- Corre!
Le hice caso. Solo porque una profesora nos había visto y estaba segura de que le diría a la directora. Y les digo desde ya que es muy provable que mañana nos castiguen por escaparnos, pero que más da.
- Ya...ya esta -dije respirando agitadamente por correr-
- Pero nos vio la profesora! -quiso salir corriendo pero le puse el pie y calló al suelo-
- No es como si la gorda nos fuera a seguir.
- Cómo lo sabes? -empezó a sacudirse la ropa- Mierda, me llené de tierra.
- Porque eso requiere correr, y estoy muy segura de que no lo haría.
- Por qué estás tan segura?
- Porque para correr hay que moverse y esa mujer apenas respira y solo lo hace porque es necesario para vivir, James. Ya deja de preguntar.
- Está bien. Tu ganas -asentí-
- Ya lo sé.
- A veces eres una maldita egocéntrica, lo sabias?
- No creo poder superarte en eso. -me miró mal y yo solté una carcajada- Sabes que es cierto.
- No siempre.
- No lo negaste -mi sonrisa cada vez era más grande, que puedo decir? Me encantaba ganarle!-
- Ok, ya basta. Vamos por el helado.
- Vamos.
Para cuando llegamos a la heladería más cercana, que estaba como a unas 11 cuadras del colegio, eran más o menos las 11:30 am. Nos habíamos escapado, por lo que perdimos las últimas clases. Pero claro que a ninguno le importaba.
- Y cuéntame, por qué estabas tan enojada? -preguntó para luego empezar a devorar el helado-
- La puta de Ashley, ya te dije.
- Dijiste su nombre y ya te enfadaste.
- Por qué?
- Me di cuenta con sol verte. Aprietas los puños y la mandíbula. Tanto de jode?
- Si.
- Bueno, no hablemos más sobre el tema -justo lo que quería que dijera. Gracias Dios- Puedes, por favor, cambiar esa cara?
- Qué tiene mi cara? -dije cansada de que hablara tanto-
- Yo solo quería animarte un poco pero si vas a estar así mejor me largo -utilizó un tono cortante y se levantó dispuesto a irse-
-suspiré-
- Es cierto. Lo lamento -sonrió y se volvió a sentar-
- Me he dado cuenta que eres media bipolar, lo sabias?
- Eres el menos indicado para decirme eso, teniendo en cuenta que el constante cambio de humor lo tienes tu. -rió a la vez que asentía-
- Quieres? -me ofreció su helado- Es de chocolate.
- Ya lo sé, idiota -y ambos reimos- No, no quiero.
- Bueno, yo si quiero del tuyo -se encogió levemente de hombros y se acercó a mi helado-
- Oh no, estás loco si crees que te voy a convidar de mi amado helado de menta, James.
- Un poquito.
- No.
- Un poquito -insistió-
- Dije que no -aunque intentaba sonar sería, no podía esconder la sonrisa que al parecer estaba pegada en mi rostro-
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Indefinite
Teen FictionEl amor le pregunto al odio: Por que me odias tanto? El odio le contesto: Porque alguna vez te ame demasiado.