Capítulo IV

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Había una leve incomodidad en el ambiente, Rubius no había podido pegar el ojo y es que como podría, dormir al lado de la persona que hace una hora le había puesto de mil formas posibles. Volvió a girarse por quinta vez en los últimos 5 minutos y al pasar unos segundo lo iba volver a hacer pero sintió las manos tibias de Samuel colándose por su cintura, está fue apretada y su espalda dió con el pecho de este.

- Te has movido tanto chiqui que no e podido pegar el ojo - sintió leves caricias en su vientre y soltó un leve suspiro mientras unía más sus cuerpos - relájate, despeja tu mente y no pienses en lo que pueda pasar - el susurro en su oído le hizo temblar. Obedeció y disfruto de las caricias mientras despejaba su mente, al lograrlo ya se encontraba dormido. Samuel sonrió al sentir el cuerpo de Rubén relajado, se acercó lo más que pudo y depósito un beso en los cabellos despeinados y también se dejó llevar por el sueño.

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Definitivamente no era tan malo ¿O si podía serlo? Pero antes de dar su opinión prefirió callar y ver la escena frente a el. Primero, Brayan lloraba mientras Samuel trataba de calmarlo. Segundo, Brayan lloraba por qué había creído que Rubén le había rechazado como "Hijo" ¿Que culpa tenía el pequeño? Estaba confundido, de repente dos extraños comienzan a cuidarte y dan todo por ti, es normal que comenzará a relacionarlo como familia.

"Mami" había escuchado Rubén esa mañana de lunes cuando hacía el desayuno, no podía estar más sorprendido y le dijo al niño - Sin mucho tacto la verdad - que el no era su madre, que solo le cuidaba y ahí fue cuando el pequeño había comenzado a llorar de forma desgarradora.

Rubén suspiro y se acercó hasta el pequeño, se inclino frente a el y abrió sus brazos y Brayan no dudo en lanzarse a ellos buscando su calor, Rubén le abrazo y cargo hasta el mueble. Samuel le miraba atento y les siguió hasta que los vio en la sala. Brayan estaba sobre las piernas de Rubén y se acurrucaba en su pecho mientras el mayor se mecía.

- Tranquilo pulga - susurro Rubén Prestando más al niño y dejando algunos besos en su coronilla - yo te quiero, te quiero mucho - Samuel se sentó al lado de ambos y paso un brazo por los hombros de Rubén acercándolo - y mira, Samuel también te adora.

- Los amo a ambos - dijo este y Rubén le miró algo confundido pero Samuel señaló al pequeño que les miraba.

- ¿Papás? - los adultos guardaron silencio, no aceptarías pero tampoco negarían, no deseaban hacer al bebé llorar - Papi - señaló a Rubén - Papá - señaló a Samuel, este sonrió y asintió tomando el papel que el menor le otorgaba.

- Si campeón - acarició los castaños cabellos y no dejo de admirar como era de tierno el pequeño y más cuando estaba en brazos de Rubén.

- Ya que a pasado esto - llevo sus manos al vientre del menor y comenzó a hacer cosquillas - ¿Quieres tu desayuno? ¿Si? - el bebé se retorcía y reía y decía pequeños "si" - ¡entonces vamos! - Rubén se levantó y alzó al pequeño para luego acomodarlo en sus brazos y comenzar a caminar a la cocina.

Samuel se estiró y fijo su vista en su gata que parecía que le miraba acusadora y sería - más de lo común-

- ¿Que? - señaló a la gata y luego negó con su dedo - aún no es tiempo querida, primero debo ganarme bien su corazón - Samuel bajo su mano y fue detrás de Rubén que ya preparaba deliciosos huevos revueltos.

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Al caer la noche de un miércoles Samuel había salido a comprar algunas cosas y Rubén se quedaba en su casa mandando algunos vídeos a su equipo de edición, Brayan jugaba dónde podía verlo y atenderle.

- ¿Papi? - Respondió con un "hmm" y Brayan alzó su peluche - ¿papi puede jugar? - Rubén le miró y casi muere de ternura ¿Cómo negarse algo a esos ojitos? Se levantó y tomo su celular mandando un mensaje a sus editores, ya había mandado los vídeos, ellos harían el resto. Se sentó a su lado y tomo una de sus figuras y comenzó a seguir la corriente del juego al menor. Se sentía bien, su corazón se llenaba de alegría y cariño, esos sentimientos le asustaban. Una y otra vez se repetía que Brayan no era suyo, el bebé se iría y con su partida también se iría Vegeta ¿Y ahora por qué le preocupa? Solo había pasado una semana y ya esos dos se habían enterrado en su pecho y dudaba que los pudiera sacar fácilmente, estaba perdido y más por el sentimiento que nacía por el mayor. Su corazón revoloteaba cuando sentía los abrazos y leves caricias que este le daba.

Sus celular vibró y lo tomo mirando algunos mensajes de Samuel, ya iba a llegar a casa y necesitaría ayuda.

- ¿Vamos a recibir a papá? - el niño salto y grito un si comenzando a rodear a Rubén, desde el lunes habían aceptado el apodo y Brayan estaba más que encantado - tranquilo, ven ven - lo tome en mis brazos y camine a la entrada tomando un saco pequeño, envolvía a Brayan y espero escuchar al carro de Samuel.

Cinco minutos después Samuel había llegado y ambos habían salido, Brayan tomaba la mano de Rubén para poder caminar y este sonreía yendo a dónde Samuel.

- Espero hayas traído todo - miro las bolsas y tomo algunas soltando a Brayan, le ordenó que no se sentara en la nieve y camino a la entrada dejando las bolsas allí, solo realizó dos viajes ya que los fuertes brazos de Samuel llevaban la mayoría.

- Ven Brayan es hora de entrar - tomo al pequeño y se acercó a Samuel dispuesto a preguntar algo pero tropezó con un montón de nieve, lo reflejos de Samuel ayudaron a no dejarlo caer y lo sostuvieron de la cintura, ambos se miraron dando leves risas y Brayan se acostaba en el pecho de Rubius. Era una escena linda y familiar que fue capturada por la cámara.

Los YouTubers no lo habían notado y siguieron en su ambiente, entrar a la casa a seguir con sus labores sin darse cuenta que la foto ya comenzaba a ser tendencia en todas las redes.

Continuara...

Dos YouTubers... ¡¿Cuidando Un Bebé?! /Rubegetta/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora