la levantes.

Aun así sonreí, claro que esperaría, tendría que hacerlo y en esta ocasión no tendría piedad.

-Tengo mis trucos Jacke, hora de volver a casa, y lo mejor será irnos ahora...

Murmure cuando vi el volvo plateado de Edward afuera de la tienda rondando, salimos corriendo y nos subimos a nuestras motos con mi hacha bien enfundada en mi espalda.

-Creo que mejor me iré, ¡suerte!

-¡Traidor!

Grite mientras que arrancábamos las motos a la par y salíamos en dirección de regreso a Forks, todavía no había anochecido y no parecía que fuera a llover por lo que no habría problema. Exceptuando claro que Edward comenzó a conducir detrás de mi, me sentía nerviosa y ya me esperaba la tremenda reprimenda que me iba a lanzar cuando llegáramos a casa. Pero por el momento bien sabia que no podía hacer nada mas que escoltarme, el traidor de Jacob había acelerado hace un rato dejándome atrás.

Estrella fugaz ||Edward Cullen y tú|| ||3° Libro|| ||Saga Crepúsculo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora