CHAPTER SEVENTEEN ━ the underworld

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( 冥界 )𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐄𝐄𝐍

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( 冥界 )
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍𝐓𝐄𝐄𝐍

La mansión Sakamaki se encontraba completamente destrozada: ventanas rotas, vidrios en el suelo, muebles rotos, decoraciones arruinadas. Básicamente, no se podían quedar allí por el peligro que significaba.

Los Sakamaki junto a Lilith se encontraban en la entrada de la casa con algunas maletas, al darle aviso al rey de Inframundo y al rey de los vampiros, Hades optó por hospedarlos en el Inframundo para la seguridad de su hija mientras las ninfas comenzaban con los preparativos de la boda.

La diosa griega se había bañado antes que nada y por fin le decía adiós definitivo al horrible uniforme del instituto mortal, al que literalmente prendió fuego en la chimenea. Por un parte estaba feliz de volver a su tan querido hogar pero por otro lado sentía la angustia, no volvía porque finalmente su destierro terminaba, volvía para reinar.

──¡Oe! ¿Por qué tú padre tarda tanto? Ore-sama tiene hambre. ── Se quejó Ayato, pateando suavemente la valija de la fémina, quien rodó los ojos y le clavó un codazo en la costillas al susodicho. ──¡H-Hey!

──Si fuera por mi ya estaríamos en mi reino, así que cállate un poco, estoy agotada y tu voz solo logra irritarme. ── Escupió ella furiosa y sin un apice de paciencia.

Toda la calma y buena energía de la muchacha se había ido por el caño, dejando a la vista un terrible mal humor. Shu desapareció de un momento a otro y al regresar le tendió un plato con porciones de pizza a la griega, quien soltó un grito de alegría y comenzó a comer casi con desespero.

──No sabes cuánto te adoro, Shu. ¡Que delicia!── Exclamó Perséfone, colocándose otra rebanada más en la boca.

──¿Por qué no le trajiste a ore-sama?── Se quejó ofendido el pelirrojo.

──Ella está de mal humor por el hambre, tu puedes esperar. Es imposible que te pongas más insoportable de lo que ya eres por naturaleza. ── Se burló el mayor, sentándose en el suelo mientras cerraba los ojos para disfrutar la música de sus audífonos. Aquella burla fue la causante de la carcajada de Kanato hacía su hermano menor.

Raito observaba de reojo a su hermano mayor y a la olímpica, estaba celoso, no podía negarlo. Ella y él habían logrado formar la relación que él tanto quiso con la inmortal pero que había cagado con sus acciones impulsivas. Cerró los ojos y de recostó sobre la pared de piedra, intentando buscar algo de paz en su mente mientras el viento golpeaba contra su rostro y jugaba con los travieso cabellos largos que mantenía.

La noche era fría, el eclipse ya había llegado a su fin y dejó consigo un clima congelador. El viento batía las ramas de los árboles, las hojas caían y lucía como si la tormenta de hace unas horas estaba a punto de comenzar otra vez. Para Raito, era refrescante, pero sabía muy bien que Lilith odiaba el frío y lo mal que le hacía, por lo que cuando abrió levemente los ojos observó a la susodicha; estaba tiritando mientas continuaba comiendo, cosa que le provocó una sonrisa. Shu pensaba que sabía todo de la griega pero no era así, él era quien conocía más de ella.

KILLER, laito sakamaki ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora