Capítulo III

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Cuatro días habían transcurrido desde la llegada del pequeño Brayan a la casa del Noruego y si pudieran decir algo con respecto a eso era sin duda agotador pero reconfortante y sus esfuerzos eran recompensados ¿Cómo? En solo dos días el menor ya tenía más confianza con ellos y también era muy obediente, claro, tenía sus berrinches y más a la hora de comer, los mayores trataban con estrategias leídas en Internet y les funcionaban si sabían aplicarlas bien. Respecto a sus canales se las habían arreglado para turnarse con el cuidado de Brayan, mientras el otro grababa un vídeo y lo mandaba a sus editores el otro cuidaba al menor. Para Samuel no fue difícil ocultar su ubicación y había tenido la oportunidad de ir por algo de su equipo, el necesario para hacer vídeo decentes y su gata Kira, no quería dejarla sola más tiempo. Ya que fue una gran ventaja que nunca mostrará su lugar ni su rostro habían hecho espacio en el escritorio de Rubén y grababa allí cuando era su turno, En cambio Rubén había tenido que disminuir sus horas de directo ya que el pequeño tenía un apego con el. Agradecía la comprensión de sus fans y sabía que si se ausentaba o disminuía la frecuencia de sus vídeos, las criaturitas del señor entenderían y le esperarían. Los dos habían reducido sus horas laborales por así decirlo y con solo dar algunas escusas su equipo había entendido.

Al tercer día habían llamado a servicios infantiles, estos les habían respondido que dieran sus datos y recibirían una ayuda del gobierno si aceptaban quedarse con el menor unos días ¿El por qué? Había ocurrido un desastre a las afueras de la ciudad y habían llegado niño nuevos y el espacio era poco, los dos youtubers aceptaron sin un tiempo establecido de cuidar al menor y aún que sus sueldos como YouTubers les alcanzaba si necesitarían un ayuda extra.

Era temprano en la mañana del quinto día, era sábado y el sol apenas asomaba algunos rayos. Rubén se movió un poco buscando calor y lo encontró en el cuerpo ajeno al cual se estaba acostumbrado lentamente al tenerlo a su lado y sentir como los trabajados brazos del otro le rodeaban y apretaba contra el fuerte pecho sentía esa sensación jodidamente agradable, sonrió y rodeo el pecho para apretarse más contra el, esa sensación era la mejor del mundo y no quería despegarse de ese calor tan tranquilizador.

Abrió sus ojos al tope ¿Que mierda estaba haciendo? Se separó con lentitud y alzó su mirada para buscar la del otro, en ese momento noto que sus piernas estaban entrelazadas y por eso podían estar así de juntos. Miro los ojos de su compañero que estaban expectantes y aparecía un brillo especial, uno que Rubén se negaba a entender.

- Lo siendo Samuel... Yo no quería... - cuando trato de separarse las manos en su cintura no se lo permitieron y lo acomodaron sobre el fuerte cuerpo como si este fuera una cama.

- No importa chiqui, ahora mejor duerme antes de que la pulga despierte - El corazón de Samuel latía algo rápido y se llenaba de esperanza, había descubierto que Rubén gozaba de su compañía y le gustaba su calor. El de cabello blanco no sabía cómo reaccionar y mejor se acomodo sobre el pecho que le ofrecían como cama, su rostro quedó enterrado en el cuello de Samuel y se descubrió varias beses tentado a besarle.

El chirrido de la puerta fue tan leve que no lo escucharon, Brayan había entrado en silencio, se trepó en la cama y se metió debajo de las cobijas junto a Samuel y comenzó a chupar su dedo aferrándose al fuerte brazo al lado suyo, también quería dormir con el agradable calor que este brindaba.

Samuel no cabía en la felicidad que crecía aún más en su pecho, la persona de la que estaba enamorado descansaba todo su cuerpo sobre el y se le sentía relajado y la pulga a la que ya le tenía cariño estaba a su lado también complacido con su calor, esto le llenaba el pecho de amor y esperanza, parecían una familia casi perfecta.

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- Bebé por favor come el queso - horas después habían despertado, Brayan había comenzado a exigir comida y estos no se negaron a levantarse y cumplir con el mandato pero el niño no parecía querer su queso con frutas, ya le habían complacido con harinas así que no darían su brazo a torcer hasta que esté acabará todo.

Samuel miraba mientras revolvía el café para ambos, eras las 9 de la mañana y lo necesitaban para poder terminar de despertar. Sintió las caricias de algo peludo a sus pies y era Wilson y luego a Kira que pedían su alimento. Para sorpresa de ambos los tres gatos se habían llevado bien y eso les relajo bastante por qué sería un problema menos del cual preocuparse .

Sirvió las latas de comida para cada una de las mascotas y luego volvió al café sirviendo lo. Vio a Rubén celebrar mientras Brayan se comía el queso y luego las frutas, seguramente le abría dicho algo al menor que le convenció tan fácil.

- Felicidades Chiqui, ven toma el café antes de que te desmayes del sueño - Rubén se acercó y asintió tomando la taza, el menor aun seguía en la mesa comiendo lo que quedaba de fruta - ¿No se siente bien? Para mí está experiencia esta siendo maravillosa - tomo de su tibia tasa de café esperando la respuesta del otro.

Rubén mantenían su mirada en Brayan, definitivamente si le gustaba esa sensación familiar que había en el lugar - se siente más que bien - Rubén también todo de su taza - creo que casi estoy listo para tener los propios - Sonrió levemente y Samuel bajo su mirada.

- si, creo que pienso igual - el ambiente se puso algo pesado y continuaron bebiendo del contenido negro y tibio que les despertaba para poder cumplir las obligaciones que habían aceptado.

Fue un sábado muy divertido para el menor de los tres, habían visto película y jugado con algunas figuras de Rubius, este casi había llorado pero cuando Brayan las descubrió no podía separarse de ellas. Algo que debía destacar era que las cuidaba muy bien. Al caer la noche habían dado la cena al menor y arrullando lo un poco se había quedado dormido. Ahora los dos adultos disfrutaban de una película de Netflix con el volumen bajo y se llenaba de palomitas y dulces que habían sacado cuando el bebé se durmió.

- Te apuesto lo que quieras a que el muere - Rubén señaló a uno de los personajes principales de la película que en ese momento se encontraba en peligro.

- Tío, el aún tiene mucho que dar y falta más de la mitad, obviamente no morirá - los dos se miraron desafiantes y sellaron el pacto con un movimiento afirmativo de cabezas, la película continuo y tenía a ambos al borde del sofá, una arma había sido dispara al protagonista y Rubén ya iba a celebrar pero alguien se había entrometido, al final no había muerto - Te lo dije chiqui, obviamente no moriría - Ruben suspiro y apoyo una de sus mejillas en la palma de su mano.

- Ahora dime qué deseas asqueroso - miro a otro lado esperando que le pidieran 100 o 200 euros. No fue así, sintió como tocaban su hombro y al girarse un beso había sido robado de sus labios, pero fue leve, un roce que hizo su cuerpo temblar y soltar un leve suspiro cuando ya no sintió el picor de la barba del otro.

- Con eso me doy por bien pagado - Samuel se levantó tomando los platos sucios y fue a la cocina dejándolos ahí. Rubén se quedó allí en el sofá mirando fijamente en dónde antes estaba el otro pero no había notado que se había ido.

- Otro... - Volvió en si cuando escucho su propia voz y miro a todos lados ¿Ahora dónde estaba Samuel? Se levantó y comenzó a buscarlo pero al no verlo solo quedaban dos lugares, camino a la habitación del menor y allí no estaba y al entrar a la suya se llevó la sorpresa de un casi desnudo Samuel - Sam -

- Tengo un por qué pero creo que aún no es tiempo de decírtelo - dejo su camisa y miro a Rubén que había quedado de nuevo sin habla - tengo muchas razones y créeme que controlarme es tan difícil - Samuel comenzó a caminar a el y tomo sus brazos juntando un poco sus cuerpos - tener tu calor ahí y no poder explorarlo es casi una tortura - aprovecho ser un poco mas bajo y se hundió en el cuello del mas alto - pero lo dejaré para otro momento - se separó y le dió la espalda comenzando a colocarse su pijama.

Un pequeño suspiro salió de los labios de Rubén al no sentir al otro, su cuerpo comenzó a temblar y su piel blanca se comenzaba a enrojecer. Decidió huir, tomo con rapidez su pijama y entro al baño del cuarto, se daría una ducha que le calara hasta los huesos.

Afuera del baño Samuel sonreía, sabía lo que había provocado y eso le complacía, ya era clara su señal, ahora solo debía esperar la respuesta de Rubius ¿Le correspondería?

Continuara...

Dos YouTubers... ¡¿Cuidando Un Bebé?! /Rubegetta/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora