Harry Potter y El Misterio Del Principe (Versión Harmony)[Completado]

19

Harry podía sentir que el Felix Felicis se desvanecía mientras regresaba al castillo.

La puerta principal había permanecido abierta para él, pero en el tercer piso se encontró con Peeves y solo evitó por poco la detección al zambullirse de lado en uno de sus atajos.

Para cuando se acercó al retrato de la Dama Gorda y se quitó la capa de invisibilidad, no le sorprendió encontrarla con el humor más inútil.

-¿A qué clase de tiempo llamas a esto?

-Realmente lo siento, tuve que salir por algo importante.

-Bueno, la contraseña cambió a medianoche, así que tendrás que dormir en el pasillo, ¿no?

-¡Está bromeando! - dijo Harry - ¿Por qué tuvo que cambiar a medianoche?

-Así son las cosas - dijo la Dama Gorda - Si estás enojado, ve y habla con el director, él es quien ha reforzado la seguridad.

-Fantástico - dijo Harry con amargura, mirando al suelo duro - Realmente brillante. Sí, iría a hablar con Dumbledore si él estuviera aquí, porque él es el que quería que yo...

-Él está aquí - dijo una voz detrás de Harry - El profesor Dumbledore regresó a la escuela hace una hora - Nick Casi Decapitado se deslizaba hacia Harry, su cabeza tambaleándose como de costumbre sobre su gorguera.

-Lo escuché del Barón Sanguinario, que lo vio llegar - dijo Nick - Parecía, según el Barón, estar de buen humor, aunque un poco cansado, por supuesto.

-¿Donde esta él? - dijo Harry, su corazón saltando.

-Oh, quejándose y haciendo ruido en la Torre de Astronomía, es uno de sus pasatiempos favoritos ...

-¡No el Barón Sanguinario...Dumbledore!

-Oh, en su oficina - dijo Nick - Creo, por lo que dijo el Barón, tenía asuntos que atender antes de...

-Sí, tenía- dijo Harry, la emoción ardiendo en su pecho ante la perspectiva de decirle a Dumbledore que había asegurado el recuerdo. Se dio la vuelta y salió corriendo otra vez, ignorando a la Dama Gorda que lo estaba llamando.

-¡Vuelve! ¡Muy bien, mentí! ¡Me molestó que me despertaras! ¡La contraseña sigue siendo 'Tenia'!

Pero Harry ya se precipitaba por el pasillo y, en cuestión de minutos, estaba diciendo la contraseña a la gárgola de Dumbledore, que saltó a un lado, permitiendo que Harry entrara en la escalera de caracol.

-Entra - dijo Dumbledore cuando Harry llamó. Sonaba exhausto. Harry empujó la puerta para abrirla. Estaba la oficina de Dumbledore, con el mismo aspecto de siempre, pero con cielos negros cubiertos de estrellas más allá de las ventanas.

-Dios mío, Harry - dijo Dumbledore con sorpresa - ¿A qué le debo este placer tan tardío?

-Señor, lo tengo. Tengo el recuerdo de Slughorn - Harry sacó la pequeña botella de vidrio y se la mostró a Dumbledore.

Por un momento, el director parecía aturdido. Luego su rostro se dividió en una amplia sonrisa.

-Harry, esta es una noticia espectacular. Muy bien hecho. Sabía que podrías hacerlo.

Todo pensado en la tardanza de la hora aparentemente olvidada, se apresuró alrededor de su escritorio, tomó la botella con el recuerdo de Slughorn en su mano herida, y se dirigió al gabinete donde guardaba el Pensadero.

-Y ahora - agregó, colocando el recipiente de piedra sobre el escritorio y vaciando el contenido de la botella - Ahora, por fin, ya veremos. Harry, rápido...