capítulo 1

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Stiles estaba sufriendo un poco de distracción por no decir que estaba completamente distraído de la conversación, cosa que no era nada anormal considerando su trastorno, no obstante, y, a decir verdad, era un poco raro que pasará cuando apenas Lydia comenzaba a platicarle algún chisme de la manada con tal emoción que parecía ser contagiosa.

Usualmente Stiles le prestaría tal atención que a veces a la pelirroja parecía abrumarle, usualmente Stiles la miraría como si todavía sintiera algo por ella y le preguntaría un sinfín de cosas absurdas, aunque tal vez ni siquiera le importara lo que hablaba, aunque no es como si no le interesará en lo absoluto. Siempre estuvo interesado en lo que la pelirroja pensará... pero en ese momento, lo único en lo que pensaba era en hacerse un sándwich de jamón y untarle un poco de mermelada de fresa en la punta. Era tal su pensamiento que comenzó a imaginarse el sabor y su textura y luego simplemente comenzó a divagar sobre alguna bebida refrescante acompañando su interesante antojo antes de que se encontrará imaginando, comiéndolo, completamente ajeno a la conversación, cosa que claro no sería duradera.

—¡Stiles! —grito Lydia enfurecida cuando se percató que no era el centro de atención, un acto normal considerando de igual manera su personalidad narcisista—. ¿Me estás escuchando?

—Sí —contestó rápidamente Stiles intentando ocultar que en realidad no sabía de lo que estaban hablando—. Solo estaba pensando... ¿Quieres ir a la cafetería?

Luego de un diálogo sin importancia en el que apenas había prestado atención, Lydia y Stiles tomaron sus cosas y fueron a la cafetería que había enfrente. Para su fortuna, no había mucha gente, por lo que pudieron ordenar rápidamente lo que deseaban. Lydia pidió una ensalada cesar y agua de fruta para acompañar, mientras que Stiles pidió el sándwich que tanto estaba imaginando, con extra-jamón, con extra-queso, papas fritas y una gaseosa de color azul llamativo que de haber estado en sus cabales habría murmurado para sus adentros que esa era mucha azúcar, pero Stiles no estaba pensando en ello, solo en el hecho de que en ese momento el hambre lo impulsaba a pedir tanto como pudiera sin importar que tan grasoso o lleno de azucares tuviera esa comida.

Apenas le entregaron la comida, Stiles pregunto por algún sobre con mermelada que pudieran regalarle. La empleada lo miro un poco extrañada, pero señaló un contenedor a un lado de la caja registradora dónde además de la mermelada había diversos aderezos y salsas para acompañar con la comida. Stiles fue directo a el y tomo dos sobres de lo que buscaba y le dio uno de ranch a su amiga que al igual que la otra mujer lo vio extrañado, más no menciono nada al respecto. Stiles apenas le importo la expresión de su amiga antes de coger un sobre de cátsup simplemente porque ahora la idea de juntarlo con la mermelada le pareció interesante.

Buscaron un lugar donde pudieran sentarse una vez que Stiles cogió todo lo que necesitaba y comenzaron a picar un poco de la comida que habían pedido cuando por fin encontraron un buen lugar. Para ese punto, Stiles olvido todo el protocolo de comer en publico y metió un puño de papas en su boca mientras abría el envoltorio de la mermelada y comenzaba a untarlo en su sándwich todo eso bajo los atentos y desconcertados ojos de Lydia Martin.

—¿Y cómo van las cosas con Derek, Stiles? —preguntó Lydia aguantando las nauseas de ver todo ese revoltijo de comida a unos centímetros de ella.

—Va muy bien —murmuró con la boca llena de comida y una media sonrisa que parecía muy boba.

La relación con Derek tal vez había iniciado un poco diferente a lo usual, es decir, se saltaron muchos pasos y terminaron enlazándose por error haciendo que Scott se molestará igual que su padre, pero la verdad era que tal vez estaban destinados de esa forma más que cualquier otra. Enfrentaron cada obstáculo de la mejor manera y habían fortalecido su vínculo cada vez más incluso cuando las cosas se salieron todavía más de control, como la bala en la pierna de Derek por cortesía del sheriff Stilinski o el cambio en la dinámica de la manada producto del enlace. Stiles solo podía sentirse de una sola manera, estaba tan feliz en esos momentos que no podía imaginar ya una vida sin el lobo amargado a su alrededor, y eso era tan cursi que en ocasiones le daba un poco de pena hallarse tan enamorado.

Igual, ya habían cumplido seis meses de una estable relación y era lo único que importaba, aunque por el momento, Derek estuviera afuera de la ciudad atendiendo algunas cosas con Cora y Peter...

—¿Cuándo regresa? —preguntó Lydia ya acostumbrada al extraño antojo de su amigo—. ¿Te dijo?

—Me hablo esta mañana, dice que las cosas se complicaron un poco por un problema que tuvo Cora en la escuela, pero como sabes, no podemos estar más de un mes separados por lo que espera que pueda regresar mañana por la noche.

—Eso estaría muy bien, Scott no es un líder nato, aunque sea un verdadero alfa. Sinceramente no sé cuánto tiempo podre hacer sus ejercicios. Son muy exagerados, me duele la garganta como no sabes... estoy muerta.

Stiles sonrió mientras ponía un poco de cátsup en su sándwich. Sinceramente Scott había estado furioso después de todo lo ocurrido y no se le había quitado, aunque jurara que ya aceptaba su extraña relación con Derek, no lo culpa realmente, pero sus compañeros no dejaban de quejarse sobre su exagerada e injustificable actitud.

Él y Lydia siguieron conversando hasta que la noche cayo y los aperitivos se terminaron y sin nada más que hacer, se despidieron para seguir su camino a casa.

(...)

Tras llegar a casa, Stiles dejo caer su mochila y saludo a su padre rápidamente antes de llegar a la cocina y agarrar cualquier cosa que le pareciera decente. Tenía mucha hambre y quería saciarla lo antes posible así que tomo un poco de la fruta que tenían y comenzó a picarla en trozos regulares antes de buscar más en la alacena.

—¿Cómo te fue con la hija de los Martin? —pregunto su padre bebiendo de una lata de cerveza mientras miraba la televisión.

—Me fue bien papá —gimió mordiendo una manzana—. Fuimos al mall y conversamos un poco, nada fuera de lo común.

Noah hizo una expresión de comprensión antes de ver a su hijo entrar a la sala con un bol de fruta picada con queso cottage y una lata de coca cola de su provisión secreta. No dijo nada, aunque ver a su largurucho hijo comiendo esa cantidad de fruta no era del todo habitual.

—¿Compraste algo en el mall? —murmuró mirando a Stiles comer la fruta con un tenedor.

—No, no realmente. Me hablo sobre cómo están yendo los entrenamientos con los chicos y de cómo Scott sigue molesto.

—Ya veo... —gimió Noah antes de preguntar—. ¿Tienes hambre? Todavía no he preparado la cena, pero podemos pedir algo...

—¡Sí! —exclamó Stiles—. Pidamos un poco de pizza y pasta.

Noah miro sorprendido a su hijo y titubeo un poco en preguntarle si estaba bien, ya que nunca Stiles había tenido la iniciativa de comprar pizza con él porque era alta en calorías y que su salud y bla, bla, bla... pero Noah se abstuvo de hacerlo asintiendo con una sonrisa y yendo por el teléfono de pared para iniciar el pedido.

Y siguió absteniéndose de preguntar cualquier cosa a Stiles, una vez que este le dijera sobre pedir una pizza con anchoas y aceitunas negras a pesar de que Noah sabía lo mucho que detestaba su hijo esa combinación... quizás era la pubertad.

(...)

Stiles se despertó abruptamente a la mitad de la noche tras sentir que su cama comenzaba a moverse de un lado a otro solo para percatarse que él era quien estaba haciendo que las cosas se movieran en vaivén por el repentino mareo.

Se levanto con precaución, pero aun cuando sintió el estable suelo debajo de sus pies, Stiles solo podía sentirse más mareado aun, y como era de esperarse todo lo que había comido el día anterior salió de su boca dejando un amargo y nauseabundo sabor. Sus arcadas despertaron a su padre, quien llego rápidamente a la habitación de su hijo mirando la escena, más preocupado que asqueado.

—¿Te sientes bien?

—No —confeso Stiles mientras se levantaba y se alejaba de la zona sucia. Quería ir al baño y padre lo sostuvo una vez que se percato de que no iba ser posible para su joven hijo caminar de forma correcta por el mareo.

—Comiste mucho ayer —exclamo su padre llevándolo al baño, donde Stiles vomito todo lo que todavía quedaba—. Te daré algo para el estomago y si mañana todavía te sientes mal iremos al doctor, ¿te parece?

Stiles asintió mirando a su padre con lagrimas en sus ojos por el esfuerzo antes de volver a vomitar. Esa noche ninguno de los dos durmió bien...

Stiles esta embarazado  |M-preg| [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora