Extra Seis

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YuQi estaba alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez. 

¿Cómo no? Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a ShuHua y a MiYeon por ganar como reinas del baile. 

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado Jeon SoYeon, su SoYeon. Bailaron juntas muchas veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, YuQi amaba los suaves labios de la coreana.

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que SoYeon la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Una nunca sabe.

Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. YuQi tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo el día de muy mal humor. SeulGi alzaba una ceja, riéndose un poco. YuQi evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con SoYeon, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, Victoria seguro estaría montando una fiesta de celebración, pero Taecyeon no le agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca, cuando se sintiera preparada, o cuando SoYeon se dignara a tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, SoYeon no podía dejar solos a sus padres, ya que querían almorzar juntos. Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. 

YuQi sonrió al recibir el primero, preguntándose dónde había encontrado su número la coreana. Sospechaba de cierta taiwanesa. 

(Nah, fue SeulGi)

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Song YuQi y Jeon SoYeon había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. 

YuQi estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando a cierta chica pelinegra y sonrisa angelical.

—Estoy frustrada —fue el comentario inútil que hizo la pelinaranja.

—¿Por qué? —ShuHua estiró los brazos, ella también esperaba a MiYeon.

—Hace dos días que me he besado con SoYeon y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces —su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna. —¿Qué se supone que somos ahora? 

—¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas? —la taiwanesa tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos chocolate asesinarla y alzó las manos. —No me mates, era broma. No querrás dejar a MiYeon soltera, ¿verdad? 

—Le haría una favor —rodó los ojos. 

—Pff, claro —chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás. —Ya quisiera ella encontrarse otra novia como yo.

—No le deseo tanto mal, ShuHua. Espero que no existan dos como tú, con una me basta —YuQi movió las manos, esperando que su amiga se picara. 

—¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía —le dio un golpe en el brazo, la pelinaranja sonrió. —Soy increíble y estoy segura que MiYeon piensa igual. 

Una voz tras ellas respondió, divertida. 

—Tienes razón, ShuHua —MiYeon sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la taiwanesa se mostró en sus labios. —Eres maravillosa —se sonrojó. 

Rivales ▪︎SoQi▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora