POV: Adara
Enzo lo ha hecho.
Se ha atrevido a tocar el borde del acantilado y tomarme antes de que cayera. Y no solo eso, hemos saltado los dos del acantilado para no caer presos de Jonathan. Mi hombre, mi Mac tíre, había optado por ser tan temerario como yo. Ahuyentar a sus demonios era algo que me había pillado por sorpresa. Sé cuánto temor tenía con los acantilados, lo había visto anteriormente, pero se había arriesgado por mí. Sé que había ganado esa batalla, aunque se lo negara a él mismo porque el miedo seguía siendo su rival.
Ahora debíamos enfrentarnos a un problema mayor. Porque no me preocupaba tanto la altura del acantilado, sino las aguas turbulentas que nos esperaban abajo. Era quedarnos en la superficie con los malos o saltar juntos y que el agua furiosa nos tragara. La primera no era una opción. Salvo que pusiéramos nuestras vidas en manos de Jonathan y la sádica de Laida. Fue la segunda opción, la supervivencia, que nos hizo saltar al agua. Prefería enfrentarme a la naturaleza del océano que ser ejecutados por un hombre oscuro y sin alma como mi antepasado.
Y ahora el océano era nuestro enemigo. Necesitábamos salir de él lo más rápido posible.
El agua nos engulló como una turbina.
Y comenzó nuestra verdadera batalla.
Una batalla contra la naturaleza. Solo sentía como las olas me golpeaban sin piedad, como el agua fría entumecía mis músculos intentando paralizarme para ahogarme. La corriente era muy fuerte. Podía notar bajo mi cuerpo los remolinos intentando arrastrarme hacia el fondo. Y unas manos. Unas manos que lograron infundirme el más alto de los corajes. Sus fríos dedos me agarraron con fuerza entrelazándose nuestras manos, siguiendo el recorrido de su nado. El agua estaba oscura, removida, llena de algas y espuma.
Una gran sombra de pronto se avecinó sobre nosotros como una gigantesca amenaza, y contemplé paralizada la ola como arremetía contra nosotros.
—¡Adara! —nuestras manos se soltaron y fui arrastrada por la corriente de la ola.
—En... —su nombre se quedó en mis labios porque ella era más fuerte y podía conmigo.
La corriente me venció y me lanzó violentamente lejos de Enzo. Ni siquiera tuve tiempo de exhalar aire y luchar por gobernarme en la propia naturaleza del agua. Mi cuerpo fue vapuleado bajo el agua, arrastrándome en un vaivén de movimientos, era como si algo se estuviera aferrando a mis piernas con una fuerza que me comprimía la respiración. Llegué a abrir la boca cuando noté como algo chocaba contra mi estómago y sentí el agua entrar por mi garganta, asfixiándome, con las burbujas revoloteando a mi alrededor. Pude oír su voz. Su angustiosa voz ahí arriba. Y por más que luché, por más que intenté llegar a su voz... el agua siguió arrastrándome hacia las oscuras profundidades del océano.
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El latido del deseo. Parte 2 [Deseo Éire #3] © (+18)
RomanceLas reglas de la isla Williams son sagradas. Vive. Ama. Olvida. Ten fe. Lucha. Arriesga. Si sigues sus reglas... podrás sobrevivir. Ella es la elegida de la marca elemental y él su guardián. Adara y Enzo jamás imaginaron que sus vidas fueran tan imp...