«Jeon Jungkook», así se llamaba el científico que logró construir un corazón para un robot.
¿Con qué fin fue creado?
¿Cuál era su razón de ser?
¿Qué es un corazón?
Esas eran las cuestiones que Jimin se planteaba cada vez que era activado cada mañan...
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𝙿𝙰́𝙶𝙸𝙽𝙰 𝟺
Si alguien me hubiera dicho hace meses que terminaría encerrado en el sótano de una cabaña en medio del bosque, trabajando en algo totalmente fuera de lo común, rodeado de piezas mecánicas, cables y una computadora en lugar de frascos de compuestos químicos, me habría reído. Habría afirmado con total convicción que era imposible… y, sin embargo, aquí estoy.
Desde aquella noche, no pude apartar de mi mente la idea de dar vida al famoso robot que, con tanta firmeza, había prometido no construir jamás. No obstante, después de meditarlo, comprendí que ya no tenía nada que perder. A partir de ese momento, me dediqué a estudiar minuciosamente los planos, adquiriendo los materiales necesarios para ejecutar este ambicioso proyecto que, sin duda, cambiaría el rumbo de mi vida.
Así fue como mis decisiones alteraron mi destino, marcando el inicio de un nuevo capítulo.
El comienzo fue un desafío, y la primera fase del proyecto se presentó con más problemas de los esperados.
—Hola, mi nombre es Jeon Jungkook, tengo 33 años. Este es el primer ensayo y grabación del «Proyecto JM1» —anunció, dejando escapar un suspiro que mezclaba nerviosismo y emoción. Mientras grababa, se inclinó sobre el antiguo ordenador, actualizado con lo último en software, y procedió a encender el sistema del futuro robot.
Sin embargo, como era de esperarse, el primer intento no estuvo exento de inconvenientes.
—De acuerdo, vamos a empezar —susurró con ansiedad, ajustando la cámara antes de activar el programa del robot—. ¡Buenos días! —dijo con entusiasmo, elevando ligeramente la voz para que el sistema lo reconociera. Este era solo un programa básico en la computadora que, siguiendo los planos, debía comenzar a procesar. Aunque Jungkook no era un experto en tecnología, confiaba en que, con la ayuda de los esquemas y su limitada experiencia, las cosas no irían tan mal. Al fin y al cabo, era solo una prueba inicial.
—Buenos di... piiii…—Lo único que obtuvo fue una interferencia acompañada de un molesto pitido y una voz distorsionada.
—¡Ugh! —exclamó, llevándose rápidamente las manos a los oídos para protegerse del ruido, antes de apagar la máquina de inmediato. Exhaló con alivio y detuvo la grabación, guardando el video en un pequeño disco donde almacenaba todos sus avances del proyecto. Luego, suspirando de nuevo, tomó su computadora y comenzó a revisar los errores del sistema, así como el diseño preliminar del esqueleto del robot.
El camino aún era largo, pero esto era solo el principio.
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