Rastro de cenizas (TordTom)

-Nueva jaula-

4 AÑOS DESPUÉS
El mensaje fue enviado, los soldados de primera fila rápidamente obedecieron el llamado. Ninguno solo podía faltar a la gran ceremonia que tomaría lugar ese mismo día en la tarde.
-Soldado! A levantarse! Nuestro gran líder llegará pronto.-Gritó a través de la puerta uno de los compañeros de Tom.
-Un minuto! Necesito vestirme!-Gritó Tom bastante irritado.
Lo cierto era que a él no le importaba en lo más mínimo aquella ridícula ceremonia. No le interesaba ver como el antiguo líder que lo había puesto en ese terrible lugar se retiraba y ponía al mando a quien sabe quien. De todas formas, tenía planeado irse pronto.
Tom tomó su uniforme de la silla donde siempre lo aventaba y sin querer tiró al suelo un papel cuidadosamente doblado.
Al verlo sus recuerdos lo llevaron a esa noche donde vio por última vez a su amigo. Donde por última vez vio a Edd.
Tom sabía de pies a cabeza lo que aquella carta decía pero aún así decido volverla a leer. Un enorme y amargo dolor se vio reflejado en su afligido rostro como si fuera la primera vez que leía aquella carta.

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Tom, se lo que piensas. Probablemente me odies y estás en tu derecho pero, por favor déjame explicarte. Dadas las circunstancias tal vez no volveré a verte en mucho mucho tiempo.
Cuando llegué aquí mi vida fue un infierno. Los soldados de primera fila fueron crueles conmigo así como fueron crueles contigo. Debí de haberte advertido, pero mi pellejo estaba en juego! Además...tenía una misión que cumplir.
Hoy te vi en las duchas, eres muy malo para esconderte. Se lo que oíste y se que estuvo mal. Compensaré mi error.
Tomé la responsabilidad de lo que pasó, todos los cargos estarán a mi nombre y me tocará a mi afrontar el castigo que ellos decidan ponerme, no quiero que sufras más. Deberían dejarte tranquilo. También encontré un punto mejor para que puedas irte. Será por las alcantarillas justo debajo de primera fila. Deberían llevarte fuera de aquí,de este asqueroso lugar. Me tome la libertad de dibujarte un mapa, seguramente ya lo viste. Deja que se calmen las aguas y en cuanto veas una oportunidad escapa.
Te dejé una mochila escondida con suficiente comida y dinero para que te largues a un lugar más seguro, estarás bien.
Tom, siento mucho haberte engañado. Supe que me arrepentiría desde que te conocí. Eres el primer sujeto que me agrada de este lugar...odio no poder ir contigo. Tal vez incluso muera hoy pero...valdrá la pena con tal de mantenerte a salvo. Después de todo somos amigos, no es así?

Cuídate, Edd.

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Habían pasado ya 4 largos años sin saber nada de Edd, Tom solo podía esperar lo peor. No recordaba con rencor a su amigo. Al contrario. Cuando pensaba en él solo se le venían a la mente recuerdo lindos y divertidos. A pesar de todo Edd le trajo alegría y tranquilidad a su vida por unos breves momentos. Era una verdadera pena lo que le había sucedido pero Tom no podía perder el tiempo en lamentos. 
En todo este tiempo se había concentrado en ser más fuerte y así lo hizo.
Entreno día y noche hasta mejorar su fuerza y se prometió a sí mismo jamás volver a permitirse querer o incluso amar a alguien. Tom había llegado a la conclusión de que el sentir algo es la más grande debilidad y el ya se había cansado de ser débil.
Tom se volvió insensible, rencoroso y vengativo. Por eso mismo tomó cuentas con sus propias manos y se vengó de todos y cada uno de los que lo hicieron sufrir de más joven. En especial de Dimitri. Lo cierto era que Tom disfrutó verlo retorcerse de dolor y agonía. Disfruto cortar su garganta. Disfruto molerlo a golpes.Disfruto verlo morir. Había probado lo que era ser fuerte y le había gustado. Ahora todos en primera fila le temían y no se atrevían a contradecirlo. Esa era su mejor arma.

Tom finalmente cambiado tomó todo lo que pudo y se preparó. Repaso una vez más su plan y analizo el mapa por cuarta vez desde que se despertó. Ese mismo día sería el ideal para escapar. Todos, tanto los soldados como los comandantes estarían presentes en la importante ceremonia. Ninguno solo podía tener el lujo de faltar. Nadie le prestaría atención a Tom y ese era su punto a favor.