Uchiha...serás mío | Sasunaru

DIEZ

— El muchacho de los ojos tristes...— cantaba llorando, casi gritando nuestro rubio que caminaba hacia la parada de autobuses, con los auriculares puestos. Ignorando todo lo que le rodeaba 

La caminata hasta la parada de autobuses nunca había sido tan larga, por lo general le tomaba unas tres canciones llegar, pero sentía su cuerpo pesado, cansado. Y eso que es viernes.

— Buenos días Naruto — saludó el pálido

— Ya no hay buenos días Sai, solo días 

El pelinegro aguantó esas ganas de reírse. Se mantuvieron en silencio hasta que subieron al autobús y luego esa caminata silenciosa hasta la escuela.

— Naru...Tenten ya te dijo que no es lo que tú piensas — habló la rubia al ver a su amigo todo deprimido

— Sí Naruto, venga ya, una sonrisita — trató de animar la pelirrosa, mas este solo la ignoró y pasó de largo para abrir su casillero

Una pequeña nota calló. Las chicas se sonrieron entre sí, evitando que el rubio las viera.

"Hola Naruto,

No sé cómo exactamente iniciar esto, así que seré directo...

¡Me gustas!

Y...mucho a decir verdad.

Así qué, sí estás dispuesto a darme una oportunidad...podríamos vernos hoy en la tarde, a eso de las cinco...en la fuente del parque, donde tus hermosos ojos y el brillo dorado cual oro de tus cabellos me enamoraron...

Espero que sepas quién soy...

Te estaré esperando.

Atte. Tu admirador/acosador secreto"

— ¿Qué es Naru? — preguntó Tenten, tratando de ocultar sus gritos de fanguirl

— Nada importante — dijo seco, arrugó la nota y la lanzó

El chico les dio la espalda y comenzó a caminar. Mientras las chicas trataban de retener a Sakura que estaba con todas las ganas de ir a golpear a su amigo.

— ¡Suéltenme!¡Voy a matarlo!¡Juro que lo haré!

— ¡Sakura-chan, cámate pofavo! — gritó en un tono bajito la ojiperla

— Ugh...no nos deja opción — dijo entre dientes la rubia

A la hora de salida. Naruto se despidió de sus amigos, a lo que ellos se extrañaron, ya que el rubio no era de andar solo.

Con sus auriculares puestos, caminaba ignorando todo a su alrededor.

— ¡Mmh! — trató de gritar al sentir cómo le cubrían la boca con un paño, al igual que los ojos, simplemente quedó inconciente

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— ¿Seguras que no lo matamos?

— Ash Tenten, por milésima vez, ¡No! — gritó la pelirrosa