S I E T E

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No era normal los días de lluvia en pleno enero, tampoco era normal que hiciera frío, pero era posible y era un indicio de que todo se iba a ir a la mierda.

Aprovechando los últimos días de sus vacaciones, se dedicó a disfrutar de su casa, de su silencio y de su comodidad.

Había mandado mensaje a sus amigas para que vinieran a pasar la tarde con ella, pero ninguna podía. Brenda supuestamente tenía trabajo prácticos que entregar y Lorea sin ocultar dijo que estaba en casa de Mateo.

–solo vos y yo–. Le dijo a Groot que estaba acostado en el sillón y puso Netflix. –esperaron que me siente para tocar en timbre–. Grito y el beagle solo la miro sin entenderla. Miró por la ventana y vio su auto. Le hizo seña desde la ventana y el atravesó la reja. –¿que haces acá?

–tome un desvío a mi casa–. Emitió sin titubear, estaba mojado por atravesar el jardín solo con la capucha del buzo y se lo notaba cansado.

–¿que acceso de la autopista te desvía por Adrogué antes de llegar a Caballito?–. Rio y se hizo a un lado para que pasara.

–el acceso a tu corazón–. Emitió mirándola y Olivia se empezó a reír igual que el. –bueee que cursi eso, si algún día te digo algo así tenes todo el derecho de darme un corchazo.

–¿ósea que pretendes seguir hablando muchos más tiempo conmigo?–. Desparramó su cabello mojado y lo abrazó. –estaba por mandarte mensaje para ver si salía GTA–. Emitió mientras se dirigía a la cocina.

–uh re estoy–. Abrazándola por la cintura. –pero tengo mejores planes que jugar al GTA para una tarde de lluvia–. Dijo en su odio y ella dejó de hacer lo que estaba haciendo para girar a verlo.

Llevaban días, viéndose, hablándose y relacionándose, la pasaban bien fuera como dentro de la cama, para ser exactos se entendían bien. Pero ese era el problema.

Lo miró a los ojos y lo alejó, el sin entender la siguió. –¿que te pasa?

–hace días me pasa que no estoy cumpliendo con lo que te dije–. No levanto la vista, solo se apoyó en el sofá sin mirarlo.

Dani entendió a que se refería y se acordó de ese mensaje que ella le mandó.

Soy una persona con cierta libertad, mientras a mi me hables con sinceridad nos vamos a llevar bien, si queres solo cojer conmigo es ahora el momento de decirlo, a mi no me hace falta que me endulcen el oído para conseguir algo.

–¿me vas a decir que te pasa?–. Le dijo poniéndose a su lado y apoyándose del otro lado del sofa.

–la paso muy bien con vos, Dani–. Lo miró a los ojos, tenía los ojos más tristes que alguna vez tuvo. –e incluso creo que ya no es solo pasarla bien, nos entendemos bien, creo que me pasan cosas con vos no espero que me digas que te pasa lo mismo–. Se le quebró la voz y bajo la mirada. –pero yo te dije que siempre nos manejemos con sinceridad y podía callarme la boca no decir nada y seguir con esto, pero si tengo que pararlo prefiero que sea ahora a qué más adelante cuando ya esté enganchada.

El se quedó en silencio mirándola, procesando todo. El ambiente en silencio comenzó a ponerse tenso. ¿Cómo hacía para explicarle que desde esa noche que la vio le bolo el bocho? ¿Que después estuvo con ella sin ser ganas imploraba por la oportunidad de estar con ella siendo todo?

–bueno, lo bueno es que vamos a seguir siendo amigos–. Rio cortando el momento tenso pero el no la siguió. Había tocado el tema que le venía haciendo ruido en la cabeza desde que se enteró.

–¿como con Gastón?–Olivia lo miró buscando entender cómo sabía eso y el parecía estar leyendo su mente. –el no me dijo nada, tiene los códigos suficientes con vos para no hablar del tema–. Le explico.

–¿si Gaston no te lo dijo como lo sabes?–le pregunto y su rostro estaba tornándose a enojado. –¿además de que te sirve saber eso?–. Dani no respondía sus preguntas y ella se ponía cada vez más nerviosa.

Si mandaba al frente a su amigo, los iba a matar a los dos.

–me sirve porque quiero saber en qué me estoy metiendo, Olivia–. Esta vez el serio fue el. –me pasan cosas desde que nos conocimos, no te lo dije porque soy un pelotudo, no hay vuelta al tema–. Se lo notaba enojado, pero no con ella si no con el por no habérselo dicho antes. Olivia lo noto y bajo la barrera.

–Gastón es mi mejor amigo–. Emitió mirándolo. –mi única relación con el es de amigos, casi hermanos te diría y si tal vez me vas a decir que los hermanos no se dan entre ellos–. Dani la miró a los ojos y ella siguió hablando sin titubear, sin mentir y con la verdad. –que Gastón y yo nos hayamos acostado varías veces, porque no te voy a mentir, no fue una sola vez, fueron varias, no significa nada, porque entre nosotros no hay ningún tipo de sentimientos, ósea más que el amor que le tengo como amigo, porque lo es todo para mi, muevo cielo y tierra, pero son los únicos sentimientos que tengo para con el, el fue solo sexo, cómo seguro vos tuviste en algún tiempo sexo con alguien sin sentir nada, bueno Gastón es mi mejor amigo y si capaz tenemos mucha química y si nos acostamos, pero el en mi vida es mi amigo y lo quiero de esa manera.

–¿y conmigo?–. Olivia lo miró y sonrió acercándose.

–y con vos no se, Dani. Ósea no te puedo decir que es solamente sexo porque no es así–. Encogió los brazos y apretó los labios. –me pasan cosas, porque así lo siento, cosas buenas, que no me pasaron antes, Dani–. Le explico y el se quedó mirándola un segundo antes de actuar, como si estuviera pensando en lo que estaba por hacer.

–no digas nada más, Liv–. Acaricio su mejilla transmitiéndole tranquilidad. –estamos los dos en la misma, sintiendo cosas que ni nosotros sabemos, dejemos que esto fluya, seamos nosotros como venimos siendo y veamos que pasa–. Olivia asintió y por instinto dejó un beso suave en sus labios, lento con delicadeza, mientras Dani la abrazaba por la cintura y la atraía a él. –se que lo tenía que haber dicho antes.

–Na–. Emitió quitándole importancia. –llegamos a este punto por cómo se dieron las cosas–. Explicó y lo miró a los ojos, vio que el sonreía.

–¿y ahora cómo siguen las cosas?–. Pregunto sin quitarle los ojos de encima, buscando completa sinceridad.

–ya lo dijiste vos, dejemos que fluya y vemos qué pasa–. Lo abrazó con una sonrisa en su rostro y el le respondió. –si te vas a quedar, hay que ir a comprar que comer antes de que se largue más fuerte.

–nazi–. Olivia giró los ojos, el piberio la tenía harta con sus frases pegajosas.

–harta estoy–. Dijo alejándose y poniéndose el buzo. –move tu culo Daniel y vamos a comprar.

–diste por sentado que me quedo–. Emitió haciéndose el importante.

–y si–. Emitió con obviedad. –dijiste que tenía mejores planes que jugar al GTA en un día de llueva–. Se rio. –quiero ver si tenes razón.

LIBERTAD - Dani RibbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora