Capítulo 13

1.1K 56 0
                                    

Habían pasado tres días desde que le explique a las chicas lo que sentía por Flavio. Habíamos entrado ensayando para el casting casi cada día, y cuando no estábamos ensayando o bien estábamos haciendo otra cosa o bien chateando entre nosotros cada uno desde su casa. Un día fuimos a la playa con Anaju y Hugo. Ya me habían quitado las muletas, al parecer me había recuperado muy rápido. 

Hugo era muy simpático, habíamos hablado bastante y era uno de los chicos que me caía mejor después de Flavio. Se había vuelto en mi mejor amigo aquí en Barcelona. Me había explicado todo lo que se traía con Anaju y, que alguien me explicara sus cosas hacía que me sintiera bien. Sentía confianza.

Era martes por la mañana cuando Flavio me llamó. 

- Hola Samanthi. - me dijo a través del móvil. No lo veía pero sabía de sobras de que estaba sonriendo.

- Hola Fla - dije yo de la misma manera. 

- Vente hoy a las cinco y ensayamos un poco antes de mañana y ya de paso escogemos mi ropa.

Se le veía feliz, no sabía si era por el hecho de cantar conmigo o de cantar la canción de su película favorita. A lo mejor era por las dos.

- ¿Me puedes venir a buscar? Te recuerdo que no puedo conducir. 

- Claro, me paso a menos cuarto

- Yo también llevaré mi ropa para ver como nos queda juntos ¿Estará Anaju?

- No, ha quedado con Hugo. - la relación de Anaju y Hugo cada día iba a más y eran muy monos. Aún no lo sabía todo el grupo pero era cosa de tiempo. - Hasta luego. - dijo antes de colgarme. 

- Esta tarde no estaré, he quedado con Flavio para ensayar la canción antes de mañana. - dije yo gritando mientras me acercaba al salón.

- Yo he quedado con Rafa para tomar algo. - Nia y yo nos la quedamos mirando.

- ¿Rafa? No me jodas que te gusta Rafa. - dije yo gritando.

- No me gusta, me atrae. No es lo mismo. 

- ¿Tengo la casa sola? - dijo Nia riéndose. - Pues entonces invito a Jesús. 

Se empezó a reír a carcajadas y Eva y yo no pudimos evitarlo y empezamos a reír con ella.

Entre Eva y yo preparamos la comida mientras Nia se duchaba. Preparamos unas ensaladas a nuestro gusto y un poco de pollo a la plancha. Pusimos la mesa y empezamos a comer. 

- ¿Qué día empezáis las clases? - pregunté yo. 

- Empezamos - dijo Eva seria. 

- Bueno, yo no sé si entro, ojalá sí, pero sinó no pasa nada. No puedo intentar gustarle a todo el mundo, ni que fuera yo la paella valenciana. - Al oír eso Eva y Nia no pudieron evitar reírse, no entendí porqué. 

- Empezaríamos en tres semanas. El uno de setiembre. Hasta entonces tenemos fiesta.

- Joder qué bien. - miré la hora, ya eran las cuatro menos cuarto. - bueno, recojo y me ducho antes de irme.

Cogí mis cosas de la mesa y las fregué en un momento. Me estaba maquillando cuando Flavio llamó a la puerta. Eva le abrió. Se acercó a mí con paso ligero. 

- Que guapa. - me dijo Flavio dandome un beso en la mejilla mientras me abrazaba por la espalda. Me giré y le miré a los ojos cogiéndole de la cara haciendo que tuviera boca de pez. 

- No empecemos que nos conocemos. - dije yo riéndome antes de empezar a andar hacia mi habitación. 

- Pero si esta vez no he hecho nada. - dijo este riéndose. Iba a coger mi mochila con la ropa que me iba a poner mañana pero Flavio la cogió antes. - Ya la llevo yo.

Sonreí y fuimos a la casa de Flavio. Decidimos ir al piano de su habitación.

- Bueno me pruebo yo la ropa antes, ahora vengo. - fui al baño y me puse el vestido rojo de gala que me había comprado cuando fui de compras con Anaju. Entré en la habitación de Flavio y este se quedó con los ojos como platos. 

- Dios mío estas preciosa. - dijo Flavio impresionado. 

- Cállate y vístete anda. - Le dije yo riendo. Entonces este se desnudó hasta quedarse en calzoncillos otra vez. Me volví a poner roja. Me daba vergüenza cada vez que hacía eso, pero no me daba vergüenza que se desnudara ni nada así, sino que me daba vergüenza no poder apartar la vista. Este se vistió con un esmoquin negro y una pajarita roja. - Luego dices que yo estoy guapa. 

- Cállate y cantemos. - me dijo Flavio riendo. Flavio se sentó en el taburete del piano y yo me senté en una silla al lado suyo.

Empezamos a cantar mirándonos fijamente. 

Me encantaba como cantaba, pero me gustaba aún más como era capaz de tocar el piano sin despegar la mirada de mis ojos. Acabamos de cantar pero seguíamos mirándonos fijamente. Noté cómo nos acercábamos léntamente.

𝒱𝓊ℯ𝓁𝓋ℯ 𝒶 𝒷ℯ𝓈𝒶𝓇𝓂ℯ | FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora