Capítulo 02: Cambios

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𝙿𝙰́𝙶𝙸𝙽𝙰 𝟸


Hoy, tras varias semanas de reflexión, decidí hacer algunos cambios en mi vida. Uno de ellos fue mudarme de esa enorme casa a un lugar más tranquilo, con la esperanza de dejar atrás los rumores y chismes que me perseguían.

Ahora que él ya no está, la casa se siente demasiado grande, fría y vacía. Los recuerdos que allí habitan son preciosos, pero también insoportablemente dolorosos. Cada rincón parece tener su propio eco de tristeza, y la soledad que me envuelve cada día se siente como un enemigo implacable.

Sin más lágrimas que derramar, solo me quedan los dolores de cabeza y el peso constante en el corazón. Las noches se llenan de sueños en los que él está a mi lado, pero siempre desaparece en un abrir y cerrar de ojos, dejando un vacío abrasador que no consigo llenar. La soledad consume mi alma como un fuego inextinguible.

Decidí dejar mi trabajo, porque el solo estar allí me llenaba de ira. Es sorprendente cómo algo que antes amaba con todo mi ser, ahora lo detesto con la misma intensidad. Planeo mudarme a una cabaña en el bosque que compré y restauré, lejos de la ciudad y de todo lo que me recuerda a él. Eso es justo lo que necesito: alejarme y desintoxicarme de todo.

Mientras empaquetaba sus cosas en cajas de cartón, no pude evitar reflexionar sobre qué hacer con ellas. No creo que nadie quiera usar prendas que pertenecieron a alguien que ha fallecido, así que decidí no donarlas. Llevaré conmigo algunas de sus ropas, y el resto, objetos materiales sin tanto significado, los donaré a quienes puedan darles uso.

Bajé al sótano para limpiar y, al mover unas cajas, cayeron unos planos que Jimin había guardado. Eran de antiguos proyectos de laboratorio en los que había trabajado mi estrella. Sin saber por qué, los abrí y me encontré con los pasos para construir robots humanizados en los que Jimin había estado trabajando. Al recordar la razón que le hizo salir aquel día me sentí furioso nuevamente, pero con una respiración profunda recupere mis sentidos, guardando los planos, decidido a dejar atrás la tecnología y la ciencia, tal como había planeado.

Verifiqué que todo estuviera en orden antes de que el camión de mudanza se llevara mis pertenencias. La casa estaba en buen estado, y tomé la decisión de venderla antes de que cayera en el abandono. Ya no me pertenecía, al igual que yo ya no pertenecía a ese lugar.

Mientras el camión cerraba sus puertas, hice lo mismo con mi antiguo hogar, colgando un cartel que decía "Se vende". Nunca imaginé que esas letras estarían algún día frente a la casa donde soñé con formar una familia. Aunque mi pecho dolía al despedirme, logré contener las lágrimas.

Di una última mirada al vecindario, con sus casas pintadas de colores alegres, cuando escuché una voz aguda llamarme desde el otro lado de la cerca blanca que rodeaba la vivienda. Al girarme, vi a la señora Kim, la anciana que Jimin tanto admiraba por las historias de aventuras que siempre contaba sobre su juventud. Llevaba una canasta mediana entre sus manos, y al verla, no pude evitar sonreír de forma amable y acercarme para despedirme.

—Buenas tardes, señora Kim —saludé con una sonrisa.

—Oh, Jungkook, tan amable como siempre —respondió ella, tomando mi mano y dándole un suave apretón—. Por lo que veo, estás por marcharte, ¿no es así, cariño?

—Sí… Creo que he tomado la decisión correcta al darme un respiro de la ciudad y de todo lo que me rodea —contesté, forzando una sonrisa mientras miraba brevemente a mi alrededor antes de volver la vista hacia ella.

—Supongo que es lo mejor para ti, mi niño. Si esa es tu decisión, la respeto —suspiró, bajando la mirada con un aire melancólico. Luego, alzó el rostro, sonriendo con ternura—. Te he horneado galletas y algunos postres que sé que te gustarán. Llévatelos, donde sea que vayas. Servirán para calentar un poco el corazón.

Sonriendo, acepté la canasta llena de postres cubiertos con una tela a cuadros rojos y blancos. El aroma dulce y hogareño que emanaba me envolvió por completo.

—Muchas gracias, huelen delicioso. Seguro los extrañaré mucho... —suspiré, antes de que una verdad escapara de mis labios sin querer—. A Jimin le habrían encantado.

—Lo sé —respondió ella con una sonrisa melancólica—. A él le encantaban mis pasteles… Ahora me sentiré un poco sola sin ese jovencito viniendo a escuchar mis historias. —Rió suavemente, negando con la cabeza—. Jungkook, quiero que sepas que, aunque no lo veas, él sigue aquí contigo. —Colocó una mano sobre su corazón—. Y también aquí —añadió, sonriendo mientras contenía sus propias lágrimas—. No estás solo, mi niño. Jimin te cuida desde donde sea que esté. Eres más fuerte de lo que crees, aunque en este momento te sientas destrozado. Jimin está orgulloso de ti y siempre lo estará, porque te ama con todo su ser. Así que sigue siendo fuerte, ¿vale?

—Lo intentaré, señora Kim —respondí con un nudo en la garganta, limpiando rápidamente las lágrimas que amenazaban con escapar—. Gracias por todo el cariño que nos dio a Jimin y a mí todos estos años. Él la apreciaba mucho. Prometo que la visitaré cuando esté un poco más estabilizado.

—Eso espero, querido. Ten un buen viaje, Jungkook, y cuídate mucho —se despidió, sonriendo con calidez.

Me di la vuelta y caminé hacia mi auto, colocando la canasta en el asiento del copiloto. Rodeé el carro y subí por el lado del volante, encendiendo el motor. Al estar listo, hice una señal al camión de mudanza para que me siguiera y, finalmente, emprendí mi viaje hacia la cabaña en el bosque.

Mientras miraba por el espejo retrovisor, solté un suave suspiro al ver cómo la casa donde había vivido momentos hermosos se hacía cada vez más pequeña, hasta desaparecer completamente. Cuando eso ocurrió, las lágrimas, que había intentado contener, volvieron a salir, inundadas por el dolor que aún quemaba en mi pecho.

Recordé entonces las palabras de la señora Kim, y una débil sonrisa se dibujó en mi rostro.

En ese momento, mientras me mudaba, no sabía lo que el destino tenía preparado para mí. Pero estoy agradecido, porque estuve dispuesto a descubrirlo.


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𝙽𝙴𝚅𝙴𝚁 𝙶𝙾𝙾𝙳𝙱𝚈𝙴  | ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora