shadows | #4 | teen wolf

4 | Finding Malia.

| Encontrando a Malia.

Stiles empujó la puerta corrediza del loft, entrando junto a Beca para buscar a los gemelos en el interior del lugar. Le eché un vistazo rápido, notando que todo seguía igual que la última vez que vine el mes pasado y sintiendo mi corazón apretarse por el dolor porque extrañaba a Derek.

—Dijeron que nos verían aquí —murmuró mi hermana, confundida.

Solté un chillido de sorpresa cuando alguien tiró de mí a un costado, alejándome de Scott antes de que el puño de uno de los gemelos impactara contra su rostro y luego lo mandó al suelo. El otro gemelo se alejó de mí tan pronto como estuve lejos, yendo con su hermano a golpearlo mientras que Stiles retrocedía, obligándonos a mi hermana y a mí a hacer lo mismo.

Scott gimió de dolor, retorciéndose por la fuerza con la que los golpes eran propinados y fallando cuando intentaba alejarse de ellos porque no había manera en que ellos lo dejaran moverse sin golpearlo en el proceso.

—Lo están lastimando mucho —bisbiseé nerviosa.

—Aiden —protestó mi hermana, queriendo detenerlo.

—Preciosa, solamente estoy intentando ayudar —aseguró su novio.

Esa respuesta no la calmó en lo absoluto, sus uñas comenzando a raspar la piel de su brazo con más fuerza de la apropiada y comenzando a dejar un camino rojizo por toda su piel. Estiré mi mano hasta tomar la suya y la detuve, evitando que siguiera haciendo porque después comenzaría a sangrar.

Ese era un gesto que adoptó de Kay, quien lo hacía con frecuencia cuando éramos niñas; antes de que mi mamá muriera, cuando mis hermanos y yo estábamos en el hospital para verla, notaba que Kay siempre rascaba su brazo hasta hacerlo sangrar debido a lo frustrante y preocupante que era ver a mamá en ese estado, yéndose cada día más, y Beca lo había comenzado a hacer después de la partida de Kay; la gran diferencia entre ambos casos residía en que Kay podía sanar, pero mi hermana no.

Scott cayó al suelo después de ser bruscamente empujado por Aiden, gimoteando de dolor cuando Ethan pateó su rostro después de que ambos lo golpearon cuando ya se encontraba tendido en el suelo.

—Está bien, chicos, ya es suficiente —intervine, acercándome e interponiéndome entre ellos dos y Scott.

—Pensé que me enseñarían a rugir —dijo Scott entre dientes, todavía desde el suelo.

—Lo haremos —aseguró Aiden—. Debes entregarte.

—Te entregas y lo dejas ir. Así nos enseñó Deucalion —explicó Ethan, tomando a Scott por la camiseta y obligándolo a levantarse.

— ¿Saben? Es gracioso. De hecho, intenté algo como eso una vez usando un monitor cardíaco y pelotas de lacrosse —comentó Stiles—. Pero tienes razón, golpearlo será mucho mejor.