Capítulo XVIII: Lastimar no es amar.

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No hay mayor dolor que recodar los tiempos felices desde la misera.
—Dante Alighieri

La mañana del lunes era muy fría y todos en la escuela estaban enfundados en grandes abrigos y bufandas. 

Los chicos se encontraban en clase de literatura, apuntando datos importantes sobre la vida y obra de Dante Alighieri que el maestro relataba mientras paseaba por todo el lugar, pasando mesa por mesa.

Louis se concentraba en todo lo que el profesor estaba explicando; sin embargo, faltaba poco más de cuatro meses para su graduación y seguía pensando en qué poner en ese bendito discurso.

¿Qué podía hacer? ¿Debería escribir un discurso fantástico sobre su gran y prestigiosa escuela, totalmente respetuosa, que siempre deja una buena enseñanza con su buena educación y disciplina? ¿O escribir la realidad? Despreciando a un alumno por sus gustos y con la mayoría de alumnos rechazándolo.

Se dio el lujo de dejar de prestar atención a la clase para tratar de escribir el discurso en ese momento. Después de todo la historia de Dante se la sabía de memoria, y su famosa gran obra La divina comedia la había estudiado por sí mismo hace tiempo.

Se metió tanto en sus pensamientos, garabateando ideas sueltas en el papel. Ideas que terminaba tachando de lo ridículas que sonaban para él. Se sentía frustrado, nunca le tomaba tanto tiempo pensar al escribir algo. Podía completar historias rápidamente y ahora solo se sentía perdido ya que quería decir cosas buenas pero no tenía motivos. 

Ninguno de los profesores había salido en defensa de Julian, ni siquiera la dirección. Hasta el consejero escolar había tenido una charla con cada grado, básicamente diciendo entre líneas que aquel muchacho había provocado todo lo que le estaba pasando, y siempre terminando en el mismo "Recen por el alma de su compañero, necesita ser sanada rápidamente".

Pura basura para los oídos de Louis. El castaño venía de una familia católica y todo su crecimiento fue ligado al amor de Dios, a como este ama a todos sus hijos sin importar nada. Louis creía en Dios amando a todos por igual. La familia de Tom pertenecía a la misma religión y ellos eran respetuosos con su prójimo y no veían nada de malo en el amor de personas del mismo sexo. Entonces... ¿Por qué los demás si?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el codo de Liam golpeando suavemente el brazo del castaño, llamando su atención.

— ¿Qué pasó? —Louis susurró mientras fingía seguir escribiendo con la mirada fija en su cuaderno.

—Necesito hablar contigo. —susurró de vuelta su amigo inclinándose para quedar más pegado a su brazo.

— ¿Ahora? —el castaño sabía que podían ser regañados y más aún cuando Liam se emocionaba demasiado hablando y al final terminaba hablando en voz alta.

— Sí, ahora. —el tono desesperado en su voz picó la curiosidad de Louis, quien no pudo más que hacerle una seña para que continúe hablando.— Se trata de Harry.

El lápiz resbaló de los dedos del castaño al escuchar el nombre de su novio. Antes de que pudiera caer lo tomó en su mano mirando de reojo a su amigo.

— ¿Qué pasó con Harry? —preguntó curioso.

—Tom sospecha que a ti te gusta Harry. 

— ¡¿Qué?! —la palabra salió como un pequeño grito que hizo que Liam se alejara rápidamente de su lado y Louis pusiera la punto del lápiz sobre el papel fingiendo escribir mientras veía de reojo al profesor retenerse.

Flower Souls (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora