En un pueblo entre las praderas y los bosques del montañoso continente septentrional, vivía un pequeño niño despreocupado que se hacía llamar a sí mismo Manis. El nombre que le pusieron se perdió cuando la gente aceptó llamarle de esa manera.
Como algunos chicos que fueron abandonados por sus padres, vivía en una casa comunal de acogida regentada por un híbrido entre humano y bestia.
Su vida era simple de mañana ayudaba en la granja cercana arando, regando y recogiendo los frutos cuando el granjero ordenaba.
A mediodía trabajaba como ayudante en el taller de artesanía del lugar.
No trabajaba por dinero sino por la promesa del artesano de reparar de forma gratuita cualquier mobiliario descompuesto. Incluso los aprendices debían pagar para trabajar y aprender el arte del oficio, pero él no era un aprendiz, sino un ayudante, un rango más bajo.
El trabajo era una obligación para los niños, salvo si estos ya nacieron en una familia, su caso era el mismo que los demás huérfano que debían aprender a trabajar para poder labrarse un mísero futuro.
Aquellos que nacieron bendecidos con gran capacidad para el uso de la magia se les permitían tener un futuro. Ingresando a una escuela de magia en una ciudad lejana, pero Manis carecía de una cantidad elevada de magia, cosa que no le importaba. Era tan inexpresivo e introvertido que nadie sabía que le pasaba por la cabeza, de hecho ni el mismo lo entendía del todo, pues el mundo ante sus ojos se veía como si estuviese tras un grueso cristal, que no podía atravesar, como un sueño del que no puedes despertar.
Cada noche tenía el mismo sueño. Hundiéndose en un oscuro océano, sin poder nadar, sin poder respirar, ahogándose mirando hacia arriba. Los colores ondeantes en la superficie del agua quedaban grabados en su retina. Estos eran azules y verdes con la luna blanca en el centro.Al despertar sentía como si empezase a soñar. Su garganta completamente seca le indicaba que había despertado. Sabía que era ese sueño pero no lo entendía.
Un buen día mientras limpiaba el trastero del artesano encontró un jarrón lleno de lo que parecía agua plateada, a su lado había otro con el mismo líquido. Acudió al mismo pidiendo saber qué era, pero este le mandó a limpiar de vuelta. Afortunadamente su hijo mayor estaba ahí para ayudarle.
—Esto es metal mágico— Le contó Lio. Metió su mano dentro del líquido y sacó una pieza de metal solidificada —Ves, si usas algo de magia y mientras piensas en la forma que quieres, el metal se adaptará no hace falta que tengas un gran control de la misma, solo imagina la forma que quieras y esta aparecerá en tus manos—
—Increíble— Exclamó Manis.
—Si, parece muy conveniente y de seguro te preguntes por qué no lo estamos usando y es por esto— Agarrando el metal en ambos extremos, lo dobló hasta romperlo —Ves, su dureza es aleatoria. Si haces una armadura puede que se haga pedazos cuando vayas a ponértela y una espada se doblará como una de papel o tendrás cualquier forma excepto recta y encima una vez endurecido no vuelve a ser liquido— Tapó el jarrón y ayudó con la limpieza —Padre consiguió ambos jarrones a uno de los comerciantes nómadas. Usó su táctica de persuasión para que este se los rebajase—
Manis imaginó al artesano estrangulando al pobre comerciante para que bajase el precio.—Según él deseaba explorar las posibilidades que ofrecía esta cosa, pero no consiguió nada. Tampoco podemos decir que fue una pérdida o derroche, el trueque fue bien porque se deshizo de la chatarra innecesaria a cabo de este artículo de lujo—
En ese momento la voz del artesano inundó el cobertizo exigiendo a Lio que volviese.Manis se quedó solo mirando los jarrones de metal líquido mágico por un rato antes de volver con los demás.
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Isekai genérico.
AdventureUn Isekai genérico más que puedes encontrar en cualquier lugar ¿o no?