Para secar tus Lágrimas

27 de mayo

Querido diario:

Estoy muy convencida de que Joshua está deseando ver mi cabeza rodar por el piso en este mismo instante. Y que debe pensar que no debería mentirme en asuntos que no me conciernen. Pero como soy una de sus mejores amigas tengo la obligación de hacerlo, y más si sé que es algo que podría causarle felicidad. Lo que más deseo en este mundo es volver a ver ese brillo especial en sus profundos ojos azules.

            Esta mañana mi querido amigo no tuvo una mejor idea que atrásame con él hasta el estudio de baile de su tía. No iba a tener su clase de baile peor tenía que ir a buscar unas cajas que su mamá se había olvidado ahí la semana anterior. Al llegar fue un poco incómodo para mí porque había un grupo grande de chicas bailando y siendo instruidas por Marco, el amigo de Joshua. 

            Marco al notar que entramos paró la clase para caminar hacia nosotros.

            —Hola, chicos —Saludó mientras sacudía su enrulado y pelirrojo cabello con una de sus manos.

            —Hola.

            —Hola, Marco —Saludé— ¿Cómo te encuentras?

            —Muy bien, gracias —Nos miró—. ¿Qué hacen aquí?

            Joshua se cruzó de brazos y habló suavemente:

            —Vinimos a buscar unas cajas de mi madre.

            —Ah, bueno, busquen tranquilos.

            Marco se dio media vuelta para volver a lo que estaba haciendo antes de que nosotros pisáramos el lugar. Pero al instante giró de nuevo para dirigirse a Joshua.  

            —Joshua, ¿podemos hablar a solas? —preguntó él.

            Me estaba echando delicadamente.

            —Bueno…, los dejo para que hablen tranquilos.

            —No. Ella es mi mejor amiga, así que cualquier cosa que quieras decirme ella puede estar presente.

            —Está bien.

            Respiró hondo.

            —Joshua —Volvió a respirar hondo—. ¿Quieres salir conmigo esta tarde?

            Oh, Dios mío. Marco tenía el rostro de un tono exageradamente bordo, y seguro era porque o estaba presente. Es ese mismo instante quería que la tierra me tragara.

            —Marcos…

            Cuando Joshua estaba a punto de decir que no y sé que lo iba a hacer, tuvo que salir SuperAura al rescate.

            —Sí, él quiere salir contigo esta tarde. ¿Qué te parece 7:30 pm?

            —Claro —me respondió para luego dirigirse a Joshua —. Tienes una amiga increíble.

            —Lo sé.

            Marco solo sonrió y se fue con un grupo de chicas que estaban charlando sombre moda en un rincón luminoso del salón. Pero cuando dejé de observarlo pude percatar la penetrante e irritada mirada que Joshua me estaba lanzando.

            —¿Qué?

            —¿Por qué les has dicho que si saldría con él? —preguntó con el ceño fruncido.

            —A él realmente le gustas —dije alegremente—. Y mucho.

            —Bueno, pero él a mí no me gusta —musitó.

            —Si no te gustara no me hubieses permitido que le dijera que sí.

            Quedó con la boca abierta.

            —Touché —sonrió.

            —Te hará bien salir con otra persona que no seamos tus amigos —dije mientras lo tomaba del brazo que tenía libre para salir del estudio.

            —Tienes razón.

10:45 pm

Creo que me estoy convirtiendo es una acosadora profesional. Cómo quería asegurarme de que Joshua asistiera su cita con Marco, decidí ir a tomar un jugo en un pequeño y pintoresco bar que hay justo en frente de su casa para poder ver si salía de su casa. Después de un largo rato, mi amigo salió por la puerta principal y por lo que podía divisar se había puesta su camisa favorita. Eso ya era un muy buen indicio.

            Con mucho temor de que se diera cuenta, lo seguí. Aparentemente los chicos habrían hablado después de que yo me fuera del estudio de baila para acordar que se verían en el cine antiguo, que está escondido en una de las calles de la ciudad.  Cuando ellos se encontraron y compraron un par de entradas para una película francesa, luego de que entraran a la pequeña sala yo también lo hice. Aunque debo admitir que no me llaman mucho la atendiendo ese estilo films.

            Aquí viene la parte importante. La película llevaba dos horas de proyección y ellos solo estaban mirándola atentamente. Y ya que había gastado todo el dinero que llevaban encima para la entrada, me rendí y me distraje para disfrutar de ella  también. Pero luego de que pasaran apenas diez minutos, dirigí mi mirada hacia las polvorientas y grisáceas butacas donde ellos se encontraban. Ya no prestaban atención, sino que se estaban besando. Y agradezco que la actriz haya hablado tan fuerte en la filmación, porque logró tapar mi escandaloso grito al ver el beso. Los miré con mucha felicidad por un segundo más y salí de allí sin hacer ruido.