T R E I N T A Y S E I S

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[ • M O O N • ]

Daniel

Otra vez con un nudo en el pecho, un mes exacto hacia que me separe de Olivia, un mes de cagadas. Intente sacarla de mi cabeza, claramente lo que conseguí fue meterla más en mi cabeza.

Ella estaba sola y yo también, si yo estaba intentando seguir con mi vida, ¿por que ella no iba a poder? Realmente se lo merecía y parecía que con Nacho las cosas iban bien.

[Cansado de llorar por dentro
Sigo el camino pero no veo la luz
Miro al costado pero no te encuentro
Me olvidé mi corazón dentro de tu habitación
Devolveme los recuerdos...]

La visita de Nacho la semana pasada me había dejado pensando en muchas cosas, cuando lo vi parado en la puerta sentí que venía a cagarme a trompadas, pero no fue así, me sirvió bastante hablar con el.

Tenía la cabeza en cualquier lado últimamente y sin embargo el me acomodo bastante las ideas y también el camino.

Escuche el timbre, seguramente sería Nicolás o Nahuel, últimamente pasaban más tiempo en mi departamento que en sus casas, no se si lo hacían para verificar que no haga ninguna boludez o porque estaban preocupados de que hace casi un mes no salía de la cama, seguro un poco de cada una.

—espero que no te moleste que haya usado la copia de la llave para ingresar al edificio— levantó su vista y apretó sus labios haciendo una semi sonrisa.

[A veces me olvido quién soy,
ahí es donde aparecés vos
Pa' guiarme si me pierdo]

Me hice a un lado para que pasara, dándole a entender que no podía molestarme nada que viniera de ella y la miré con una sonrisa.

Tenía la capucha del buzo puesta pero se notaba que su pelo no era el mismo, que hace un mes. Parecía un tonto mirándola sin decir absolutamente nada.

—¿pasó un terremoto por tu vida o me parece a mi?— emitió viendo el quilombo de mi departamento, muy raro en mi, solía ser muy ordenado en ese sentido.

—el huracán Olivia, pasó— emití en forma de chiste y noté que lo tomo de esa manera porque rio y se acomodó en el brazo del sillón.

—parece que el huracán Olivia arrasó en varias partes de la provincia, en el sur no dejó una carilina limpia— que lindo era verla reír, que boludo que fui.

—¿del uno al diez cuanto me odias?— negó y se acercó a mi, recién me daba cuenta que tenía mi buzo puesto.

—no te odio, si lo hiciera no estaría acá— explicó, estaba parada enfrente de mi —mira Dani, no se como se hacen estas cosas, porque mi anterior relación no fue nada comparada con esta, pero una persona me dijo que la relaciones se basan en equivocarse y aprender juntos— agachó su cabeza y suspiró con pesadez.

—yo no supe cómo manejar las cosas Oli— tenía la voz quebrada, levante su cabeza e hice que me mirara a los ojos —no es tu culpa, es la mía, por quedarme callado, por ser un boludo, por desconfiar de vos, yo soy el que tiene que disculparse por haberte hecho sentir así, te juro que me arrepiento todos los días— tenía los ojos llenos de lagrimas, no aguante más y la acerque a mi pecho, sentí sus manos en mi cintura para profundizar más el abrazo —perdón por haberte hecho sentir así— se separo de mi pecho pero yo no la solté en ningún momento, ella llevo sus manos a mis mejillas y solo me miró.

LIBERTAD - Dani RibbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora