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𝐕𝐎𝐋𝐊𝐎𝐕 ⇣ 𝟐𝟓𝟎𝟑

𝐕𝐎𝐋𝐊𝐎𝐕 ⇣ 𝟐𝟓𝟎𝟑

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 -horacio no se irá del cuerpo policial -iba a objetar, por lo que me levanté de mi asiento molesto, pero antes de que se me ocurriese abrir la boca, el la calló con su dedo índice

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-horacio no se irá del cuerpo policial -iba a objetar, por lo que me levanté de mi asiento molesto, pero antes de que se me ocurriese abrir la boca, el la calló con su dedo índice. -ni ahora ni nunca, no importa cuantas veces me digas que no está hecho para ser policía.

la rabia consumía el oxígeno que habitaba dentro de mi piel, producto a ello comencé a distorsionar la respiración, acelerándola más que antes. su cuerpo se instalaba de forma despreocupada en su despacho, miraba las nuevas fotos de los chicos quienes por desgracia ya conocía, aquello me hizo enojar aún más. no llevaban ninguna semana y ya les estaba agarrando algo de cariño.

-entonces no lo entrenaré, ni a él ni a su amigo gustabo.

claro y preciso, con voz dominante y fría, afilando la mistada en dirección a él, quien me veía un poco sorprendido tras esos lentes que ocultaban su verdadera identidad frágil. sabía que no le gustaba que se le propasaran, pero al mismo tiempo se daba cuenta de lo importante que era para mi este tema, tanto que le tuve que alzar la voz.

suspiró tras los minutos, llevando a su boca uno de los tantos puros que tenía en el escritorio. -está bien, volkov -su voz apagada poco me importaba, estaba más alerta en la manipulación de sus palabras sobre mi. -no lo harás.

la calma volvió a mi vida con la noticia, los músculos de mi cuerpo desestresaron en una caída de éste sobre el sofá carmesí del despacho, cerré los ojos y en un arrebato por la discusión reciente me llegó el recuerdo del chico novato.

sus ojos suplicando por piedad contraían mis ganas de querer hacer daño, había algo en él que no podía ser capaz de arrebatarle, la felicidad, las esperanzas vivas de querer triunfar siendo lo que más anhelaba, por lo que no podía ir a decirle directamente que no estaba hecho para este trabajo, aunque fuera verdad, la única salida que me quedaba era conway.

y gracias a dios que éste aceptó.

-dan y fred, al despacho del superintendente.

el altavoz ocupado por mi superior me hizo fruncir el ceño, nunca lo había escuchado hablar por este, y menos los nombres a los que se había dirigido. eso hizo levantar en mi una leve curiosidad, por lo que volví hacia el otro restante de la sala para hablarle de ellos.

carraspeé intentando llamar su atención, él luego de unos microsegundos, giró su rostro con una casi invisible sonrisa. -¿quienes son esos agentes? -pregunté.

pero su respuesta no llegó, lo que sí se aproximó por mi vista fue los chicos que se supone habían sido llamados, tocando cuidadosamente la puerta que daba paso al despacho. un silbido retumbó el pequeño salón, dando permiso para la entrada de aquellos dos sujetos quienes para mi sorpresa, estaban siendo tapados por una máscara.

-a sus órdenes, conway -hablaron al unísono, yo todavía no podía asimilar la información tan reciente, ¿acaso ellos eran agentes? -¿nos llama para alguna clase de misión?

por desgracia las simples palabras que abandonaron sus bocas fueron al mismo tiempo, haciendo que no pudiese codificar el tono de cada una de sus voces, logrando que a pesar de tener contacto visual con ellos, me seguían parecieron unos desconocidos, y tampoco como que inspiraban confianza.

todo lo contrario.

el mayor de todos se quitó las gafas para reposarlas en su cabeza mientras miraba fijo a la pareja de compañeros. -ustedes serán los nuevos comisarios.

-¿disculpe? -pregunté, desconcertado.

él, como siempre que estaba enfadado, me ignoró, haciendo un gesto de que no interrumpiese la conversación. -dan, procura de que este agente de parquímetros camine hacia la oficina para que le podamos retirar su placa -la palabra "parquímetros" que se hizo más presente en toda la conversación, atravesó igual que cuchilla por mi cuello, logrando que perdiera el aire.

¿me había relevado?

el nombrado, quien portaba con un arma de combate que no estaba autorizada para los agentes de policía, me apuntó a sangre fría mientras me indicaba en silencio de que abandonara el despacho, yo me levanté digno, no iba a rogarle lo contrario a sus palabras, eso sólo iba a herir mi orgullo, así que prefería guardar silencio.

a pesar de que su cuerpo enormemente tapado en chalecos antibalas y un vestuario un tanto secreto causaba un tanto de miedo, sabía que era pequeño, lo podía notar en sus manos, las portaban el arma que apuntaba mi cabeza, y aunque el semblante frío que intentaba hacer notar daba escalofríos, podía asegurar que se trataba de un chico sencillo, y aquello lo sabía por el como éstas primeras temblaban al igual que sus piernas mientras caminábamos por el pasillo.

-comisario -voz cargada y falsa, fue lo primero que pude deducir al escuchar su tono en mi espalda. me di media vuelta con el ceño fruncido, mostrando una de mis tantas caras serias. -conway no te quitará el puesto, sólo debes pensar en lo que hiciste y remendarlo.

tragué saliva y me di media vuelta, observando aquellos orbes color castaño que intentaban ver a través de mi rostro. ¿él sabrá de lo que estuve hablando?, bueno, si no lo nombraba, supongo que no. -pero es complicado, hasta podría decirse imposible que me ponga de su lado.

miró a los alrededores para revisar si se encontraba alguien observándonos, y luego de no visualizar a ningún ser viviente, excluyéndonos, se acercó a mi. -los problemas no son más que problemas, procura que no sean parte de ti.

el chico abrió la puerta con cautela mientras yo me ponía a pensar en sus palabras, dando paso a que nuestra vista notara a todos los transeúntes quienes pedían que les atendiese la denuncia en la que esperaban un final feliz. la multitud comenzó a abalanzarse hacia mi con gritos desesperantes y uno que otro insulto, logrando que, para mi mala suerte, perdiera de vista al agente dan.

agente que despertó en mi, una gran curiosidad.

agente que despertó en mi, una gran curiosidad

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infiltrate ; volkacio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora