-Extraña revelación-

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Tom caminaba cabizbajo por los pasillos, el eco de sus pisadas chocaba con las paredes dejando un sonido lento y melancólico.
En su cabeza era todo un caos, le era imposible idear algún plan o estrategia para poder salir de ese lugar sin que su amigo resultara herido o incluso muerto.
-Mierda...-susurró Tom levemente. Sabiendo que esta vez su situación estaba jodida.
Sus ojos apuntaban al piso, dándole un toque deprimente al ambiente. Y de hecho lo era. Tom no podía soportar esa terrible carga en su espalda. Apenas podía aguantar su propio peso. Como iba a ser capaz de cargar con alguien más? Como podría ser capaz de proteger a Edd en esas condiciones?
Una puerta abriéndose justo en frente de él lo forzó a detenerse.
-Al fin llegas. Que tanto hacías? Deberías saber de una vez que tengo poca tolerancia a la tardanza.-dijo Tord con un tono marcado de superioridad y arrogancia. Estaba feliz de tener a Tom a su disposición pero aún seguía molesto por su insubordinancia.
Tom inmediatamente puso una mueca de odio. No soportaba tener que dejarse tratar de esa manera. Por muchos años lo había permitido y ahora que podía hacer algo al respecto, ahora que podía defenderse no debía hacerlo. Por el bien de su amigo tenía que obedecer y permitir ser sobajado de esa manera. Era un fastidio.
-Lo siento. Me perdí un poco por los pasillos. Parecen un puto laberinto.-dijo Tom tratando de ser lo más educado posible. Claramente fallando en el intento.
Tord molesto noto ese irritante tono que tanto usaba Tom. Ese tono que demostraba que no le temía, que no lo respetaba, que no lo obedecería en todo.
-Entra.-ordenó Tord.
Tom con pesar hizo caso. De mala gana por supuesto.
En cuanto entró a la habitación Tord lo sostuvo de los brazos y lo tiro al piso boca abajo. Dejándolo inmóvil.
-Pero que...!!-
-Creo que se te olvida quien manda aquí Tom. En verdad estás empezando a molestarme.- dijo Tord al mismo tiempo que bajaba una de sus manos hacia la parte baja de Tom poniéndolo nervioso al instante.
-Hey! Q-que haces!.-chillo nervioso Tom. Moviéndose de un lado a otro.
Tord se acercó lentamente al oído de Tom tan cerca que pudo notar como el cuerpo de su pequeño experimento temblaba levemente. Disfrutaba de aquella escena sin duda.
-Tengo que obligarte a obedecer?-dijo Tord curioso, le interesaba saber qué tipo de reacción tendría el otro.
Tom por otro lado no disfrutaba del todo ese momento. Lograba sentir la respiración chocando con su oreja y provocándole cosquillas no del todo desagradables. Lo cual era extraño para el. Por alguna razón a pesar de sentirse algo incómodo una parte de él disfrutaba lo que ese molesto sujeto le hacía.
Entonces sintió su mano rozar ligeramente su entrepierna, de un momento a otro todo se tornó desagradable. Inmediatamente Tom recordó aquel momento, cuando era pequeño y débil, cuando aún no podía defenderse. Recordó todo lo que sintió y lo que fue obligado a sentir. Aquella aterradora y traumática escena logró apoderarse de la mente de Tom y con miedo en los ojos se movió con desesperación de un lado a otro. Rogando por que no sucediera lo mismo.
En algún punto logró zafarse ligeramente, fue más que suficiente para lograr soltarse del agarre y lanzar una patada directa al abdomen de Tord. Lanzándolo lejos de él.
Tord adolorido y molesto trato de incorporarse lo más pronto posible ignorando el dolor que sentía. Se acercó a Tom que aún estaba en el suelo, y cuando estaba a punto de demostrarle su inconformidad y furia por su actitud rebelde se percató de algo. Esa mirada, ya no lo veía con odio. Lo veía con miedo.

Tord quedó helado ante aquella revelación. No pretendía incomodarlo de alguna manera, a caso había hecho algo mal? Tal vez su aliento? Porque actuaba así de raro? Lo cierto era que Tord jamás se enteró de lo que le había sucedido a Tom cuando era más joven. Si hubiera sido así el mismo se habría encargado de matar a todos y cada uno de los que se habían atrevido a molestarlo. Sin embargo ese no era el caso. Así que Tord solo podía sentirse extrañado con aquella situación.
Dio un suspiro, aceptando el hecho de que no tenía idea de lo que sucedía y penoso le ofreció ayuda a su experimento.
-Dame la mano, levántate de una vez.-dijo al mismo tiempo en que extendía uno de sus brazos y volteaba a otro lado. A pesar de ser un tacto sin importancia era lo más cerca que podría estar de él y eso lo ruborizaba un poco.
Tom confundido acepto la ayuda, aún así seguía algo desconfiado. Decidido a no bajar la guardia.
Tord tosió un poco, aclarando su garganta, haciendo algo de ruido para relajar el ambiente y finalmente habló como el líder que era.
-Ve con Paul, el te indicará algunas de tus tareas de hoy. Cuando termines regresas.-ordenó Tord sentándose en su inmenso escritorio viendo concentrado algunos papeles e informes posados en el mismo.
Tom aún con la respiración algo agitada asintió para después retirarse de aquella habitación. Al cerrar la puerta su respiración empezó a calmarse y ese miedo empezó a desvanecerse. En su lugar empezó a crecer la duda. Porque? Porque no hizo nada?.
Tom sacudió su cabeza tratando de desvanecer esos pensamientos. Forzándose a no interesarse tanto por eso. Después de todo aborrecía a Tord y no porque se haya portado "amable" con él dejaría de odiarlo.
Así pues, avanzó por los inmensos pasillos, perdiéndose un poco en la búsqueda de Paul.

Rastro de cenizas (TordTom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora