capítulo 3

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El sheriff agradeció a Lydia de llamarlo y de llevar a Stiles de regreso a casa tras el incidente en la cafetería, dejo que la amiga de su hijo lo ayudará a dejarlo hijo en el sofá y luego de asegurarse que el adolescente se encontrará estable, el sheriff invito a la pelirroja por un vaso de agua que rechazo casi de inmediato.

—Gracias, pero no puedo quedarme mucho tiempo —comentó la adolescente arreglando su bolsa mientras miraba de reojo al castaño. Completamente dormido—. Aun así, me gustaría que me llame si es que Stiles empeora.

—Claro, te avisaré —respondió el adulto mirando a su hijo de reojo antes de volver su mirada a la hija de los Martin—. Una vez que despierte y vayamos al doctor.

Lydia le sonrió al sheriff en son de apoyo mientras un pequeño destajo de culpabilidad de instalaba en su corazón, de haber sabido que Stiles estaba enfermo no lo hubiera presionado para salir con ella todo ese tiempo. Compartió un par de palabras más para mostrar su apoyo y luego de ello se fue dejando al padre junto a su casi moribundo hijo, que aparentemente dormía plácidamente en una extraña posición como ya era costumbre.

Una vez estando solos, Noah soltó un suspiro y camino de regreso a la cocina pensando en algo que le hubiera caído mal a su hijo, tal vez algo estaba en mal estado o tal vez con algo que lo haya intoxicado, pero la comida que había en la alacena parecía estar en orden y en general, apenas tenían lo suficiente. Si Stiles estaba así por algo que comió no era algo que hubiera en casa y eso solo lo hizo preocuparse más.

Cogió el teléfono de pared sintiéndose un poco abatido y marco el número del hospital general, un número que en realidad desearía no saberse de memoria, para poder agendar una cita.

(...)

Stiles se despertó dos horas después en su casa, estaba confundido por lo que había pasado y apenas recordaba algunas cosas luego de haberse encontrado con Lydia en el mall.

Se levantó del sofá con todos los músculos entumecidos y un ligero dolor en el vientre bajo que lo hizo detenerse de su estiramiento solo unos segundos, a pesar de que no había comido nada todavía tenia ese dolor y los perceptibles mareos acompañado de ganas de vomitar. Toda su sintomatología lucía extraña y un poco de ansiedad surgió de la nada.

Cogió su teléfono y notó que tenía algunas llamadas perdidas de Derek y un mensaje que simplemente decía "no voy a volver hoy en la noche" que hirió un poco su corazón. Estaba a punto de soltarse a llorar por ello cuando llegó su papá, con un semblante preocupado y cansado.

Rápidamente el mayor se acerco a su hijo, le dio un fuerte abrazo y luego dijo.

—¿Cómo te encuentras chico?

—Estoy bien, pá —respondió Stiles sintiendo todo un cumulo de emociones a flor de piel—. Solo me siento un poco cansado, creo que estoy así porque estoy estreñido —Stiles soltó una risa incomoda—. Todo está bien.

—Aún así, agende una cita con el médico, así que levántate pronto. Iremos dentro de una hora.

Stiles trato de hacer que su padre no lo llevará al hospital y que estaba genuinamente bien, pero pronto su padre le hizo notar que había estado sintiéndose mal desde hacia ya bastante tiempo y que ya era momento para que asimilarán las cosas y fueran con un experto. Al final, Stiles tuvo que acceder.

(...)

La sala de espera le provocaba ansiedad, nunca le habían gustado los hospitales o los doctores. Asumía que siempre llevaban malas noticias y que, a pesar de todo, ninguno de ellos podía realmente salvar a la gente por mucho que lo intentarán. Por lo menos eso había pasado con su mamá, hubo miles de doctores que le dijeron casi cien por ciento seguros que su mamá se iba a recuperar, que solo era cuestión de tiempo para que el nuevo medicamento hiciera su "magia" y un montón de excusas más, pero la verdad es que ninguno se esmero lo suficiente. Su madre fue una camilla más en espera de ser desocupada, y ninguno de esos médicos se preocupó genuinamente por ella.

Stiles esta embarazado  |M-preg| [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora