Si bien, Yoongi podría ser un "buen chico"; inteligente, amable, respetuoso...pero ser un buen hijo no estaba en el vocabulario. Especificamente en el de su padre.
Hace un año Min mantenía una relación muy cercana con Jung Hoseok, un chico nuevo que había llegado a su clase. Pasó que en ese entonces el peliazul se acercó a él siendo su único amigo. Luego de unos cuantos días, Yoongi le presentó a Namjoon y Seokjin, ambos amigos de él desde los 10 años.
Así los cuatro chicos habían formado una amistad, les iba bien. Tanto que lograron convencer al religioso padre de Yoongi para que le diera un poco más de libertad.
Así fue hasta cuando llegaron a lo que sería el fin de ese curso. La facultad organizaba una fiesta para esa ocasión; a ella asistían los graduados y los de penúltimo curso.-Recuerda, aquí antes de las diez o te quedas afuera. -Demandó el señor Min y el peliazul solo asintió leve.
-Cuidate mucho hijo. -Le dijo su madre acariciando su cabello y con una sonrisa.
Ella era más permisiva, gracias a ella Yoongi era lo que es ahora, un chico que aceptaba su homosexualidad. Y sí, solo ella era conocedora de ese secreto tan especial.
Aquella noche fue suficiente para arruinar todo. Luego de llegar a la fiesta e ir a los aparetivos, Hoseok le pidió a Yoongi que lo acompañara al patio trasero. Ahí Min escuchó aquello que le provocó dos cosas: emoción y tristeza.
-Me gustas mucho. -Había mencionado el pelirrojo con los nervios en todo su ser. -Perdón si esto te parece raro, pero tenía que decirtelo.
Yoongi lo miró comprensivo y le sonrió. Luego de eso, solo se dejaron llevar por el momento y bueno, Yoongi probó un poco de aquel infierno que le prohibio su padre.
Al día siguiente recordaban perfectamente lo sucedido, fue entonces que Seokjin les pidió una explicación a las marcas visibles en su piel. Luego de platicarle todo, el castaño estuvo feliz por ese par. Asi fue hasta el casi mes y medio de su relación.
La causa de que hayan durado tan poco, fue el padre de Yoongi. Sin querer, un día había ido por el peliazul a la escuela, fue entonces que a la salida lo vió de la mano con un pelirrojo chico, que luego de sonreir besó a su hijo frente a sus propios ojos.
Aquel día, Yoongi recibió golpes y palabras hirientes por parte de su padre. Además lo obligó a terminar con Hosoek y dejar la escuela. De no ser por la señora Min, Yoongi no hubiera vuelto a repetir el año y su vida se hubiera visto truncada.
Claro que el señor Min se encargó de ver que Yoongi cumpliera con lo que había dicho. Eso quería decir que lo tenía vigilado 24/7.
En las mañanas el iba a dejarlo a la Universidad, por las tardes pasaba a recogerlo y en casa le revisaba el celular buscando pruebas de que era fiel a lo pedido por su padre. Lo obligó a cambiarse el color de cabello ya que según creía, el peliazul lo hacía ver como todo un homosexual.
-No dijiste eso antes Taeyang. -Mencionó su madre.
-Pues lo digo ahora. -Fue lo último que dijo su padre y salió de la cocina.
Eso bastó para que Yoongi se levantara de la mesa y saliera de casa rumbo a la estetica más cercana. Fue ahí que a unos cuantos pasos de cruzar la calle, lo vió. Vió a aquel rubio y su mundo se detuvo. Tenía una hermosa sonrisa que cayó al instante en todo él.
-Te digo que estoy en la facultad de artes, ¿por qué no me crees? -Hablaba aquel chico por telefono mientras pasaba a lado del peliazul.
Pronto lo perdió de vista, pero no olvido ni su rostro ni lo que había dicho. Estaban en la misma escuela, eso lo hacía emocionante.
Si bien, luego de ese día; buscó la manera de ver al rubio en la escuela, tal fue su sorpresa al saber que el y ese adorable chico compartían dos clases en toda su jornada escolar. Había estado muy deprimido con el tema de Hoseok para haberlo notado desde antes.
Ahora, cada día a toda hora, lo volteaba a ver. A él y a cierto castaño con el que compartía el resto de sus clases. Es por eso que se esforzó más en sus estudios, así retomaría la confianza de su padre para volver a juntarse con "chicos" por que sí, su padre incluso le había prohibido mantener comunicación con Namjoon y Seokjin. Todo iba bien, había vuelto a hablar con sus amigos a excepción de Jung. En casa su padre le devolvía la privacidad de a poco. ¿Que pasó entonces?
Cierto día, el ahora pelinegro le contaba a su madre sobre Jimin. Ambos estaban en la cocina y hablaban de aquello como si fuera un gran secreto. Fue entonces que el señor Min llegó sin hacer ruido alguno y sin querer escuchó aquella conversación.
-Solo pido que tu padre no se de cuenta, quiero que seas feliz hijo. -Había mencionado la señora Min.
-Gracias mamá, apuesto a que con Jimin será diferente.
Fue ahí que su padre intervino asustando a ambos. Esa vez fue la segunda peor golpiza de Yoongi, hubo incluso peores insultos y su padre terminó por dañar la poca confianza que quedaba en él. Entonces despertó el peor pensamiento del pelinegro.
"Prefiero Morir"
Sus días comenzaron a verse grises. Ya no hablaba mucho con sus dos únicos amigos, casi no comía, se la pasaba estudiando todo el tiempo, tanto que se olvidaba incluso de pasar tiempo con su madre.
Se había convertido en lo que su padre quizo. Alguien sin vida y luz propia.
-Estoy orgulloso de ti hijo. -Había dicho el señor Min observando las buenas notas de Yoongi quién solo sonrió a medias.
Así era todos los días. Tanto era su pesar que no encontraba la manera de sacar todo lo retenido. Su única solución fue comenzar a dejarle notas al chico que le había robado el corazón y por el cual ahora todo estaba a oscuras. En ellas comenzó a escribir simples pensamientos positivos, que llevaban consigo un poco de su cariño. Lo mejor es que en la escuela ya había podido hablar con el, eso sin que su padre se diera cuenta.
Todo estaba pintando bien hasta que decidió darle su número al rubio. Esa tarde al volver a casa, olvidó borrar el mensaje y entonces cuando su padre revisó sus conversaciones desató su furia de nuevo sobre el pelinegro.
Yoongi no soportó más y ese mismo día decidió hacer algo de lo que juró no arrepentirse; se hizo daño a si mismo. Su padre había borrado el número de Jimin, aún así sabía que volvería a tenerlo cuando el rubio volviera a contactarlo.
Al día siguiente su única salida fue Seokjin, con quién pudo llorar a gusto y dejar fluir sus sentimientos. Además aquel dia, hizo una promesa, un promesa para aquel chico que aún no se daba de cuenta de las cosas.
Pero no importaba, para Yoongi solo bastaba que al amanecer, Jimin estuviera así; justo como ahora.
Durmiendo con la mejilla abultada, balbuceando cosas sin sentido y con el ceño fruncido.
"Ey, por fin aseguraste la puerta como era debido...lástima que no es la única entrada a esta bella habitación."
Tu amigo ronca muy feo, ¿cómo puedes dormir así?
Ten un buen día.
-haha está despertando, debo irme.
De nuevo había pegado la nota a la portada de aquel libro que siempre reposaba sobre la mesita de noche del rubio. Se dió la vuelta y salió por la ventana, no sin antes darle una última mirada a Park.
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El chico de la Nota Suicida [Yoonmin]
Fanfiction-"Nunca estarás solo". ☞Historia corta ☞Yoonmin Mención de: ☞Vkook - HopeV ☞Namjin ☞Sope Publicación original: 11/06/20 #3 Bts❤ 17/06/20 #1 ♡♡♡♡♡ 17/06/20