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La observo sin pestañear, es un poco baja, su cabello creció, lleva solo una pequeña mochila en el hombro, viste un suéter holgado y un pantalón holgado también.

Ella me mira con sus ojos azules hermosos detrás de sus lentes, dudosa de acercarse o no, pero antes de que ella lo haga yo me apresuró a correr a ella y envolverla en un abrazo apretado.

Ella parece tensarse pero luego siento como se relaja y me devuelve el abrazo con más intensidad.

Cómo es que pude olvidarlo, Emma es muy importante para mí. Me siento un completo idiota por olvidarla.
Siento como poco a poco el nudo en mi corazón va aflojándose de alivio.

-No sabes lo feliz que estoy de volver a verte Emma- digo mientras la envuelvo más.

Siento como ríe.

-Yo también te extrañé- escucho su voz quebradiza, me aparto rápidamente, solo para ver que está llorando.

Me apresuró a abrir la puerta de mi departamento y entro con ella.

°°°°°

-Ya estoy bien, no te preocupes- Emma sonríe, ha dejado de llorar hace unos cinco minutos.

-Esta bien- la observo, ha crecido mucho, ella era tan solo una niña cuando nos conocimos, nosotros dos siempre estábamos juntos, íbamos a todos lados juntos, me alegra volverla a ver.

-¿Que es lo que ves?- ella me observa cómica. Vuelvo a caer en cuenta que volví a mirar demasiado.

-Lo siento- río- solo que has cambiado mucho desde la última vez que te vi.

Ella ríe, pero luego su rostro se torna serio.

-Gael sé que es apresurado y que tienes muchas preguntas pero... tengo que pedirte un favor- dice mirando al suelo.

-Si claro, ¿Qué necesitas?- pregunto acercándome a ella para buscar su mirada, que al parecer encuentra interesante el suelo de mi cocina.

-¿Puedo quedarme aquí?- su pregunta me confunde.

-Claro que puedes pero...- ella me mira- ¿Ha pasado algo en casa? ¿Estás en problemas?- rápidamente levanta su mirada, ella se nota muy sorprendida por mi pregunta, demasiado diría yo, abre su boca para hablar pero se detiene.

Después de un momento habla.

-¿Puedo usar el baño?- asiento y ella se encierra en el.
La cocina se sume en un silencio y allí caigo en cuenta de mi error.

Era obvio que se iba a sorprender por mi pregunta, no somos tan cercanos como antes, es obvio que aún no puede contarme que le ha pasado.

¡¿Como pude ser tan insensible?!
Tal vez tuvo una pelea que hirió sus sentimientos o la dejaron sola.
Soy un tonto.

En medio de mi autocrítica escucho la puerta del baño abrirse y la veo caminar hacia aquí.

Maldición... La hice llorar...

¡Idiota!

¡Idiota!

¡IDIOTA!

-Emma, perdóname si lo que pregunte fue imprudente- me apresuró a hablar. Ella parece estar sorprendida aún, pero luego niega con la cabeza.

-No tranquilo, es obvio que quieres saber que me pasa si voy a quedarme aquí- me mira a los ojos, puedo ver el mar de conflictos que hay en ellos.

-No tienes que decírmelo si no quieres aun- le sostengo la mirada.

Parece aliviada pero noto un poco de decepción en su expresión.

Déjame encontrarte...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora