(強盗) ⋮ 𝟎𝟒

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𝐕𝐎𝐋𝐊𝐎𝐕 ⇣ 𝟑𝟎𝟎𝟑

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una bala incrustándose en el ventanal de mi coche hizo una bonita bienvenida de mi presencia al atraco, apenas había aparcado el coche cuando sentí como todos los policías gritar que había un francotirador escondido

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una bala incrustándose en el ventanal de mi coche hizo una bonita bienvenida de mi presencia al atraco, apenas había aparcado el coche cuando sentí como todos los policías gritar que había un francotirador escondido.

agarré la radio de la patrulla y busqué la secuencia correspondiente para hablar con mis agentes. -¿me escuchan? -al recibir gestos, códigos y palabras afirmando a mi pregunta, di paso a mi discurso. -me encargaré de negociar con los atracadores, ustedes manténganse alerta por cualquier cosa.

varias voces musitando el "10-4" en sus paladares fue más que suficiente para que abandonara mi coche policial y me encaminara con actitud fría hacia el local en donde se concentraban todos los problemas. una vez llegué a mi destino, le di unos golpes al pequeño cristal que me dejaba ver con claridad sus rostros tapados, pero con sólo verlos algunos míseros segundos, ya tenía información de ellos. eran altos, no tanto como yo, uno llevaba rastas bajo su máscara y el otro tenía el cabello rojo, lo sabía porque su camuflaje tapaba todo menos estos últimos.

sus ojos se fijaron en los míos luego a de unos segundos, acercándose a mi con su arma en mano. -¿cuántos rehenes quieres? -pregunté, queriendo llegar al grano de las negociaciones.

se lengua hizo un chasquido luego de mirar su teléfono, demostrando un poco su molestia ante algo en lo que no estaba enterado. -hoy no es un lindo día, comisario.

su voz áspera y gruesa viajó por mi cuerpo para darme un escalofrío, gracias a dios pude disimularlo con mis cejas fruncidas, no quería mostrarme débil ante un chico que probablemente no tenía ningún plan para poder escapar.

-el cielo no está de un claro azulado -siguió, apuntando hacia lo nombrado, pero yo no despegué mi vista de su arma.

carraspeé. -¿cuántos rehenes tienes?

tocó el cristal con su índice mientras me mandaba a callar con éste en sus labios. -guarde silencio, que las nubes se enojan -alcé una de mis cejas, dando una rápida pasada al cielo. él aprovechó ese momento para soltar una pequeña y amarga sonrisa. -están ocultando el radiante sol, volkov. -tragué saliva, sintiendo mis manos sudar. -las nubes están grises, y se parecen a algo.

con temblor en mi lengua, pregunté. -¿a qué cosa?

-al plomo incrustado en tus piernas.

el sonido del francotirador hizo que toda la malla policial se vuelva a alertar por ello, yo no podía creerlo, miraba con los ojos apenas enfocados como iban corriendo hacia lugares seguros para no morir en el tiroteo. habían roto negociaciones sin avisarme, y si no fuera por un agente que me empujó junto con su cuerpo hacía la patrulla más cercana, yo no hubiese salido vivo de la bala que me iban a meter entre ceja y ceja.

vi como me hacía permanecer en su cuerpo sin ningún reclamo, abrazaba mi cintura con fuerza mientras que su otra mano libre intentaba abatir al tirador que estaba enfrente de nosotros, probablemente apuntándonos.

-no te muevas -un escalofrío amenazó a mi rostro con volverse entre pálido y rojo, era el agente dan. -no quiero que te dispare.

asentí luego de tragar saliva por sus golpeantes palabras, debía confiar en él, parecía que sabía lo que estaba haciendo. me alejé un poco de su cuerpo y me coloqué al otro lado del patrulla, para que así cuando el tirador estuviese apuntando a uno, el otro le disparase antes.

y así estuvimos por diez minutos, con el arma y los ojos fijos en el edificio, él concentrado en el tiroteo, y yo, lamentablemente, concentrado en la miel de sus iris castaño claro.

a pesar de tener una actitud dominante, era dulce.

el sonido agudo hizo que mis odios doliesen, los tapé mientras cerraba los ojos por unos segundos, y en cuanto los abrí para poder volver a mi postura de antes, fruncí el ceño al ver a mi compañero de pie, recargando el arma.

-tirador abatido, solicito apoyo en mi diez veinte.

su voz estaba calmada, parecía haber recuperado su paciencia, me alegré por él, había conseguido algo muy difícil. negué con la cabeza luego de sentir un cosquilleo en mis comisuras, por ningún motivo sonreiría por lo que hizo, si apenas lo conocía.

me levanté para sacudir todo el polvo que se pegó en mi uniforme, sentí su vista posarse en mi, cosa que me hizo poner nervioso, pero sabía disimular, así que me coloqué mis lentes oscuros para esconder mis ojos envueltos en vergüenza y miré hacia otro lado para no conectar pupilas.

pero parecía que él no quería hacer lo mismo. -oye, ¿por qué no me miras? -los pasos de su corta caminata aumentaron en cuanto a volumen, y cuando giré mis orbes celestes hacia su cuerpo, podía sentir como mis manos sudaban. -pensé que recibiría un "gracias por salvar mi vida" o algo así.

le diría que se fuera a tomar por culo, que él no debería estar jugando con un comisario y menos en horas de trabajo, le diría lo mal que era bromeando y lo feo que se le veía aquellos vaqueros junto con esa camisa blanca, pero no sentía nada de ello, incluso lo contrario, así que sólo me mantuve en silencio mientras esperaba que él se aburriese de mi y se desapareciese de mi vista.

pero él parecía no entender mi pequeña indirecta, pues su brazo abrazó sin permiso mis hombros, haciéndome sentir mucho más nervioso. -vamos chico, ¿el gato te comió la lengua o-

reí en voz baja, interrumpiendo su charla, pues le habían empujado las enfermeras que venían hacia mi.

-comisario, ¿tiene alguna herida?, me contaron que un disparo casi le llega en una de sus piernas..

suspiré ante sus voces chillonas, les tenía un odio al cuerpo de emergencia, la mayoría de doctores en sus tiempos libres eran delincuentes. -estoy bien.

volví a mirar al agente dan, importándome una mierda el sin fin de preguntas que me hacían sobre mi estado anímico y psicólogo, sólo quería verlo a él. nunca había sentido esta necesidad de que alguien me viese, tal y como lo estaba haciendo él, ni que los pulgares de aquella persona se levantaran en señal de que todo saldría bien, fue como un pequeño calmante para mi vida de mierda.

sonreí al ver que se despidió con un "nos vemos" en susurros, eso confirmaba un nuevo encuentro con él.

y aquel brillo en sus pupilas, despejaron las nubes del día.

y aquel brillo en sus pupilas, despejaron las nubes del día

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si encuentran un error me dicen xfas :(

infiltrate ; volkacio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora