Prólogo.

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Abro los ojos, veo muchos rostros, todos mirándome, ¿dónde estoy? La habitación es blanca y a mi lado hay una mujer, parece cansada. Intento hablar pero sólo salen balbuceos, todo es muy grande.

Un hombre mayor, vestido con una bata blanca, dando apurados pasos llega a la mujer que estaba a mi lado, enchufada a ruidosas máquinas las cuales su funcionamiento desconozco. El hombre toma su libreta entre sus manos y entabla conversación con la mujer.

-Enhorabuena, ha tenido una niña sanísima.- Sonrió mirando a la mujer que no tardó en cogerme en brazos.

...

Ha pasado mucho tiempo desde que vi a aquel hombre de blanco, ahora comprendí que esa mujer era mi madre, y en este momento estaba con ella, sentada en un cómodo sofá negro terminándome una papilla que sabía asquerosa, al parecer mi expresión hacía reír a mi madre, y eso me hacía reír a mí.

-Es tarde cielo, vamos a dormir.- Me dijo con dulzura y con una pequeña sonrisa en su rostro, me tomó en sus brazos y me llevó a mi habitación. Me dejó con suma delicadeza en mi cuna, me arropó y tras un beso de buenas noches, comenzó a cantarme una nana con la que entré en un dulce sueño.

...

Estaba muy contenta, había sacado un diez en mi primer examen de sociales, al fin había hecho una amiga: Nicole, que era de intercambio, pero convenció a sus padres para quedarse estudiando aquí, en Canadá.

Después de un cinco minutos en coche, llegamos a casa, dejé la mochila y fui eufórica a enseñarle a mi papá el examen, seguro que estaba orgullosa de mí.

-Esta niña tendrá un futuro brillante.- Le dijo con una amplia sonrisa en sus labios a mi madre.

-De eso no cabe duda.- Contestó.

...

Estoy cansada de estudiar, hace días que no veo a Nicole y no salgo de mi casa para nada que no sea ir a la biblioteca, coger un libro y volver. Aunque estando en bachillerato no podía esperarme otra cosa.

Quedarme en casa por semanas tuvo su recompensa, pues saqué la mayor nota, y habiendo acabado el examen final, di por terminados los estudios aquí, por eso se acercaba el momento de irme a buscar piso en una residencia de estudiantes, para estudiar lo que quería sin tener a mis padres merodeando a mi alrededor constantemente.

...

Tuve un gran verano, no hice muchos amigos pero no necesitaba más teniendo a Louis y a Nicole.

Ya tenía empaquetadas todas mis cosas en cajas tremendamente grandes y pesadas; e íbamos de camino al apartamento que formaba parte de la universidad donde me instalaría.

Dos horas y al fin habíamos llegado, bajé del coche y contemplé lo que me rodeaba.

PsychopathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora