Just Let Me Love You • PJM

𝙾𝚗𝚌𝚎

Seúl, Corea del Sur
5 años después.

—Hola Jimin —me asome en el umbral de la puerta.

—Hola —voltio para ver a su amiga.

—¿Ya acabaron tus clases de hoy? —camine para sentarme en la cama.

—Si —dijo obvio —¿Qué no ves?

Ignore su respuesta.

—Que bueno —carraspee la garante — ¿Quieres ir por un helado?

—Pedir permiso —salió de la habitación.

Jimin salió de su habitación, obviamente a pedirle permiso a su mamá para poder salir. Jimin y yo ya llevamos aproximadamente unos cuatro años conociéndonos, somos mejores amigos. Desde que le hicieron la broma a Jimin de meterle la mariposas a su ropa interior, no ha regresado a la escuela, el toma clases en su casa, algo realmente genial. Yo ya se lo había pedido a mi mamá, pero luego pensé en mi demás amigos y decidí dejarlo así.

Todos los días voy a casa de Jimin, no hay un día que no, bueno si, de vez en cuando no vengo los fines de semana, con el divorcio de mis padres mi papá tiene derecho a verme los fines de semana.

—¿Qué te dijo? —le seguí la mirada.

—Está bien.

—Bien, entonces vámonos —sonreí.

Me levanté de la cama, Jimin y yo nos dirigimos a la puerta de su habitación para salir.

Estábamos bajando las escaleras, mientras íbamos en silencio.

—¡Jimin, ven!

Se escuchó un grito no muy fuerte pero audible desde la sala.

—Ya voy mamá —corrió hasta donde estaba su madre.

—Toma —extendió su brazo con el puño cerrado —para que le invistes un helado a Jae —guiño el ojo.

—Si mamá —tomó el dinero con sus dos manos e hizo una reverencia.

Jimin salió de la sala para dirigirse hacia donde se encontraba Eunjae.

—Mira Jae, hoy invitar un helado —levantó su brazo mostrando el dinero.

—Muy bien Jimin. Espera un segundo voy a ir a agradecerla a tu mamá, no te muevas de ahí.

El chico solo asiento ante el comentario de Eunjae, y permaneció en el sitio que le indicó la adolescente.