Mine (Stucifer)

Capítulo 19

Lucifer llevaba furioso y malhumorado desde hacía dos días, cuando había recibido el semi-aviso de Stiles pero había llegado tarde al supermercado, encontrando solamente el carro y el pequeño charco de sangre. Este había reanudado la búsqueda de Lilith y Alastair, no solo Abaddon estaba en ello, tenía a dos perros del infierno y a los ángeles de los Winchester. Había informado a Crowley que si tenía información y no se la daba sufrirá como nunca. Mientras la manada intentaba ayudar como podía, Lucifer intentaba conectar con Stiles telepáticamente, sin conseguir resultados.

Este se levantó del sofá del loft gruñendo antes de desaparecer y bajar al infierno, Crowley tragó saliva antes de esperar a que Lucifer hablará, este simplemente se sentó en su silla con las manos juntas y los ojos cerrados. No tardó mucho en que la puerta apareciera Amenadiel miró mal al demonio antes de quedarse en medio de la sala con las manos en su espalda. No quería recurrir a esto, pero estaba desesperado.

- Necesito ver a padre.- Dijo consiguiendo una risa del ángel. Lucifer lo miró lleno de furia haciendo que el ángel se detuviera y miraba curioso a Lucifer.

- ¿Va en serio?- Lucifer asintió tenso antes de que Crowley se fuera, notando como esa conversación era algo familiar, y aunque le encantaría espiarla no quería enfrentarse al castigo que conlleva.- ¿A qué viene ese cambio Samael?- Lucifer se tensó por ser llamado por su nombre de ángel antes de mirar con seriedad a su hermano.

- Dos de mis antiguos amantes han secuestrado a mi pareja.- El ángel miró curioso a Lucifer antes de acercarse un poco más a él.

- ¿Vas a doblegarte por un demonio desaparecido?- Lucifer lo miró lleno de miedo mientras se aferraba con fuerza al reposabrazo del trono.

- No es un demonio, es un hechicero.- Dijo haciendo que el ángel lo miró curioso y sorprendido.- Lo amo.- Dijo como justificación a su comportamiento. Amenadiel apartó la mirada mientras hacía una mueca de lástima.

- Me encantaría cederte ese pase, pero Dios llevaba años sin hablar ni aparecer.- Dijo haciendo que Lucifer cerrara los ojos reteniendo las ganas de matar a cierta divinidad.- Sabemos que sigue vivo, notamos las acciones que hace a la humanidad y a nosotros, pero nos es imposible hablar con él.- Dijo con pesar mientras ofrecía su mano a Lucifer.- Pero no perdemos nada en intentarlo, siempre has sido su preferido.- Lucifer resopló mientras negaba levantándose.

- Pues vaya forma de demostrarlo, enviando al infierno.- Dijo antes de aceptar la mano del ángel.

- Presionaste demasiado sus límites hermano, ansiabas demasiada libertad.- Lucifer miró a Amenadiel antes de sentir el viaje al cielo.

- No podía seguir viendo como nos trataba como marionetas.- Dijo Lucifer antes de caminar al lado del ángel de piel morena.- No te equivoques, no me quejo.- Dijo el demonio mientras observaba lo que había cambiado eso desde que se fue.- Estoy encantado con ser el diablo y todo lo que conlleva.- Dijo mirando travieso a Amenadiel que se rió con suavidad.- Solo que aun le guardo rencor por la forma que fui echado.- Dijo deteniéndose en una gran puerta, Amenadiel golpeó la madera y esperó al lado de su hermano.

- Samael padre actuó enfadado, no puedes culparlo.- Dijo Amenadiel sin mirarlo.- Tu no fuiste benevolente con él, que se diga.- Lucifer se rió con suavidad antes de que la puerta se abriera. Lucifer entró seguido del ángel, este se sorprendió al encontrarse a su padre demasiado joven.

- ¿Y tu barba blanca?- Preguntó Lucifer mientras las puertas se cerraba, Dios se rió antes de sentarse y acercarse a ellos.

- Decidí darle un aspecto más joven a mi imagen ¿Qué te parece?- Lucifer encogió los hombros mientras cruzaba los brazos en su pecho. Dios suspiró y le sonrió a su hijo Amenadiel antes de llevar sus manos a su espalda.- ¿Aún no has encontrado a Mieczyslaw?- Preguntó el hombre haciendo que Lucifer se tensar mientras lo miraba serio.