Capítulo Quince

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El fin de semana había sido un nuevo descubrimiento para SoYeon. Ahora que podía desahogarse con sus amigas, descubrió que estar clandestinamente enamorada de YuQi no era tan malo. 

Bueno, era una mierda, pero ella no podía evitar sonreír al pronunciar su nombre y sus amigas a sentir náuseas, cada vez que lo hacía (por amigas hablamos de MiYeon y Minnie. Lisa vivía la vida feliz y tranquila).

**

El lunes todo iba. Estaba con sus amigas caminando directamente a su casillero, pero cuando intentó abrirlo, este no le dejaba.

—Intenta otra vez —le dijo Minnie, y SoYeon volvió a introducir la combinación, pero no quería abrir.

Estaba segura que era el suyo, lo había sido durante dos años. Le dio unos cuantos golpes a la puerta y esta no parecía querer ceder, ya iba a ser la primera clase y su tarea de inglés (justo la de inglés) estaba en el casillero. 

Al final tuvo que desistir y fue hasta la clase, el profesor le restó puntos y ni se tomó el tiempo de escuchar las excusas de SoYeon. Ella apretó los dientes, el día no podía empeorar. 

Milagrosamente, ninguna de las chicas plásticas la habían molestado, aún. Esperaba que lo hicieran, ya que quería ver a YuQi. 

Después de las primeras clases, al tomar su mochila las dos cuerdas se rompieron, y le quedó colgando de la espalda. 

—¿Pero qué? —comenzó, observó como Lucas y Mark chocaban los cinco disimuladamente antes de irse del salón. 

Miró las correas y era obvio que alguien las había cortado, así que tuvo que llevar su mochila con las manos.

—Creo que lo del casillero fueron ellos —murmuró MiYeon, un poco enfadada también.

Ya le habían informado al conserje y este había logrado abrir el casillero. Alguien manipuló la cerradura para cambiar la combinación de apertura, así que SoYeon tuvo que buscar otro. 

Llevó los libros junto con sus amigas a un nuevo casillero. Lo abrió, introduciendo la nueva contraseña, mientras a lo lejos contemplaba como Lucas se carcajeaba. 

—Joder —sus amigas la habían ayudado a llevar todos los libros y cosas, pero ya que tenían clases diferentes tuvieron que retirarse, disculpándose con la pelinegra. 

SoYeon fue guardando cada libro, no podía creer que tuviera tantos. 

Fue casi una sorpresa cuando escuchó el ruido de unos pasos acercándose y al levantar el rostro se encontró con YuQi. Ella vestía una blusa y una falda al igual que siempre, y se había detenido, observando con asombro a la pelinegra. 

SoYeon no retuvo la sonrisa que se le formó en los labios, mirándola con una cara boba. YuQi, después de durar un rato sin decir nada y mirar a SoYeon con la boca entreabierta, se sonrojó y carraspeó secamente. 

—¿Qué haces aquí? 

SoYeon frunció el ceño hacia el chico que las observaba con cautela, parecía estar vigilándola.

—Tu querido novio me saboteó el casillero, así que me mudaron a este —dijo, encogiéndose de hombros, sentía muchas mariposas en el estómago. 

—Eso suena a algo que yo haría —dijo YuQi, arrugando la nariz, y SoYeon no pudo evitar mirarla con felicidad. 

Era muy hermosa, debería ser un delito ser tan adorable y sexy al mismo tiempo. Si dependiera de ella, YuQi ya estaría tras las rejas por el crimen desde hace años. 

Rivales ▪︎SoQi▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora