Narra James
"No es que no me guste la soledad, en realidad me encanta. Pero yo no...no quiero estar así siempre, sabes?"
Quise correr y abrazarla, decirle que ya no estaría sola. Quería decirle lo mucho que deseaba su felicidad y que si quedarme con ella era la solución, lo haría. Porque era así, todo lo que quería era que ella estuviera bien. Haría cualquier cosa para hacerla sonreír, para verla bien.
- No se por qué te digo esto -rió sin ganas- De todas formas nada va a cambiar.
- Puede cambiar, Maira. Yo no sabía que te sentías así.
- Ahora lo sabes. -limpió su última lágrima- Pero no digas algo que no harás.
- Qué quieres decir?
- Tú no vas a cambiar, yo tampoco lo haré. No digas que lo harás si no es cierto.
- Está bien. Tu ganas. -tomó su bolso- Lo que quieres es estar sola toda la maldita vida? Bien! Pero ten en cuenta que es tu decisión -la señaló- Sigue alejando a las personas, sigue aislándote, Maira. Sigue haciendo lo que haces y te aseguro que lo conseguirás. Enserio lo harás.
- Vete... -susurró-
- No lo haré.
- Lárgate! Ahora! -gritó-
- Es mi maldita casa y no me iré! Qué es lo que no entiendes?! -gritó de igual forma-
- Señora -interrumpi- Será mejor que se vaya.
- Y tu quién te crees que eres para hecharme de mi propia casa? -rió- James! Por favor, debe ser una broma!
- Es cierto, lo lamento -miré a Maira- Mi madre no tendrá problema de que te quedes en casa, preciosa. -ella asintió de acuerdo-
- Ya vuelvo -tomó mi mano y le dio un suave apretón a la misma vez que decía un 《gracias》sólo con los labios-
Luego quedamos sólo los padres de ella y yo.
El ambiente estaba algo tenso. La señora Parks me miraba algo enfadada, mientras que su marido (o ex, no estoy seguro) miraba el suelo sin saber que hacer.
En ningún momento bajé la mirada, no quería que piense que me intimidaba porque no era así. Ademas yo solo quería ayudar, y llevarme a Maira conmigo era la única solución que se cruzaba por mi cabeza en este momento. Tal vez necesitaba estar en un ambiente más cálido, o quizás sólo necesitaba alejarse de su madre.
Lo que sea, yo lo haría.
Me preocupaba demasiado, me importaba muchísimo.
Me estaba empezando a asustar la manera en la que los sentimientos empezaban a crecer, y cada vez eran más intensos.
- No quiero perderla, James. -habló de repente-
- Creo que ya es tarde. -hablé serio-
- Qué dices? -una pequeña brisa llena de miedo llenó sus ojos-
- Usted ya la perdió.
- N-no, como...como puedes... -se le llenaron los ojos de lágrimas y tembló-
- Vamos? -tomó mi mano y no me miró. Aún tenía los ojos hinchados por el llanto-
- Claro que si, preciosa. Vamos.
Al cerrar la puerta de entrada detrás de nosotros, me abrazó. Fue tan imprevisto que al principio me quedé estático, pero luego la abracé y besé diciéndole que todo estaría bien.
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Indefinite
JugendliteraturEl amor le pregunto al odio: Por que me odias tanto? El odio le contesto: Porque alguna vez te ame demasiado.