Capítulo 2

1.3K 53 5
                                    

Abrí los ojos lentamente, algo desorientada sin saber dónde estaba. intenté sentarme en la camilla donde estaba, pero no pude, sentí un gran pinchazo en la rodilla izquierda. Entonces me acordé de todo, de como me había caído al suelo por el golpe con aquel.

- No te muevas o te harás más daño - dijo aquel mismo chico que se había chocado conmigo mientras se acercaba a mí para ayudarme a colocarme bien. - Estas mejor?

Tarde dos segundos en asimilar que estaba en el hospital y no entendía nada. ¿Quién era ese chico? Por alguna razón ese chico se rió un poco, supuse que sería por la cara de imbécil que debería tener.

- ¿Quien eres? - dije sin pensarlo. Quizás sonaba un poco borde, pero me acababa de despertar en el hospital con una persona a la que apenas conocía y me había hecho polvo la rodilla así que dejaría lo de ser simpàtica para otro momento.

- Estaba corriendo un poco cuando me he distraído y me he chocado contigo haciéndote caer al suelo, luego te desmayaste mientras llamaba a la ambulancia. Llegamos aquí y fuí a mi casa a cambiarme y a por mi coche, y ahora te has despertado y estoy aquí hablando contigo. Por cierto me llamo Javy. - Estaba flipando un poco analizando lo que me había dicho cuando alguien llamó a la puerta.

Una enfermera acababa de entrar a la habitación con una carpeta llena de folios.

- Hola, veo que te has despertado ya, ¿como te encuentras? - me pregunto la chica con una gran sonrisa.

- Me encuentro mucho mejor la verdad, puedo irme ya a casa?

La enfermera me miró con cara de preocupación.

- Bueno Samantha te hemos hecho alguna que otra prueba y te has roto el ligamento cruzado trasero.- Se me cayó el alma al suelo en ese mismo momento. Vivía sola en un segundo piso sin ascensor ¿Cómo se supone que iba a subir las escaleras si ni siquiera era capaz de incorporarme en la camilla? Y aún por encima mañana venía el camión de las mudanzas con las cosas que no podía traer en el avión. La enfermera debió de ver mi cara de ya que su cara cambió de una sonrisa a una pequeña mueca mostrando su preocupación. - Pero no te tienes que preocupar, estarás una semanita en silla de ruedas y si estás mejor unos días con muletas y como nueva.

La enfermera me había intentado animar pero había conseguido todo lo contrario. Necesitaba dinero y así no podía trabajar. Noté como las lágrimas bajaban por mis mejillas. Tenía una impotencia que de repente rompí a llorar cuando Javy se me acercó.

- Lo siento mucho, enserio. - dijo Javy con casi lágrimas en los ojos. Sabía que realmente lo sentía. - Dime en qué puedo ayudarte, lo que sea enserio.

- ¿Me puedes llevar a mi casa? - No tenía otra opción, no tenía batería en el móvil para llamar a un taxi y encima no conocía a nadie en la ciudad. No podía hacer otra cosa.

- Javy me ayudó a sentarme en la silla de ruedas y me llevó hasta su coche. Estuve un rato hablando con él en el coche, al principio se me hacía un poco incómodo pero a medida que íbamos hablando me iba soltando un poco más. Realmente era un chico muy simpático. Llegamos a mi casa y me subió en brazos por las escaleras cuando llamaron a su móvil.

- Si?... - Alguien le dijo algo al otro lado del teléfono pero yo no fui capaz de oírlo. Mientras Javy hablaba fui a dejar mi móvil cargando ya que tenía que hablar con mi madre - Que va yo hoy no puedo ir, me tengo que quedar con la chica esta con la que me he chocado... - Alguien continuaba hablando con él cuando se sorprendió - Bueno ahora le pregunto y os digo algo, venga adiós.

Colgó el teléfono y se dirigió a mi

- Me preguntan mis amigos si quieres venir a cenar con nosotros hoy, vamos a ir a un restaurante de aquí al lado, te puedo llevar en coche.

Tenía que llamar a mi madre y estaba un poco cansada del viaje pero realmente tenía muchas ganas de conocer gente nueva. No me lo pensé dos veces y contesté.

- Claro, no me vendría mal salir a tomar el aire.

Al oír eso a Javy se le puso una sonrisa de oreja a oreja. Entonces cogió su móvil y le envió un mensaje a sus amigos.

- Acabo de avisar a una amiga para que venga a ayudarte a cambiarte, vive cerca así que no creo que tarde mucho.

Pasaron unos diez minutos cuando alguien llamó al telefonillo de mi casa. Javy se levantó del sofá y fue a abrir. Entró por la puerta un chica de pelo castaño y ojos azules. Iba vestida con un top morado y unos pantalones vaqueros de campana blancos.

- Hola soy Eva. - Dijo la chica mientras me daba dos besos.

- Hola yo soy Samantha. - Le dije yo con una gran sonrisa.

- Javy porque no te vas a cambiar a tu casa mientras yo ayudo a preparar a Samantha?

- Claro, en un rato paso a buscarte.

- No hace falta, ya la llevo yo- Javy asintió con la cabeza y salió. - Sam quieres que te ayude a ducharte?

No me quedaba otra, yo no me podía duchar sola, ni siquiera era capaz de meterme en la ducha sin hacerme daño así que asentí.

- Claro.

Eva me llevó a la ducha y me estuvo ayudando mientras conversábamos. Me ayudó a vestirme y a escoger la ropa. Me caía muy bien, me estuvo explicando que ella era gallega y que vino hace tres años a vivir a Barcelona con sus padres. Acabé de vestirme y le envié un mensaje a mi madre

Mama mañana te llamo que hoy me voy a cenar con unos amigos que he hecho.

Mama❤️

Claro cariño que te lo pases bien hasta mañana.

Se me había olvidado por completo decirle que iba en silla de ruedas. Acabé vistiendome con unos vaqueros negros y un jersey granate con unas botas negras. Iba completamente de calle pero quería estar cómoda. Eva me ayudó a bajar y me subió a su coche. Seguimos hablando hasta que llegamos al restaurante. Allí estaban sentados Javy y tres personas más esperaban en una mesa bastante grande. Los cuatro se levantaron y vinieron a saludarnos.

- Hola soy Rafa y ellos son Nia y Jesús. - Me dijo uno de los chicos. Este era un poco más bajito que yo y con el pelo negro.

- Hola encantada - Me dijo la chica morena mientras me daba dos besos- encantada soy Nia

- Yo soy Jesús- me dijo el otro chico de ojos azules y pelo castaño y rizado mientras me saludaba con la mano.

- Encantada yo soy Samantha. - dije yo sonriendo.

Llegaron cuatro personas más. Un chico llamado Bruno, era alto y con el pelo rapado, estaba vastante musculado y vestía unos pantalones pitillos y una camisa de palmeras; una chica con el pelo rizado y bajita, esta se llamaba Anne, llevaba un vestido azul cielo que le llegaba a los tovillos y, cogido de su mano, un chico con gafas llamado Gérard que vestia con una chupa de cuero negra; por último al lado de Bruno un chico rubio iba con ellos, él era Hugo y llevaba una sudadera blanca bastante grande.

Mientras estos tres se sentaban se escuchó el rugido de una moto aparcando ahí al lado. Era una Yamaha Yzf de color negro, a mi padre le encantaban las motos y por eso lo sabía. De la moto se bajó un chico con un casco negro. Este se quitó el casco y se pudo ver a un chico con gafas, de pelo negro y ojos marrones. Detrás de ella una chica con un casco rosa.

Hola chicxs dejo el Twitter que me acabo de crear en la descripción de mi perfil. Allí iré subiendo cosas de la historia. Muchas gracias por todo.

𝒱𝓊ℯ𝓁𝓋ℯ 𝒶 𝒷ℯ𝓈𝒶𝓇𝓂ℯ | FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora