CUATRO

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— ¡Amaaaa ya me vooooy! — se despedía un rubio muy entusiasmado

Corrió emocionado hasta la parada de autobuses, era muy temprano aún, pero no quería pasar por lo mismo de ayer, así que no se bajó en la parada del Uchiha, mas el autobús se detuvo en ese lugar, donde subió el azabache, con su presencia dominante, alterando las hormonas del rubio que se quedó embobado.

— "Estúpido corazón, cálmate ya" — pensaba mientras presionaba su pecho

— ¿Está ocupado?

— "¿De verdad está pasando?" — volvió a pensar el blondo que se estaba sonrojando a más no poder, tras oír esas simples pero muy importantes palabras — A-ah n-no, siéntate — rió nervioso

El ojiazul aún no se podía creer que su amado estuviera sentado a su lado, en el mismo autobús, y que a pesar de que hayan más asientos vacíos este hubiese decidido sentarse junto a él.

[...]

— ¡NARUTO UZUMAKI! — entró en la habitación una mujer muy molesta

— En realidad es Namika...

— ¡Tú calladito amor!

— Sí cielo

— ¡Ah! ¡¿Mamá?! ¡¿Papá?! — se levantó asustado

— ¡¿Por qué hacen tanto escándalo?! — apareció la rubia

— ¡¿Baachan?!

— ¡Burro! — apareció Jiraiya sin enterarse de nada 

Todos se quedaron mirando al anciano, luego rieron, los mayores bajaron a desayunar junto al rubio mayor, mientras la bella mujer de cabellos rojos regañaba a su hijo por quedarse dormido, y que se apresurara o le daría con la chancla.

El pequeño blondo salió cual rayo amarillo en dirección a la dichosa parada, encontrándose con sus amigos.

En el aula de clases, se la pasó pensando en aquel sueño tan bonito que estaba teniendo en la mañana antes de ser interrumpido.

— Ya Naruto, es la décima vez que suspiras en el último minuto — se quejó el chico perro

— No puedo evitarlo...de verdad me gustaría poder hablar con él...

— Si puedes, solo que eres un cobarde

— ¡Ja! ¿A mí me llamas cobarde? ¿Quién es el pendejo que aún no puede decirle a Shino que le gusta?

— ¡Oye! ¡Cállate! — le golpeó la espalda

— Jajajajajajajajajaja

— ¡¿De qué te ríes pendejo?!

— ¿Así que es verdad? — le miró con cara pervertida

— Tch, como sea, ¿quieres...ir conmigo y con Shino al parque hoy?

— ¿Y eso? — se cuestionó extrañado — no me digas, ¿te pidió salir?

— No no no no...bueno sí

— ¿Entonces yo para qué iría de mal tercio?

— No es...necesito a alguien que cuide de Akamaru

— Ah vale, yo cuidaré de él mientras ustedes...mua mua mua — dijo mientras se abrazaba así mismo simulando besos apasionados 

— ¿Naruto? — preguntó la pelirrosa

— ¡Ah! 

— Ajajajajajajajaja — comenzó a reír a carcajadas el Inuzuka 

— De verdad que Uchiha te ha vuelto loco — se lamentó la pelirrosa para luego irse a su asiento

Uchiha...serás mío | SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora