infiltrate ; volkacio

(何か) ⋮ 𝟎𝟑

𝐕𝐎𝐋𝐊𝐎𝐕 ⇣ 𝟑𝟎𝟎𝟑

-¡yo quiero!

-¡tú no sirves!, ¡yo soy el indicado!

gritos y gritos colmaban mi paciencia mientras caminaba por toda la fila de alumnos quienes me miraban y peleaban por ser el elegido en acompañarme a una de los códigos más importantes que debían cumplirse en el cuerpo policial.

los atracos.

-calmaos ya, joder -espeté para mandar a callar a todos agentes que en sus ojos se notaba un brillo competitivo.

mi vista se dirigía a cada uno de los chicos, mirando sus cuerpos y rostros, para así darme cuenta de su estado físico y las ganas que tenían para laborar. mis ojos se detuvieron en el único agente que miraba con aires desinteresados la situación, tonteando a quien yo quería sacar del cuerpo policial, mientras éste le pedía que se callase porque quería prestar atención.

aclaré mi voz para que se pudiera escuchar de forma clara y precisa. -gustabo, un paso al frente.

-¿¡yo!? -preguntó indignado, yo asentí con una pequeña sonrisa. -¿me ve con cara de que quiera participar en algo tan aburrido, comisario?

-¿y usted cree que me importa toda esa mierda?, le he dado una orden.

mi filosa vista quiso perturbar la actitud tan prepotente que tenía aquel chico, pero aquello sólo logró que horacio le comenzase a empujar para que a quien mandaba se acercase sin peros ni reclamos.

gustabo, como era habitual, puso su mano empuñada en su corazón, mirándome con una muy falsa sonrisa. -para servirle.

dicho eso, comenzó a caminar fuerza del salón para ir a ponerse el cargamento real de la policía, yo le dejé pasar esa actitud, aunque se me hacía raro que él supiese donde estaban las cosas si recién era un novato, pero supongo que preguntaría.

me di media vuelta para dar una señal de que se dispersasen por el lugar ya que no habría otro elegido por el momento, los alumnos comenzaron a hablar entre ellos, yo me encogí de hombros y me encaminé hacia donde había salido el antiguo agente, pero alguien agarró mi camisa, lo que me hizo frenar en seco.

-comisario... -aquella voz me hizo poner los pelos de punta, si hoy no era un buen día, el que se me haya puesto a hablar cuando le había aclarado que no lo quería ver en mi puta vida, ya lo hacía mil veces peor.

suspiré cansado de tanta mierda y le miré el rostro, rostro casi escondido por esa fea cresta. -dígame, horacio.

llevó su mano a su cuello para acariciarlo, supuse que hacía eso para tranquilizarse, pues le veía un poco nervioso al dirigirse a mi. -¿podría ir al atraco? -mis ojos se abrieron a la par por la sorpresa, el me mostró sus manos para indicarme que aún no le termine su hablar. -¡soy bueno en esto, lo juro!, sé manejar un arma y neg-

-usted qué coño va a saber sobre eso -le interrumpí mientras me libraba de su absurdo agarre, él solo se hizo a un lado y miró hacia otra parte. -déjese de hablar tonterías y vuelva con los demás agentes.

hizo caso en silencio a mi mandato, corriendo hacia uno de sus compañeros que miraba por la ventana en silencio, no quise darle mucha importancia al sujeto ni a horacio, puesto que ninguno de ellos me importaba, además, tenía otras cosas más importantes para poner mi atención, como conway, quien azotó la puerta para anunciar su llegada al salón.

fruncí el ceño, se supone que debería estar en el patrulla esperándome. -¿qué hace aquí, conway?

como si mi presencia fuese de mínima importancia, me hizo un gesto para que me mantuviera en silencio y acomodó su corbata mientras miraba al frente. -horacio -llamó al de crestas, éste se giró para dedicarnos una amable sonrisa en cuanto nos vió, no podía creer lo simpático que era a pesar de haberlo mandado a la mierda. -necesito a dan en el atraco, ve a por él.

mi vista se posó en el nombrado quien asentía contento e iba corriendo hacia a las afueras del lugar, pasando a llevar a mi superior en un leve empujón, y más fue mi sorpresa al ver que lo único que hizo fue chasquear la lengua y mirarme fijo, como esperando algo de mi. llevé mis manos a los cabellos que se encontraban despeinados, intentando descargar la pequeña chispa de emoción que prendió mi cuerpo al enterarme de que el agente que quería ver, justamente estaría en el atraco.

no. no podía ocupar ambientes de trabajo para entablar conversaciones.

-volkov, te veo en la licorería.

esas simples palabras yo las hubiese captado al segundo, pero mi mente viajaba, volaba entre todos los pensamientos e ideas que formó mi cabeza ante la información reciente, y es que me servía mucho el que alguien que estaba bajo mi cargo supiese información sobre ese chico, eso me haría aumentar la probabilidad de saber más de él, y si fuese el caso, volvernos algo más que conocidos.

miré la única parte de mi camiseta donde se arrugó, que fue debido al agarre de hace algunos minutos, suspiré agotado, y es que hubiese preferido hasta el más borde de la malla policial, aunque me mandase mil veces a la mierda, que a horacio.

siempre había "algo" para que ese chico se quedase a mi lado.