DOS

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Era de mañana, un rubio despertaba con pesar luego de una larga noche sin poder dormir muy bien.

— Buenos días cielo, ¿jugo?...o ¿café? — rió levemente la bella dama de cabellos rojizos

— Hola ma — saludó mientras emitía un bostezo y se estiraba en el marco de la puerta — café por favor

— ¿Tuviste una larga noche? ¿qué hacías? — preguntó el señor de la casa mientras leía un informe en su iPad y con una mano sostenía su taza de café

— No hacía nada, solo no podía dormir 

— ¿Pensando en alguien especial? - cuestionó su madre con burla

— Tal vez...— dio una mordida a su tostada

— Buenos días — saludó una mujer con voluptuoso pecho

— Tsunade-sama, buenos días - sonrió la dulce pelirroja

— Hum...¿mala noche? — se burló del rubio 

— Algo así — dio un sorbo a su café

— ¡Buenos días! — apareció un señor de cabellos blancos — ¿adivinen quién va a sacar nueva obra?

— Tú y tus cosas pervertidas — regañó la rubia

— Esa...es una gran noticia Jiraiya-sama — sonrió avergonzado el rubio mayor

— Ten Naruto, dale un vistazo — extendió el manuscrito

— Jiraiya-sama, aleje eso de mi hijo por favor — amenazó con una bella sonrisa la pelirroja 

— Tranquila ma, no gracias

— Oh vamos Naruto, debes convertirte en un hombre algún día — le guiñó

— Lo siento, pero no gracias, de veras 

— Vamos, una miradita no te hará da-

— ¡Ya basta! ¡Naruto no quiere leer tu libro, viejo pervertido ! - golpeó al peliblanco en la cabeza

— Bueno...gracias por la comida — se levantó con prisa

El rubio subió a su habitación, se dio una ducha rápida y se colocó su uniforme, tomó su mochila, se despidió de su familia y salió de la casa, llegando a la parada de autobúses y encontrarse con el chico pálido.

— Buenos días Sai

— Buenos días Naruto, ¿vienes de acosar al chico misterioso? 

— Oh cállate

— ¿Entonces sí?

— No, no sé donde vive, ni a que escuela asiste, soy un pésimo acosador — se llevó las manos al rostro 

— Podrías pedirle consejos a Hinata

— ¡Qué yo no le acoso! — gritó avergonzada una chica apareciendo en la parada junto a su primo

— Buenos días chicos — saludó con una sonrisa incómoda

— Naru, juro que no te sigo — se disculpó

— Ah tranquila, no es problema

Esperamos a que el autobús llegara, subieron y se sentaron en la última fila. Conversaban de cosas que producían carcajadas, incomodando a los demás pasajeros.

En otra parada, subió aquel chico serio de cabellos oscuros, que se sentó en el primer asiento.

— Oye Naru, ¿es él? — susurró el pálido

Uchiha...serás mío | SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora