Es domingo por la tarde, el rubio veía videos en su teléfono ignorando la montaña de tareas que le faltan por hacer.
— Mmm...¿debería? — se preguntó mirando uno de sus cuadernos — Ah de todas formas no entiendo nada
Recordó entonces aquel día cuando se infiltró en la secundaria Taka, donde felicitaban al pelinegro de sus sueños por ser un buen estudiante. Así que tomó sus cosas, las metió en la mochila y salió en busca de la única persona que podría ayudarle en estos momentos de desesperación.
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— Lo siento Naruto, Shikamaru no está en casa — dijo la señora con amabilidad
— ¿Sabe a dónde pudo ir?
— Posiblemente esté en la terraza de la biblioteca contemplando el cielo
— Ah vale, gracias — dijo despidiéndose con cortesía
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— ¡Hasta...qué...te encuentro! — gritó agitado por haber corrido tanto
Se escuchó un "Shhh" viniendo desde algún lado.
— Qué fastidio...— dijo sin levantarse de la banca
— Shika, necesito tu ayuda en esto — sacó el cuaderno y le suplicó
— Bien...— se levantó y le dio espacio para que se sentara
Comenzaron con los primeros ejercicios de matemática, unas cuantas inecuaciones para hallar el valor de "x". Estaban en eso cuando una cabellera negra apareció entre las mesas de lectura de aquella terraza.
— Shika, Shika, Shika — le movió con rapidez — es él...— susurró animado
— ¿Y?
— Prometiste ayudarme con él...— le miró con ojitos de cachorro
— ¿Yo hice eso? bueno supongo que debo ayudarte o serás un dolor de cabeza — dijo llevándose una mano a la cabeza
— ¡Yei! — se escuchó otro "Shh" — ¡No, tú Shhh! — gritó al aire
— Ya Naruto, vamos
Tomó a su amigo de la muñeca y comenzaron a caminar entre los múltiples estantes.
— ¿Qué hacemos?
— Aún falta la tarea de literatura, iré a buscarlo en el otro pasillo, tú busca aquí ese libro
— ¡Sí!
El rubio buscaba entre los múltiples libros aquel indicado por Iruka-sensei. Y lo divisó a unos estantes más arriba de su estatura, así que comenzó a dar saltos para alcanzarlo, pero nada, se puso en puntillas y estiró el brazo, tomó el libro y lo jaló con fuerza haciendo que otros estuviesen por caer, así que se cubrió el rostro.
Por suerte ninguno le dio.
— ¿Estás bien? — preguntó una voz tras él
Se quedó paralizado, nuevamente el corazón comenzó a latirle con fuerza, la sangre bombardeaba hasta tornar sus mejillas de un color rojo cual tomate.
— Ah...¡sí! ¡estoy bien gracias por preguntar!¡adiós! — dijo todo muy rápido y se echó a correr
Ya estaba en la terraza, apoyó sus manos sobre sus rodillas para descansar un rato, levantó la mirada y vio a su amigo durmiendo tranquilamente sobre la banca.
— ¡¿Qué haces tú aquí?! ¡Se supone que estarías buscando el libro!
— Ah..sí, sabía que estaba en el pasillo en el que te dejé, así que me vine a relajar un momento
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Uchiha...serás mío | Sasunaru
Fiksi PenggemarDesde que lo vi, no ha salido de mi maldita mente. Lo quiero para mí y para nadie más, he dicho. Fin del comunicado.