Capítulo 21: Excusa Poscoital.

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Una vez dentro, Harry me bajó de su hombro al suelo y ambos -yo arrastrada por él- entramos a los baños femeninos.

Harry pateó literalmente la puerta de todos y cada unos de los cubículos sin resultado dándonos a entender que había alguien dentro.

La cuarta puerta se abrió en la segunda ronda, al parecer estaba cerrada desde fuera, pero no había nadie dentro.

El chico a mi lado me empujó hasta dentro y cerró tras él con pestillo. No tardó básicamente nada en dejar al visto su torso, el cual acaricié suavemente mientras él me quitaba la camisa.

Comenzó a esparcir besos húmedos por todo mi cuello a lo que yo respondí con leves jadeos. Una de las manos de Harry paró en mi espalda y me desabrochó el sujetador dejándolo caer al suelo, para luego empezar a jugar con uno de mis pechos pasando la lengua por mi pezón hasta dejarlo duro haciendo lo mismo con el otro después.

Por acto reflejo, llevé una mano al pelo de Harry enredándola entre sus rizos, y la otra bajó a la orilla de su pantalón donde empecé a desabrochar su cinturón.

Unió sus caderas a las mías y comezó a moverse mientras se rozaba conmigo consiguiendo provocarme más.

-Quítamelos.- Ordenó e inmediatamente comencé a deslizar lentamente los pantalones, junto a sus bóxers, a lo largo de sus piernas.

Cuando me puse de pie nuevamente me fue imposible no quedarme mirando su masculinidad, y acto seguido mis mejillas empezaron a arder.

-¿Te gusta lo que ves?- Susurró Harry en mi oído con una voz enronquecida varios tonos mientras bajaba mis shorts hasta quedar de rodillas.

-¡Contesta!

-S-Sí.- Tartamudeé y asentí mordiéndome el labio inferior cuando dejó un beso en mi intimidad.

Deslizó mi última prenda hasta abajo y levanté un pie tras otro para estar totalmente libre de ellas. Harry aún seguía arrodillado, y una de sus manos comenzó a acariciarme de una manera jodidamente suave. Sus dedos hacían círculos pequeños que poco a poco iban aumentando en velocidad, presión y tamaño.

-Oh, joder.- Ahora se ayudaba de su lengua en su incesante tarea.

Agarré la mata de rizos y la apreté entre mis dedos inclinando la cabeza hacia atrás. Llevé mis caderas hacia él pidiendo más, y él cesó.

¡Cesó!

Se puso de pie con un preservativo que seguramente sacó del pantalón arrugado en sus tobillos y me lo dio. ¿Qué?

-Pónmelo.

Lo miré incrédula, y al ver que no hacía nada ni decía nada confirmé que iba en serio. Abrí el envoltorio con un pulso acelerado, mezcla de excitación y nervios. Una vez en mis manos, él me ayudó a introducir su miembro en él.

La sonrisa pícara en la cara de Harry, sumando sus pupilas levemente dilatadas adornadas por un profundo verde al fondo fue suficiente para hacerme caer.

Coloqué ambas piernas rodeando su cintura una vez que él ya me había levantado del suelo. Dio un paso en mi dirección y noté la dura y fría superficie de la pared pegada a mi espalda.

Gemí profundamente cuando noté a Harry entrar en mí. No dolía como la primera vez, pero seguía estando algo incómoda a su tamaño aún. Al parecer, él notó que no todo iba perfectamente, e igual que aquella vez en mi habitación me susurró que todo iba a ir bien.

Le creí, simplemente creía en él y sé que él no sería capaz de dañarme.

Junte mis labios a los suyos y él comenzó a moverse. Sus embestidas eran lentas y profundas. Gemí nuevamente y llevé una de mis manos a su espalda donde enterré las uñas en su piel.

PsychopathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora