Naranja

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Habían pasado dos días desde la invitación que SunHee me había hecho y la cual tuve que negar, no porque no quisiera, sino, porque el trabajo me lo impedía

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Habían pasado dos días desde la invitación que SunHee me había hecho y la cual tuve que negar, no porque no quisiera, sino, porque el trabajo me lo impedía.

Tampoco me quejaba, hace dos días en veía incapaz de mirarla a los ojos sin que las piernas me temblaran.

Y ahora me encontraba aquí.

Mire la pantalla de mi celular una vez.

Dos veces.

Tres veces.

Antes de una cuarta lo tiré hacia la cama a la vez que subía los pies a la silla giratoria que estaba en mi habitación. Estaba ansioso, nervioso y todos ese sentimientos cuando estás esperando algo, pero, ¿Cómo no estarlo?

Eran las diez de la noche en domingo y había decidido mandarle un mensaje la chica a la que debería cobrarle renta por vivir en mi cabeza.

«Hola, Sunnie. Soy yo, Yuta.» Ese había sido el mensaje que le había mandado a la castaña. Quería golpearme la cabeza con la pared, exclusivamente porqué me sentía estresado.

-¿Y si piensa que no quiero hablar con ella?- Jale el cabello de mi cabeza sin hacerme daño.-¡Va a pensar que soy un antipático!

-Pero si esa es la verdad, eres un antipático.- Haruka estaba de pie bajo el marco de la puerta de mi habitación, la ropa que usaba delataba que había ido a una cita.-¿Qué te preocupa tanto, Nakamoto?

Puse los ojos en blanco porque verla vestida así me recordaba a mi mejor amigo y esa era una imagen que no quería recordar.-Nada importante, ¿Qué quieres?

-JaeMin necesita tu ayuda para su tarea-Estuve a punto de reclamar pero me vi interrumpido por su voz.-Tengo que ayudar a mamá con las galletas, así que no puedo.-Y así, se dio media vuelta para irse.

Suspire cansado para ponerme de pie, miré a la cama en búsqueda de mi celular pero una garganta aclarandose llamo mi atención.

-Una última cosa.- Habló sin dedicarme una mirada.-Deja de ser tan antipático, no creo que a ella le guste.

De esa forma, fui abandonado en mi habitación, con la boca abierta y las palabras atoradas en mi garganta.

(...)

¿Era una opción matar a JaeMin?

Siempre era una opción.

Pero por obvias razones no podía hacerlo.

Había pasado una hora de mi vida explicandole al menor la ley de los signos, de la manera que el lo entendía, para que al final me dijera, citó textualmente:

"Haruka explica mejor."

Así que lo había abandonado a su suerte con su problemas matemáticos. Suficiente tenía con los problemas de su vida para entender los de un hombre que no tenía como pasar su tiempo libre.

Mono no Aware | Nakamoto Yuta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora